5 recordatorios para cuando sientas que no eres suficiente

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Aquí hay cinco mensajes que te pueden animar a seguir perseverando en la vida, inspirar a superar tus pruebas y desafíos, y recordar que eres suficiente.

Musica y Palabras de Inspiración ha elevado e inspirado a sus oyentes durante más de medio siglo con música espiritual y mensajes emotivos cada domingo por la mañana. Y por más de 25 de esos años, la voz familiar de Lloyd Newell ha presentado el programa.

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1. Ten una perspectiva eterna

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Nuestro destino en común es nacer en un mundo imperfecto, lleno de decepción y preguntas sin respuesta. Es natural preocuparse por el futuro en estas circunstancias. Nos preguntamos si las cosas saldrán bien para nosotros y para nuestros seres queridos.

Con demasiada frecuencia tratamos de darle sentido a nuestra vida desde una perspectiva muy limitada, que es algo así como tratar de entender la trama de una novela después de leer sólo una página. 

Una perspectiva que se limita a lo que podemos ver, sentir, tocar y explicar en ese momento nos dejará insatisfechos y anhelando algo más, algo más profundo. Una perspectiva más amplia, más expansiva, incluso eterna, nos enseña que lo bueno puede venir de lo malo, la fuerza puede nacer de la debilidad y la alegría puede venir de la tristeza.

Todos hemos sido llamados a superar obstáculos de diversos tipos. Esto es necesario para cumplir el propósito de nuestra vida. Cada desafío que enfrentamos aquí puede prepararnos para algo mucho más grande en adelante.

Esta vida es un estado de preparación para la eternidad: aprendemos y crecemos; y con el tiempo, nos volvemos mejores, más sabios, más comprensivos. En última instancia, se responden nuestras dudas, las injusticias de la vida se resuelven y lo que parece imposible se convierte en realidad.

Así que trata de enfocarte en lo positivo y aferrarte a la certeza de las cosas buenas por venir.

2. Encendamos las luces bajas

Hace mucho tiempo, un célebre predicador, Dwight Moody, le contó a su congregación la historia de un barco en riesgo de naufragar en una opaca y tormentosa noche cerca del puerto de Cleveland.

Los marineros a bordo podían ver el faro, pero debían hallar el paso entre las traicioneras rocas que rodeaban el puerto. Normalmente había una luz en la costa, alineada con el faro, que indicada por donde debían navegar para atracar el barco de forma segura. Pero esa noche, las luces bajas se habían apagado.

Finalmente, el desesperado capitán sintió que no tenían más opción que continuar navegando hacia el puerto sin la guía de las luces bajas del faro. “Con una mano firme y un corazón valiente”, aunque casi en total oscuridad, “el viejo marino giró el timón”. Trágicamente, erró en su trayectoria, el barco se estrelló contra las rocas y la tripulación pereció.

El predicador entonces explicó la lección que se debe aprender de esa historia: el Maestro cuidará el faro, pero depende de nosotros el mantener las luces bajas encendidas. 

Philip Paul Bliss dirigía el canto en aquella reunión y se sintió tan inspirado por la historia del predicador que escribió lo que se convertiría en uno de sus himnos más conocidos, “Brillan rayos de clemencia”. También compuso la música de un himno que lleva como título “Luces bajas”, publicada en 1871.

Las tormentas de la vida ponen a muchos en peligro. Tal vez anhelen ver los “rayos de clemencia”, pero no están seguros de cómo sortear los obstáculos en el trayecto. Sabemos cómo se sienten, porque en alguna ocasión cada uno de nosotros hemos encontrado a la deriva.

Muy a menudo, Dios nos usa a nosotros para rescatarlos. Si podemos mantener la luz de la fe brillando en nuestro corazón, si alineamos nuestra luz con la Luz de los cielos, podremos guiar a al exhausto marinero a puerto seguro. Seamos esas luces bajas que “reflejan los destellos por las olas de la mar ,y al errante marinero ayudemos a salvar”.

3. Un paso es suficiente

La vida se vive un paso a la vez. Si somos pacientes, podemos aprender en cuanto a tomar un paso de fe y luego otro y otro.

En 1833, John Henry Newman viajó a Europa desde su hogar en Inglaterra. John estaba enfermo y nostálgico cuando de pronto contrajo malaria. Y para empeorar las cosas, la brisa del este dejó de soplar, la niebla aumentó y su barco quedó estancado en el mar. Él anhelaba estar en Inglaterra, su hogar, y se sintió frustrado por la demora.

Mientras su barco estuvo atrapado en el mar, su corazón se tornó hacia los cielos. En el pasado, su orgullo e interés propio debilitaron su fe, pero no en ese momento. Estaba desanimado y necesitaba consuelo y seguridad de los cielos. Estaba rodeado de niebla y necesitaba la luz de los cielos. Durante esos días, mientras estaba en el mar, Newman escribió las palabras por las que siempre sería recordado:

“Divina Luz, con esplendor benigno, alúmbrame. Oscuras son la noche y la senda; mi Guía sé. Muy lejos de Tu pabellón estoy, y al hogar de las alturas voy.” -Himno 48: Divina Luz

A menudo un paso es suficiente

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Puede que estemos paralizados por el orgullo o el miedo, sin estar dispuestos a dar otro paso a menos que sepamos exactamente a dónde nos lleva. O puede que tracemos por completo nuestro camino por recorrer, incluidos los hitos de todo el trayecto. Dicha determinación y objetivos puede mejorar nuestra vida, es importante para nuestro crecimiento y progreso.

Así como John Henry Newman lo aprendió, se necesita también tener paciencia y serena resignación. Estar estancados en el mar puede ser tan difícil como ser arrojados a él. No siempre podemos hacer que el barco de la vida se mueva de acuerdo a nuestros propios deseos y voluntad.

Podemos encontrar consuelo en las palabras del salmo: “Espera en Jehová; esfuérzate, y él alentará tu corazón. Sí, espera en Jehová.” (Salmos 27:14).

4. “Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”

La Biblia registra que el apóstol Pablo tuvo lo que él llamó “un aguijón en [su] carne”, una prueba o dificultad que lo ayudó a mantenerse humilde e inmutable. Le pidió tres veces al Señor que lo quitase de él, pero no lo hizo. Sin embargo, Pablo vio un propósito divino en sus enfermedades y dificultades, declarando con gran sabiduría: “Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10).

En ocasiones, el camino de la vida para cada uno de nosotros parece estar cuesta arriba, lleno de obstáculos y peligros. Sin embargo, estos desafíos no pretenden detenernos o desanimarnos. Están destinados a cambiarnos. 

Si enfrentamos nuestros desafíos con todo el valor, la paciencia y la fe que tenemos, creciendo sin ninguna duda mucho más en el proceso, llegaremos a la cima de esa colina y haremos un descubrimiento importante: en el trayecto de la vida, el destino no es tan importante como en lo que nos convertimos estando en el camino a ello.

Desde esa perspectiva elevada, podemos observar que nuestras dificultades eran las mismas cosas que necesitábamos para mejorar y ser más fuertes. Convertirnos en nuestro mejor yo a menudo ocurre debido a, en lugar de a pesar de, las circunstancias desfavorables que enfrentamos. Nuestras mayores pruebas pueden convertirse en nuestros mejores maestros.

5. Somos una obra de arte en proceso

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Una obra maestra es una obra que refleja un talento, habilidad artística o mano de obra, un logro intelectual o artístico supremo y extraordinario. Históricamente, una obra maestra representaba la mejor obra de un artista, evidencia de que él o ella, después de años de perfeccionar un oficio, ha alcanzado el rango de maestro. 

Sin embargo, cuando vemos, leemos o escuchamos una obra maestra, rara vez pensamos en el tiempo, el esfuerzo o incluso los errores que acompañaron su creación.

Se ha dicho que cada uno de nosotros es una obra maestra en progreso. Puede parecer trivial o trillado, pero es un pensamiento que trae paz en los momentos de desaliento, cuando nos sentimos como todo menos una obra maestra.

Todos pasan por eso, incluidas las personas que parecen perfectas, lo que, por supuesto, nadie es.

Todos tenemos fortalezas y debilidades, rasgos y hábitos positivos y no tan positivos. Todos tenemos ocasiones en las que nos encontramos o no en nuestro mejor momento. Si bien nuestro pasado puede verse empañado por errores y decepciones, nuestro futuro está lleno de promesas de crecimiento y mejora.

revelación

Quisiera que recordases este sabio consejo: 

“Dios desea ayudarnos a cambiar todas nuestras debilidades por fortalezas con el tiempo, pero Él sabe que se trata de una meta a largo plazo… muchos de ustedes son infinitamente compasivos y pacientes con las debilidades de los demás. Por favor recuerden también ser compasivas y pacientes con ustedes mismas.”No me Olvides, Dieter F. Uchtdorf

Una obra maestra no se crea en un instante. Por lo que debemos estar agradecidos los pequeños éxitos, las simples alegrías, los buenos e incluso los momentos difíciles. Cada momento es otra pincelada, otra estrofa, otra nota hacia el producto final. Cada toque nos da experiencia, nos enseña, nos fortalece y prepara para el futuro.

La vida es un proceso de cambio y mejora: para volvernos un poco más amable, un poco más fuertes, un poco mejor. Sé paciente con el proceso y recuerda que cada uno de nosotros es una obra en progreso, una obra maestra en proceso.

Este artículo fue escrito originalmente por Lloyd Newell y es una adaptación del libro “Celebrating Music and the Spoken Word”  y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “6 Beautiful Reminders for When You Don’t Feel Good Enough

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