El verdadero problema con Lamán y Lemuel del que nadie habla

Lamán y Lemuel interrogan a Nefi sobre la construcción del barco.

Imagina este épico viaje por el desierto con Nefi y sus hermanos, Laman y Lemuel: La misma arena ardiente bajo sus pies, el mismo sol que les derrite la piel y el mismo aire desértico secándoles la garganta.

Pero, ¿quién diría que un viaje por el desierto podría desencadenar dos respuestas radicalmente opuestas?

Nefi, Lamán, Lemuel y Sam.

Nefi, Lamán, Lemuel y Sam en el desierto. Créditos: David Guerrero, Church News

Durante una clase que dictaba en instituto, hice una pregunta que desencadenó un marcado contraste entre las perspectivas de estos hermanos que emprendían un viaje por el desierto.

Esto resonó con el tema de la ardua travesía de la vida.

La reacción de Nefi

nefi de joven

Nefi. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Nefi, en medio del calor y el hambre, alza la voz en un grito de gratitud:

Y tan grandes fueron las bendiciones del Señor sobre nosotros, que aunque vivimos de carne cruda en el desierto, nuestras mujeres tuvieron abundante leche para sus niños, y eran fuertes, sí, aun como los hombres; y empezaron a soportar sus viajes sin murmurar.

 

Y así vemos que los mandamientos de Dios se deben cumplir. Y si los hijos de los hombres guardan los mandamientos de Dios, él los alimenta y los fortifica, y provee los medios por los cuales pueden cumplir lo que les ha mandado; por tanto, él nos proporcionó lo necesario mientras permanecimos en el desierto” (1 Nefi 17: 2-3).

Nefi se maravilló de las bendiciones del Señor durante su paso por el desierto.

Su viaje, una metáfora de nuestra vida, se transformó en una peregrinación gozosa porque entendía las acciones del Creador.

La reacción de Lamán y Lemuel

Lamán y Lemuel conversando en su casa de Jerusalén.

Lamán y Lemuel conversando en su casa de Jerusalén. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Sin embargo, en las mismas arenas abrasadoras, la respuesta de Lamán y Lemuel fue más una queja:

He aquí, hemos padecido en el desierto estos muchos años; y durante este tiempo hubiéramos podido disfrutar de nuestras posesiones y de la tierra de nuestra herencia; sí, y hubiéramos podido ser dichosos” (1 Nefi 17: 21).

Su viaje, aunque idéntico en lo físico, estaba plagado de descontento y miseria.

¿Cuál era el verdadero problema con Lamán y Lemuel?

Nefi, Lamán y Lemuel discuten sobre la construcción de un barco.

Nefi, Lamán y Lemuel discuten sobre la construcción de un barco. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Le pregunté a mi clase: “¿Cuál era el problema fundamental de Laman y Lemuel?” La respuesta fue profunda, pues se aplicaba a todos nosotros, “una mala actitud”.

El Libro de Mormón nos revela la verdad:

“Y así era como Lamán y Lemuel, que eran los mayores, murmuraban en contra de su padre; y hacían esto porque no conocían la manera de proceder de aquel Dios que los había creado (1 Nefi 2: 12).

Su problema central no era simplemente una mala actitud. Era una profunda falta de comprensión sobre las formas de su Creador.

El desierto de la vida

Nefi es misionero

Nefi. Imagen: La Iglesia de Jesucristo

En el desierto de la vida, todos enfrentamos pruebas, dificultades y sed, pero es la transformación interior la que define nuestro viaje.

El espíritu radiante de Nefi provenía de conocer a Dios íntimamente, navegando por el desierto con compañía divina. En contraste, la falta de este conocimiento dejó a Lamán y Lemuel varados en la negatividad, la amargura, la desesperación y las quejas.

Esta narrativa refleja nuestras vidas. Nuestro viaje por el desierto, diseñado para refinarnos y purificarnos, exige más que afirmaciones positivas.

mujer el cielo

Confiemos en Dios. Imagen: Canva

“Conocer la manera de proceder de aquel Dios que nos creó” se convierte en la fuente de verdadera fortaleza, gozo y confianza perdurables:

“¡Oh Señor, en ti he puesto mi confianza, y en ti confiaré para siempre!” (2 Nefi 4: 34).

Así que, en el vasto desierto de nuestra existencia, busquemos no solo una buena actitud, sino una conexión profunda con el Creador. Que nuestro viaje no sea una lucha inútil, sino una travesía transformadora hacia la tierra prometida.

Fuente: Meridian Magazine

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Comentarios
La obediencia, el esfuerzo, la constancia. El señor conoce nuestro corazones , el prepara la vía , solo hagamos nuestra parte . Seamos obedientes y todo estará bien.
Sara
Excelente reflexion, util para la vida diaria, gracias mil
Jose Carrion
Me fortaleci con este articulo Gracias
Hugo Noe Cabrera
Sin embargo, a pesar de la actitud de Laman y Lemuel, fueron ellos los que prevalecieron hasta nuestros días, mientras que los nefitas fueron destruidos y desaparecidos .. Los Lamanitas Florecieron como La Rosa. Muy cierto ... nobsabemos como procede el Señor.
Mario Rojas

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