En un mensaje de la revista Liahona, el presidente Russell M. Nelson, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, habló sobre la importancia de hacer promesas eternas con Dios; es decir, convenios.
Sabemos, como Santos de los Últimos Días, que el bautismo es la puerta que nos conduce a ser coherederos de todas las promesas que el Señor extendió a Su pueblo en la antigüedad.
Al hacer un convenio con Dios, nos comprometemos a seguir la senda que ha trazado para nosotros, una que nos llevará de regreso a Su presencia.
El profeta escribió:
“Dios no abandonará Su relación con aquellos que han forjado tal vínculo con Él. De hecho, todos los que han hecho convenio con Dios tienen acceso a un tipo especial de amor y misericordia”.
Él prosiguió explicando que en el idioma hebreo, ese amor del convenio se llama hesed (חֶסֶד) y que es un término singular que “describe una relación por convenio en la que ambas partes están obligadas a ser leales y fieles la una a la otra”.
“Hesed es un tipo especial de amor y misericordia que Dios siente y brinda a aquellos que han hecho convenio con Él. Y nosotros le correspondemos con hesed por Él”.
Este sentimiento se vuelve cada vez más tangible cuando hacemos convenio con Dios.
“Nuestra relación con Él se vuelve mucho más estrecha que antes del convenio. Ahora estamos ligados en unión.
Debido a nuestro convenio con Dios, Él jamás cesará en Sus esfuerzos por ayudarnos, y nunca agotaremos Su misericordiosa paciencia para con nosotros. Cada uno de nosotros tiene un lugar especial en el corazón de Dios”.
Jesucristo nos dio la oportunidad de acceder gracias a Su sacrificio.
““Debido a que Jesucristo es “el camino, y la verdad y la vida”, se deduce que “nadie viene al Padre sino por [Él]” (Juan 14:6). El cumplimiento del convenio abrahámico se hace posible gracias a la expiación de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. Jesucristo es la figura central del convenio abrahámico”.
Por ultimo, el profeta expresó que el convenio que hacemos cambia por completo nuestra relación con el Padre Celestial.
“El hacer un convenio con Dios cambia nuestra relación con Él para siempre. Nos bendice con una medida adicional de amor y misericordia. Influye en quiénes somos y en cómo Dios nos ayudará a llegar a ser lo que podemos llegar a ser. Se nos promete que nosotros también podemos ser un “tesoro singular” para Él”.
El presidente Nelson compartió que la senda de los convenios es una senda de amor y que este amor es liberador edificante y nos trae el mayor gozo que podemos experimentar.
Nos recordó también que el hacer un convenio con Dios nos asegura que Él cumplirá Su palabra; es decir, todas las promesas y bendiciones extendidas a Sus hijos e hijas.
“Amar a Dios más que a nadie o más que a cualquier otra cosa es la condición que brinda paz, consuelo, confianza y gozo verdaderos”.
Fuente: Church News