Lo que ha dicho la Iglesia de Jesucristo sobre respetar las leyes de nuestros países

mandamientos que olvidamos

¿Has jugado Uno alguna vez?

Uno es un juego de cartas muy divertido. A mi hija le encanta jugar Uno. Jugamos con ella desde que tenía 5 años y, al principio, fue un desastre. Ella realmente no entendía las reglas y se sentía muy confundida.

Hoy lo entiende perfectamente y es capaz de aplicar todas las reglas del juego.

A pesar de ser un juego muy simple, Uno tiene sus reglas como cualquier otro juego.

Ahora imagínate si no hubiera reglas, si cada uno jugara como mejor le parece.

No funcionaría y la diversión definitivamente no sería la misma.

Al igual que en UNO tenemos reglas para ganar el juego, el Evangelio de Jesucristo nos enseña que debemos seguir las leyes y los mandamientos para poder lograr metas sagradas.

Cartas de Uno. Imagen: Canva

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Cada bendición que recibimos se debe a que cumplimos una ley divina.

Por ejemplo, para estar sanos vivimos la Palabra de Sabiduría; para conversar con el Señor, oramos; para recibir respuestas, oramos y ayunamos.

Todo tiene un orden y un objetivo.

Son las leyes espirituales las que ofrecen seguridad y armonía a la Iglesia del Señor.

Uno de los mandamientos es guardar la ley del país en el que vivimos. El Padre Celestial no solo se preocupa por las leyes espirituales.

Él sabe que debemos seguir las leyes terrenales en nuestra vida diaria para que podamos estar seguros, sanos, vivir en orden y así podamos mejorar el entorno en el que vivimos a través de nuestro ejemplo e influencia positiva.

Libertad religiosa

El Evangelio de Jesucristo nos enseña que debemos seguir las leyes y los mandamientos para poder lograr metas sagradas. Imagen: Shutterstock

En la revelación moderna de la sección 134 de Doctrina y Convenios, aprendemos que los gobiernos deben “garantizar a cada individuo el libre ejercicio de conciencia, derecho y control de la propiedad y protección de la vida”.

Aunque muchos entienden que no existe relación entre las leyes de un país y la religión, una está ligada a la otra.

Mientras estudiaba este mandamiento, encontré varias explicaciones del élder Dallin H. Oaks, que es abogado, ejerció y enseñó leyes además de ser juez en la Corte Suprema de Utah.

Presidente Oaks. Foto: Church News

En la actualidad, el élder Oaks es uno de los doce apóstoles de Jesucristo y su formación académica le da autonomía para hablar sobre el tema.

En julio de 2017, el élder Oaks dijo:

“Hoy en día, ninguno de nosotros puede ignorar la importancia de la religión a nivel mundial, ya sea en la política, en la resolución de conflictos, en el desarrollo económico, en la ayuda humanitaria y en otros aspectos más.

Comprender la religión y su relación con las inquietudes y los gobiernos mundiales es esencial a fin de procurar mejorar el mundo en el cual vivimos”.

Honrar y respetar la ley

Cuando vivimos la ley de nuestro país, somos un ejemplo para las personas que nos rodean y mostramos nuestro respeto por nuestros gobernantes. Imagen: Internet

En uno de los Artículos de Fe que resume todas las creencias de la Iglesia de Jesucristo, leemos:

“Creemos en estar sujetos a los reyes, presidentes, gobernantes y magistrados; en obedecer, honrar y sostener la ley”. (Artículo de Fe N°12)

Cuando vivimos la ley de nuestro país, somos un ejemplo para las personas que nos rodean y mostramos nuestro respeto por nuestros gobernantes.

Sin embargo, no debemos ser totalmente sumisos a estas leyes cuando entran en conflicto con las enseñanzas de Jesucristo.

Cuando [los conflictos] se vuelven verdaderamente irreconciliables, debemos unirnos con otras personas de opinión similar en un esfuerzo por cambiar la ley civil para que sea congruente con la divina. Imagen: Shutterstock

El élder Oaks nos enseña qué hacer si nos enfrentamos a este tipo de situaciones:

“Aunque todos los creyentes reverencian la ley divina, la mayoría reconoce que la ley civil también es ordenada por Dios.

El Señor Jesucristo instruyó: ‘Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios’ (Mateo 22:21).

Según se nos ha enseñado al respecto, debemos obedecer, en la medida de lo posible, ambos sistemas de leyes.

Cuando hay conflictos aparentes, debemos intentar armonizarlos.

Cuando [los conflictos] se vuelven verdaderamente irreconciliables, debemos unirnos con otras personas de opinión similar en un esfuerzo por cambiar la ley civil para que sea congruente con la divina.

En todos los casos, debemos pensar bien ​​antes de decidir, en las situaciones más extraordinarias, despreciar alguna de ellas en favor de otra”. (“The Boundary Between Church and State”, Segunda Conferencia Anual Legal y Eclesiástica de Sacramento, octubre de 2015).

El Señor espera que todos los que viven el evangelio de Jesucristo guarden la ley y oren por sus gobernantes. Tenemos derecho a oponernos a determinadas leyes. No obstante, debemos ejercer nuestro derecho como ciudadanos de forma pacífica y siempre respetar las leyes de nuestra sociedad.

Defender las leyes divinas

oración

No hay ley en esta tierra que pueda reemplazar las leyes de Dios. Imagen: Canva

Es normal tener opiniones diferentes. Sin embargo, el Señor espera que podamos respetar a nuestro prójimo y que siempre busquemos las mejores actitudes para enfrentar nuestras diferencias.

Sobre todo, Él espera que todos los que viven el evangelio de Jesucristo respeten las leyes divinas.

Ahora que mi hija tiene ocho años, le estamos enseñando a jugar juegos más complejos como Guerra y Ajedrez.

Así como le enseñamos las reglas de los juegos, le enseñamos que debe respetar las leyes del país en el que vivimos y que las leyes de Dios deben estar en armonía con las leyes de los hombres.

Lo más importante es que enseñamos que no hay ley en esta tierra que pueda reemplazar las leyes de Dios.

Fuente: Mais Fe

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