José Smith, el primer profeta y fundador de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, no era la persona más instruida, pero tenía el ferviente deseo de hacer lo que el Padre Celestial le había mandado.
Steven Harper, un profesor de historia y doctrina de la Iglesia en Brigham Young University, escribió en artículo para LDS Living, sobre los dos dilemas que el profeta tuvo que enfrentar por la Primera Visión, el acontecimiento que cambiaría la historia del mundo.
1. Un mandato divino
“American Prophet” por Del Parson
El primer dilema que José Smith enfrentó fue seguir la instrucción del Padre Celestial, él tenía que compartir su historia.
No tenía ningún problema en predicar las enseñanzas que se encuentran en el Libro de Mormón e incluso tenía planes de publicar 10,000 copias de las revelaciones que recibió del Señor.
Sin embargo, su Primera Visión, que marcó el inicio de su llamado profético, tenía una naturaleza y significado diferente.
2. Sentimientos y palabras
“La Primera Visión” por Coco Santángelo
El segundo dilema, íntimamente relacionado al primero, recaía en sus limitaciones.
José reconocía su incapacidad para transmitir sus ideas por escrito, había nacido en un estrato social bajo y, por lo tanto, recibió una escasa educación formal.
Si bien José recibió muchas revelaciones de Dios y tradujo el Libro de Mormón, logró todo esto con ayuda de sus escribas.
En una carta a su esposa Emma, José le compartió lo que le pasaba, admitiendo su dificultad. Asimismo, le pidió que lo disculpara por su limitación al escribir.
“The First Vision” por Kenneth Riley
José solía irse a un bosque cercano para orar en privado y expresar sus pensamientos. Sabía que esta visión era importante, pero sentía que no era la persona adecuada para plasmar la Primera Visión de acuerdo con la instrucción del Padre.
El profeta sentía tan profundamente su falta de instrucción académica que una vez se lamentó por estar atrapado en “la pequeña y estrecha prisión casi como si fuera la oscuridad absoluta del papel, la pluma y la tinta, y un lenguaje enrevesado, entrecortado, disperso e imperfecto”.
Fe en acción
José Smith se reunió con su consejero y escriba, Frederick Williams. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Cuando José regresó a Kirtland poco después de escribirle a Emma, él se reunió con su consejero y escriba, Frederick Williams, para registrar el relato de la Primera Visión, probablemente por primera vez desde que ocurrió hacía 12 años.
Además, fue en esa misma ocasión, en junio de 1832, que José escribió por primera vez su historia. Esto no solo destacaba sus limitaciones, expresa un relato crudo y hermoso de uno de los eventos más maravillosos y trascendentales que jamás hayan ocurrido.
Registro original de José Smith. Imagen: The Joseph Smith Papers
James Allen, profesor de historia de Brigham Young University, estudió el documento y resaltó que, a pesar de las imperfecciones gramaticales y de puntuación, se puede percibir la veracidad y honestidad de la historia de la Primera Visión de José.
La Iglesia de Jesucristo compartió lo siguiente este el relato:
“The First Vision” por Minerva Teichert
“En el relato, José Smith describe que es consciente de sus pecados, y su frustración por no poder encontrar una iglesia como aquella sobre la cual había leído en el Nuevo Testamento y que lo llevaría a la redención.
Hizo hincapié en la expiación de Jesucristo y la redención personal que ésta ofrecía. Escribió que “el Señor” se le apareció y le perdonó sus pecados. Como resultado de la visión, José sintió regocijo y amor; sin embargo, tal como él lo indicó, no pudo encontrar a ninguna persona que creyese su historia”.
José Smith no solo es un ejemplo de humildad, es un recordatorio para todos que el Padre puede hacer que las debilidades de las personas se conviertan en fortalezas.
Fuente: LdsLiving
