La historia de conversión de Mónica Johnson es muy particular e inspiradora. Ella no estaba interesada en saber sobre la Iglesia de Jesucristo y terminó sirviendo en una misión. ¿Cómo sucedió eso? A continuación, te contaré su historia.
Johnson nació en Texas y tuvo una infancia difícil. Vivió en hogares temporales hasta los 7 años, cuando una familia cristiana con hijos la adoptó a ella y a sus dos hermanas.
A medida que crecía, a Johnson le encantaba asistir a la iglesia y se convirtió en la persona más religiosa de su familia.
Sin embargo, todo cambió un día, después de una discusión con su madre. Ella le quitó todos los libros que tenía en su habitación, excepto la Biblia.
Era verano, estaba de vacaciones de la escuela y no sabía qué leer. Entonces, Johnson comenzó a leer la Biblia y cuanto más leía, se daba cuenta de que la Iglesia a la que asistía desviaba las enseñanzas de este libro sagrado.
“Entonces, a los 16, les dije a mis padres que ya no quería ir a la iglesia con ellos. Sinceramente, creo que rompí el corazón de mi madre”, expresó Mónica.
Un año después, la familia de Johnson se mudó de Lubbock a San Antonio, Texas. Su madre le dijo a Johnson que podía terminar la escuela secundaria en Lubbock o unirse a la familia en San Antonio, pero que, si se mudaba, tenía que asistir a la iglesia.
La hermana Johnson se mudó con su familia y comenzó a asistir a la Iglesia nuevamente.
Asimismo, comenzó a trabajar en un restaurante local, donde varios de sus compañeros de trabajo eran miembros de la Iglesia de Jesucristo.
La hermana Johnson comenzó a hacer preguntas sobre la Iglesia a sus nuevos amigos y un compañero de trabajo le regaló un Libro de Mormón.
La hermana Johnson leyó un poco del libro y dijo:
“Crecí creyendo que solo existía una palabra de Dios [y que] no [había] profetas. Pensé: ‘Simplemente no hay forma de que [este libro sea verdadero]’“.
Entonces, le obsequió el Libro de Mormón a una amiga, que luego se bautizó, y le dijo a su compañero de trabajo que no estaba interesada en saber más de la Iglesia.
Después de graduarse de la secundaria, comenzó la universidad en 2020, el año en que la pandemia de COVID-19 se encontraba en su pico más alto. En octubre de ese año, su compañero de trabajo la invitó a ver la conferencia general.
Debido a que no tenía nada que hacer ni a donde ir, decidió aceptar la invitación. En ese momento, el presidente Russell M. Nelson comenzó a compartir su discurso “Que Dios prevalezca” y la hermana Johnson se conmovió:
“Se notaba que era un hombre de Dios. Sus ojos azules eran muy puros. Su mirada transmitía mucha bondad. Nunca en mi vida había visto algo así. Solo recuerdo que comencé a llorar”, expresó.
Después de su experiencia de escuchar al presidente Nelson, la hermana Johnson le envió un mensaje de texto a su antiguo compañero de trabajo y le preguntó cómo podía aprender más sobre la Iglesia.
Entonces, Johnson comenzó a recibir lecciones con los misioneros y sabía que quería bautizarse. Cuando se bautizó, supo que serviría en una misión y, en enero de 2022, comenzó a hacer el papeleo para enviar su solicitud misional.
“En mi bendición patriarcal, dice que Dios ha trabajado en mí con Sus propias manos hasta que llegó el momento de conocer la Iglesia… Dios me estaba preparando para este momento”, expresó la hermana Johnson.
A pesar de que disfrutó aprender sobre el evangelio con los misioneros, la hermana Johnson le da crédito al presidente Nelson por cimentar su testimonio:
“Confié mucho en lo que sentí mientras escuchaba [al presidente Nelson] discursar”.
La hermana Johnson sirvió en la Misión Birmingham, Alabama, Estados Unidos, lo cual comento:
“Me encanta estar aquí. Hay desafíos en la obra misional, pero también sientes gozo”, dijo.
Finalmente, ella se está preparando para estudiar neuropsicología en Brigham Young University o hacer estudios de posgrado ahí y espera encontrar a su compañero eterno en ese proceso.
*Portada: Foto de la Iglesia de Jesucristo
Fuente: Church News