El presidente Dallin H. Oaks, primer consejero de la Primera Presidencia, trabajó en la Corte Suprema de los Estados Unidos y como juez en la Corte Suprema de Utah por lo que ha adquirido una perspectiva más amplia sobre la importancia de la libertad religiosa.
En múltiples ocasiones, ha invitado a los Santos de los Últimos Días a defender este precioso derecho a causa de las ventajas que brinda no solo a la membresía, sino a las comunidades de fe.
En un podcast para Church News, el presidente Oaks expresó:
“Si no han pensado seriamente en la libertad religiosa o si se preguntan por qué es importante, permítanme animarlos a pensar: ‘¿Adónde conduciría a la sociedad la ausencia de la libertad religiosa?’”.
El año pasado, en la Cumbre de Libertad Religiosa de Notre Dame de 2022 en Roma, Italia, invitó a todos a realizar “un esfuerzo global para defender y promover la libertad religiosa de todos los hijos e hijas de Dios en todas las naciones del mundo”.
Reflexionando sobre esta libertad, el presidente afirmó que “la representación más efectiva de la libertad religiosa es la que defiende a las personas creyentes o no creyentes”, la que promueve el respeto, el civismo a pesar de las diferencias.
“Al comprender mejor las creencias y pensamientos de los demás, somos más capaces de vivir pacíficamente y con respeto mutuo bajo un conjunto común de leyes y creencias religiosas”.
Para esto, el presidente Oaks expresó que es necesario pensar en la libertad religiosa de todas las personas.
“Si no lo hacemos, no estaremos cumpliendo con lo que nuestro divino Padre Celestial espera que hagamos. Todos somos Sus hijos e hijas. Algunos de nosotros tenemos bendiciones que debemos reconocer y tratar de expandir en beneficio de los mismos”.
El presidente Oaks también expresó que la libertad religiosa no es sólo el derecho a creer, “es el derecho que nos permite llevar nuestras creencias a la acción”.
“Es también el derecho de reuniones, de tener organizaciones que enseñan y defienden los principios religiosos que benefician a la sociedad en general”.
Este derecho también le permite a los Santos de los Últimos Días edificar Casas del Señor en diferentes partes del mundo y compartir con los hijos e hijas de Dios el evangelio del Salvador.
Gracias a la libertad religiosa, la Iglesia de Jesucristo ahora cuenta con 315 templos anunciados, en construcción o en funcionamiento.
El presidente Oaks afirmó que esta rápida tasa de crecimiento en los templos se planifica y considera cuidadosamente:
“El objetivo es acercar los templos a las personas de manera que cualquier Santo de los Últimos Días pueda, con un viaje razonable de acuerdo a sus condiciones y circunstancias, asistir a una Casa del Señor a fin de realizar los convenios esenciales de la vida terrenal”.
Lo cierto es que la libertad religiosa es fundamental para llevar el mensaje de la Iglesia de Jesucristo, lo cual también permite que las personas puedan tomar la decisión de venir al Salvador y bautizarse en Su Iglesia.
“La única manera de progresar en la libertad religiosa en todo el mundo es que las personas que disfrutan de ella piensen en las circunstancias de las personas que no son religiosas, no creyentes, y que aún no han visto la importancia o no pueden disfrutar de esta libertad a causa de las condiciones del país donde viven”.
Para esto, el presidente Oaks enfatizó que debemos ser compasivos, compresivos y hospitalarios con todas las personas.
Finalmente, compartió:
“A aquellos que sienten alguna preocupación sobre su gobierno o las tendencias que ven en ellos les digo: “Confíen en el Señor”. Hay un Dios en el cielo y Él vela por todos Sus hijos e hijas en cada nación…
Cuando hayamos hecho todo lo que podamos dentro de las condiciones de nuestro propio gobierno, el Señor compensará lo que nos falta para el beneficio y bendición de Sus hijos en Su propio tiempo”.
Fuente: Church News