Durante el RootsTech Connect 2021, los espectadores del evento tuvieron la oportunidad de acompañar al élder Jeffrey R. Holland y su esposa Patricia Holland en un recorrido por St. George, Utah, y de escuchar maravillosas historias, testimonios y promesas.
Antes de comenzar el recorrido, la familia Holland compartió hermosas historias sobre sus antepasados y cómo aquellas historias terminaron convirtiéndose en experiencias que los unirían a sus antepasados.
Patricia y Jeffrey se conocieron en la escuela secundaria en St George, Utah, después de que Pat se mudara a la ciudad.
El élder Holland era un estudiante de secundaria cuando se enteró que una hermosa jovencita llamada Patricia Terry se acababa de mudar a la ciudad.
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La hermana Holland recordó cómo el mudarse de una ciudad pequeña como Enterprise, Utah, le hizo pensar que St. Geroge sería una ciudad grande como Nueva York y eso la aterrorizaba. Pronto ambos se conocieron y contaron un poco sobre esta experiencia.
“No pensé que tendría la oportunidad de conocerla o de salir con ella. Ella era el centro de atención de todos y yo era muy tímido”, dijo el élder Holland.
A lo que la hermana Holland respondió: “Tú nunca fuiste tímido”.
Unos meses después de conocerse, la hermana Holland dijo que le escribió una carta a su prima donde le contaba sobre un chico popular y “demasiado confiado” llamado Jeff Holland y que le encantaba hacer bromas.
“No me agrada para nada”, recuerda haberle escrito. “Pero tengo esta fuerte impresión de que un día me casaré con él”.
El élder Holland y su esposa también hicieron énfasis en la relación que podemos tener con Dios, la cual es la más importante de todas.
Al desarrollar primero nuestra relación con Dios, todas las demás relaciones vendrán, dijo el élder Holland.
“Entonces, y sólo entonces, encontrarán su verdadero lugar y pertenencia eterna”.
Después de visitar otros lugares significativos para la familia, el élder Holland, su esposa y sus hijos fueron a la tienda de Judd, donde, de adolescentes, solían comprar gaseosas y dulces.
En esta ocasión, en lugar de llevar a sus hijos, llevó a sus nietos.
“Cuando los problemas surgen y enfrentan las dificultades de este mundo, tienen tres cosas: tienen su fe, tienen a sus amigos y tienen a su familia”, dijo el élder Holland a sus nietos.
Los hijos del matrimonio Holland, Mary, David y Matthew, compartieron las experiencias de su niñez que fortalecieron sus testimonios.
Mary recordó que una vez su familia realizó una cena para “personas muy especiales”.
Cuando su papá recogió a sus hijos y regresó a casa sin sus invitados, los niños quedaron confundidos. Luego él dijo:
“Ustedes son mis invitados especiales. De hecho, ustedes son las personas más importantes que conocemos”.
La hermana Mary Alice Holland nunca olvidó aquel gesto. Fue una experiencia que le transmitió a sus hijos que eran amados e importantes.
David Holland recordó que él y su padre recibieron respuestas individuales a sus oraciones cuando leyeron un versículo del Libro de Mormón.
Las escrituras también jugaron un papel muy importante en la adolescencia de Matthew Holland, como las palabras que aprendió de su madre: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
La hermana Patricia agregó:
“Recuerden que la escuela, los amigos, los deportes no son tan importantes como el reino de Dios. Pongan eso primero en su vida, y todo en su vida mejorará”.
Al visitar el tabernáculo de St. George, Utah, lugar donde el élder Holland fue bendecido de niño, se dirigió al público:
“Si el Salvador del mundo puede utilizar al pequeño Jeff Holland, de la pequeña ciudad St. George, Utah, para hacer su obra, Él puede y definitivamente los utilizará a ustedes”.
Asimismo, el élder Holland extendió la siguiente promesa:
“Les prometo que al servir, encontrarán su propio lugar en la familia de Dios. La realidad de su conexión con Él y con los demás penetrará profundamente su corazón y su mente. Ese conocimiento los cambiará… a medida que se acerquen más y más a Él”.
El apóstol también resaltó que ninguna familia es perfecta y que siempre tendremos desafíos.
“No se dejen engañar por lo que vieron hoy. Ninguna familia es perfecta, y ciertamente la nuestra no lo es”.
Los momentos de tristeza, sufrimiento y pruebas los ayudó a “forjar lazos aún más fuertes” como familia y con el Señor.
“Si son fieles y guardan sus convenios con el Señor, les prometo que todas las oportunidades y bendiciones de las que disfrutan los demás les serán concedidas en el tiempo divino del Señor”.
El élder Holland también dijo:
“Les prometo que es [por medio de] nuestra historia familiar personal y la experiencia del templo que descubrimos la realidad de nuestra relación eterna como hermanos y hermanas en la familia de Dios.
Este gran logro puede apaciguar las rencillas en las familias, de haberlas. Puede sanar los corazones heridos, de haberlos. Y puede fortalecer las relaciones debilitadas, de haberlas, todo esto de una manera innegablemente poderosa”.
Si te perdiste de este increíble recorrido por la ciudad y la historia del élder Holland y su esposa, ¡míralo aquí!
Es una experiencia llena de amor y esperanza sobre la importancia de las conexiones y relaciones que formamos en la vida.
¿Lo has visto? ¿Que te pareció? ¡Comparte con nosotros en la sección de comentarios!
Fuente: Church News