Cuando tenía solo 14 años, José Smith recibió una poderosa respuesta a su oración. Esta respuesta se le conoce ahora como la Primera Visión. Aunque cambió la vida de José para siempre, esta visión también tuvo un mayor impacto en las enseñanzas sobre la naturaleza de Dios.
Estás fueron las palabras que usó José:
“La Primera Visión” por Coco Santángelo
“Vi una columna de luz, más brillante que el sol, directamente arriba de mi cabeza; y esta luz gradualmente descendió hasta descansar sobre mí.
No bien se apareció, me sentí libre del enemigo que me había sujetado. Al reposar sobre mí la luz, vi en el aire arriba de mí a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción.
Uno de ellos me habló, llamándome por mi nombre, y dijo, señalando al otro: Este es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!” -José Smith Historia 1: 16-17
Estas palabras simples pero fuertes han cambiado la vida de miles de millones de personas desde entonces. Aquí hay 5 verdades que podemos aprender sobre la naturaleza de Dios a través de la Primera Visión.
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1. Dios tiene el poder para liberarnos
En un discurso de abril de 2012, el Élder L. Tom Perry dijo:
“Podemos ser librados de la maldad y la perversidad al recurrir a las enseñanzas de las Santas Escrituras.”
¿Por qué necesariamente en las escrituras? Porque son en ellas donde encontramos las historias de los hombres y mujeres de Dios librados gracias a su fe inquebrantable en este Dios que nos ama tanto.
El Élder Perry continuó:
“Muchas de las historias del Libro de Mormón son historias de liberación. La partida de Lehi al desierto con su familia era sobre la liberación de la destrucción de Jerusalén. La historia de los jareditas es una historia de liberación, como lo es la historia de los mulekitas.
Alma hijo fue librado del pecado. Los jóvenes guerreros de Helamán fueron librados en batalla. Nefi y Lehi fueron librados de la prisión. El tema de la liberación es evidente en todo el Libro de Mormón.”
¿No conoces estas historias? Léelas en el Libro de Mormón. Verás y sentirás la liberación del Señor manifestándose gradualmente en tu vida.
2. El Padre y el Hijo son dos personajes distintos
La creencia sobre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo era muy clara para cada cristiano: son una sola persona. Esta era una creencia arraigada en el cristianismo desde el primer Concilio de Nicea en el año 325. Sin embargo, Dios el Padre y su Hijo Jesucristo se le aparecieron a José como dos personajes distintos.
La restauración de esta doctrina es una de las principales enseñanzas que recibimos sobre la naturaleza de Dios a través de la Primera Visión.
Más adelante, José Smith recibió la revelación que se encuentra en DyC 130: 22:
“El Padre tiene un cuerpo de carne y huesos, tangible como el del hombre; así también el Hijo.”
Aquí hay dos seres diferentes, cada uno con Su propio cuerpo. Están unidos en propósito, pero siguen siendo dos personajes muy diferentes.
3. Él nos conoce personalmente
Dios no es sólo un Dios distante que sólo nos mira desde arriba. Él es nuestro Padre y como Padre nos conoce. Cuando Dios y Jesucristo se le aparecieron a José, no sólo conversaron con él, sino que lo llamaron por su nombre.
Nuestro nombre es probablemente una de las palabras más importantes de nuestras vidas, por la que se nos llama varias veces en el día y por la que se nos conoce en todo el mundo.
Es lo que nos define como una persona en esta tierra. Cuando fallezcamos, será el nombre que será grabado en nuestra lápida. Y Dios, nuestro Padre, lo conoce.
Elaine S. Dalton recibió un profundo testimonio de esto cuando visitó la Arboleda Sagrada donde José recibió su respuesta. Ella testificó:
“Allá, en la Arboleda Sagrada, comprendí que nuestro Padre Celestial no sólo conocía a José Smith por su nombre, sino que Él también nos conoce a cada una de nosotras por nuestro nombre.”
El Padre celestial nos conoce. Y por nuestro nombre. Esta maravillosa verdad se perdió durante la Gran Apostasía, pero Dios la restauró cuando se presentó ante a José Smith.
4. La Primera Visión nos muestra la unidad entre el Padre y el Hijo
En la Biblia leemos lo siguiente:
“Y la gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en uno.” Juan 17: 22-23
La Primera Visión nos enseña este principio y nuevamente nos da testimonio de la unidad que Ellos tienen. Dios le dio la palabra a su Hijo Jesucristo y así, una vez más, confirmó Su autoridad.
Jesucristo y el Padre Celestial tienen el mismo propósito. Ya que fuese el Padre o el Hijo, ambos poseen la autoridad para dirigir la Iglesia sobre la tierra.
¿Cómo podemos nosotros ser uno con Ellos para poder lograr Sus propósitos?
5. Los cielos están abiertos una vez más, la revelación aún existe
Las reacciones a la Primera Visión de José en sus tiempos no fueron del todo favorables:
“No solo [se] trató mi narración livianamente, sino con mucho desprecio, diciendo que todo aquello era del diablo; que no había tales cosas como visiones ni revelaciones en estos días; que todo eso había cesado con los apóstoles, y que no volvería a haber más.” -José Smith Historia 1:21
En ese momento, las personas habían olvidado una verdad demasiado importante encontrada en el Antiguo Testamento:
“Porque no hará nada Jehová el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.”
La naturaleza de Dios, hace del Padre celestial un Dios que es el mismo ayer, hoy y siempre. Dios siempre le ha mostrado sus planes e intenciones a Sus siervos los profetas.
La Primera Visión de José Smith reabrió este privilegiado medio de comunicación entre Dios y los hombres. Nos recordó una de las verdades más importantes en las Escrituras: la necesidad de un profeta para administrar la Iglesia de Cristo en la Tierra.
Y tú, ¿qué has aprendido sobre la naturaleza de Dios gracias a la Primera Visión? Comparte con nosotros dejándonos un comentario!
Este artículo fue escrito originalmente por Giada y fue publicado originalmente por foienchrist.org bajo el título “5 choses que la Première Vision nous enseigne sur la nature de Dieu”
