Creo en los milagros y me encanta escuchar historias sobre los diferentes milagros que las personas, como hijos e hijas de Dios, han tenido el privilegio de experimentar.
Mi fe se fortalece con la invitación del presidente Nelson de “hacer el esfuerzo espiritual para procurar milagros” respaldado por el amor de un Dios que todo lo puede.
“El Señor dividió el mar Rojo para Moisés, ayudó a Nefi a obtener las planchas de bronce y restauró Su Iglesia por medio del profeta José Smith. Cada uno de estos milagros tomó tiempo y quizás no fuera exactamente lo que esas personas le pidieron originalmente al Señor.
De la misma manera, el Señor los bendecirá a ustedes con milagros si creen en Él, “sin dudar nada”. Hagan el esfuerzo espiritual para procurar milagros; oren pidiendo a Dios que los ayude a ejercer ese tipo de fe”.
El milagro de consuelo en tiempos difíciles
Jeanne Guinn compartió una experiencia inolvidable:
“Cuando tenía 21 años, mi esposo fue asesinado en frente de mí. Mientras él yacía moribundo, claramente sentí unos brazos a mi alrededor, consolándome.
No sé si fue el espíritu de mi esposo moribundo o un ángel, pero 50 años después todavía puedo recordar vívidamente la experiencia.
He aprendido mucho desde entonces de las enseñanzas de la Iglesia y comprendo lo que fue aquella experiencia. Estaré siempre agradecida a mi Padre Celestial por su amorosa bondad en mi dolor”.
En ocasiones, el Señor simplemente nos regala el tipo de milagro que pudo atestiguar Jeanne, pero con frecuencia envía Sus milagros después de que realizamos un esfuerzo espiritual positivo (la fe) en una situación determinada.
El milagro de la bendición de un padre
A principios de la década de 2000 en Nicaragua, un misionero, al que llamaré élder Brown, estaba atravesando un momento difícil. Se sentía desanimado y deprimido. Sentía mucha nostalgia y no creía que estuviera ayudando a alguien en su misión.
Un sábado en particular, mientras estaba haciendo proselitismo, pensó que ya no podía continuar así. Él pensó: “Ya no puedo hacer esto. No entiendo el idioma, nadie nos escucha y extraño a mi familia”.
Esa noche, antes de irse a dormir, se arrodilló en oración y suplicó ayuda:
“Padre Celestial, no puedo hacer esto por más tiempo. Extraño mi casa, realmente desearía poder hablar con mi papá para pedirle un consejo o recibir su bendición. Él sabría exactamente qué decir. Ya no aguanto todo esto. ¡Por favor, ayúdame!”.
Esa noche, mientras el élder Brown dormía, su padre terrenal, que vivía a casi 5,000 kilómetros de distancia, se despertó repentinamente en medio de la noche con la clara impresión de que su hijo estaba teniendo problemas y necesitaba una oración y bendición suya.
Inmediatamente se levantó de la cama, se arrodilló y pronunció una bendición sobre su hijo mediante la oración a su Padre Celestial. Él dijo:
“Padre, mi hijo necesita una bendición. Sé que este no es la manera tradicional de hacerla, ¡pero él está a miles de kilómetros de distancia y lo necesita!”
Luego comenzó a darle una bendición a la distancia.
“Hijo, estoy orgulloso de ti por lo que estás haciendo. El mensaje que está compartiendo es muy importante para aquellos a quienes enseñas. Te bendigo con la fuerza necesaria para continuar. Te bendigo con una nueva perspectiva sobre la obra que estás realizando. Te bendigo para que recuerdes lo que hace que todo esto sea posible. Jesús, que descendió debajo de todas las cosas, hace que todo esto valga la pena. Te amo. En el nombre de Jesucristo, Amén.”
A la mañana siguiente era domingo y el élder Brown fue a la Iglesia. Mientras estaba sentado en la reunión sacramental ese día, sintió que lo invadía un sentimiento indescriptible. Sintió que un sentimiento tan fuerte de amor y alegría lo rodeaba.
Mientras estaba sentado, participando de la Santa Cena ese día, se dio cuenta de que su sufrimiento era mínimo en comparación con el sufrimiento que soportó el Salvador. Sintió que su amor y energía por la obra fueron renovados y sentía el fuerte compromiso de quedarse.
Al día siguiente, el élder Brown estaba tan ansioso por contarle a su familia en su correo semanal sobre su inexplicable cambio de parecer. Describió cómo había hecho una oración cuando sintió que ya no podía más y que había sido el receptor de un milagro durante la reunión sacramental.
El élder Brown recibió una respuesta de su padre ese mismo día y supo que sus oraciones habían sido escuchadas y que su padre había sido despertado a propósito y fuertemente impulsado a darle una bendición desde lejos.
No hay nada que el Señor no pueda hacer, especialmente después de que realizamos un esfuerzo espiritual positivo de fe en nuestras oraciones.
El milagro de una historia familiar
Un tipo de milagro muy común en estos días tiene que ver con nuestros familiares fallecidos. Ashlee Gill compartió sobre el sueño que tuvo que la ayudó a encontrar a sus familiares de cierto lado de su árbol genealógico.
Ella expresó:
“En 2018 estaba buscando nombres para llevar al templo de Kansas City con mi sobrina y mis hijos. Saldríamos temprano a la mañana siguiente para tomar el vuelo, sin embargo, había buscado durante una hora o más y no había podido encontrar muchos nombres, solo llevaría los pocos que había encontrado.
Como se me acababa el tiempo, oré para que el Padre Celestial me ayudara a encontrar algunos nombres, especialmente nombres de hombres para que mis hijos pudieran hacer la obra por ellos, pero no encontré ninguno.
A la mañana siguiente me desperté unos 10 minutos antes de que sonara la alarma. Estaba todavía medio dormida y en mis sueños escuchaba que el nombre de Franklin Fagan se repetía una y otra vez. En mi sueño estaba en un partido de baloncesto y la multitud gritaba su nombre una y otra vez.
Cuando desperté, el nombre seguía repitiéndose en mi mente y comencé a preguntarme la razón. El apellido Fagan me resultaba un poco familiar, pero no sabía mucho sobre ese lado de la familia.
Mientras me preparaba para ir al aeropuerto esa mañana, me dirigí a buscar ese nombre en familysearch y encontré a Franklin Fagan. Luego vi que su hijo se llamaba Franklin Fagan y que su padre tenía el mismo nombre (George Franklin Fagan) y que su abuelo tenía el mismo nombre. Encontré cuatro generaciones con el nombre de Franklin Fagan.
Me sorprendió mucho lo pendiente que estas personas de nosotros y de la obra del Templo que hacemos por ellos.
En verdad hay miles de historias muy maravillosas para las personas que hacen su historia familiar y la obra del templo. Son milagros en ambos lados del velo.
El esfuerzo espiritual para procurar milagros
A medida que ejercemos nuestra fe, podemos recibir los milagros que necesitamos o que son inesperados pero perfectos para cada uno de nosotros. Como el profeta y presidente de La Iglesia de Jesucristo enseñó:
“Les prometo que pueden experimentar por ustedes mismos que Jesucristo “da fuerzas al cansado y multiplica las fuerzas del que no tiene vigor”. Hay pocas cosas que aceleren más su ímpetu espiritual, que el darse cuenta de que el Señor los está ayudando a mover un monte en sus vidas”.
Fuente: Meridian Magazine