Las revistas de la Iglesia de Jesucristo están llenas de relatos del Señor que inspiran corazones y manos alrededor del mundo. Este mes, sin embargo, hay dos historias muy especiales detrás de la revista.
Oculta en las pinceladas de la portada de las cuatro revistas de la Iglesia (The Ensign, Liahona, New Era y Friend) hay una historia llena de milagros y la entrañable participación del Señor en el mundo.
La imagen en la portada de la edición de mayo de las cuatro revistas de la Iglesia representan una de las manifestaciones más milagrosas de la participación del Padre y del Hijo en esta dispensación: la Primera Visión.
Las experiencias de los dos artistas involucrados en las creaciones de está imagen atestiguan que la guía del Señor se extiende más allá de las páginas de las Escrituras o de las grandes y milagrosas historias de las revistas: hay instrucciones personales disponibles para cualquiera que las busque.
Los milagros están ahí
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El artista, Dan Burr, quién realizó la pintura de la Primera Visión en la portada, ha realizado otras pinturas sobre la Primera Visión para el libro para niños llamado “Que hermosa es la mañana”.
Cuando ese proyecto estuvo casi terminado, Burr sintió la impresión de que también debía enviar la obra de arte a las revistas de la Iglesia, aunque esa no era su intención original. Burr determinó que actuaría de acuerdo con esas impresiones y enviaría sus diseños por correo electrónico a la directora del departamento de arte de la Iglesia.
Alrededor del mediodía del día siguiente, Burr recordó la impresión que sintió y envió el correo electrónico con las imágenes. Inmediatamente recibió un correo electrónico de la directora que simplemente decía:
“Oh, me hubiera gustado que hubieras enviado esto ayer”.
Sorprendido, Dan respondió rápidamente por correo electrónico y preguntó por qué.
“Enviamos muchas de imágenes a la Primera Presidencia para que sean aprobadas para la portada del aniversario de la Restauración, y las enviamos a primera hora de esta mañana”, respondió la directora.
Aunque Burr parecía haber perdido su oportunidad, el director de arte quedó impresionado con sus imágenes y le dijo que le enviara un PDF con todos sus diseños y que ella las enviaría al Élder Gong, quien estaba involucrado en la decisión de la imagen de portada.
La directora le dijo a Burr que estaba bastante segura de que la Primera Presidencia ya había encontrado una imagen que les encantaba, pero que igual les enviaría la suya.
Un tiempo de espera y revelación
Pasó un mes y Burr no recibió noticia alguna. Justo cuando estaba aceptando el hecho de que su pintura no había sido elegida, recibió un correo electrónico de Tad Peterson, otro director de arte de la Iglesia.
Peterson le informó a Burr que su obra de arte estaba bajo consideración, pero que se necesitarían hacer algunos ajustes para que sea considerada más a fondo. Burr estuvo de acuerdo y se puso a trabajar.
“Revisé la pintura cuidadosamente y miré literalmente cada centímetro cuadrado. Y una vez más, escuché [una] voz [que me decía]: ‘Cambia eso. Arregla esto. Vuelve a pintar eso”. Por lo general, pensaba: “Se ve lo suficientemente bien” y seguía adelante, pero en esta ocasión pensé, “Está bien, prestaré atención”, compartió Burr.
Burr escuchó por primera vez la voz de la que habla cuando comenzó a trabajar en el libro para niños. Antes de comenzar a pintar, Burr toma material de referencia fotográfica y hace bocetos de cómo se verá cada pieza.
Burr comentó que no pensó mucho en cómo representaría un pilar de luz mientras dibujaba. Y aunque había tomado fotos de la luz que entraba por los árboles, Burr se dio cuenta cuando se sentó a pintar que no tenía una idea clara de cómo podría ser realmente el pilar de luz que vio José.
Su vacilación no duró mucho.
“Casi al instante… se me ocurrió la idea de ‘solo pintar’. Simplemente confié en aquel sentimiento y comencé a pintar. Tomé colores claros, tonalidades de luz, y comencé a pintar la luz de arriba hacia abajo. Creo que estuve pintando probablemente durante un par de horas, y fue algo parecido a un monologo interno. Trabajaba, me detenía y volvía a mirar lo que había hecho y pensaba: ‘¡Eso se ve muy bien! Muchas gracias”, expresó Burr.
“Utilicé procesos que ya conocía y entendía, pero que nunca había usado en mi rutina de pintura habitual. Realicé las sugerencias que recibía una tras otra. Fue como si literalmente siguiera un tutorial sobre cómo pintar un pilar de luz”, continuó Burr.
Un verdadero privilegio
Unas semanas después de que presentó su obra de arte ya revisada, A Burr se le notificó que su pintura había sido seleccionada para la portada de la revista Ensign y la Liahona. Más tarde, otra de sus pinturas de Primera Visión fue elegida para la revista New Era.
“He hecho portadas para muchas revistas diferentes. Mi trabajo ha estado en la portada de Reader’s Digest; millones y millones de personas han visto mi trabajo, pero miran la portada y dicen: “Que lindo”, y luego voltean la página y luego la imagen mira al suelo”, compartió Burr con una sonrisa. “Es un trabajo anónimo, pero esta oportunidad en particular es un… verdadero privilegio”.
Los milagros continúan
Mientras que Burr estaba pasando por su propio proceso artístico espiritual, las manos detrás de la obra de arte para la portada de la revista Friend también tuvieron un proceso de aprendizaje sobre como la fe supera el temor gracias a la experiencia de José en la primera visión.
Sarah Keele y su esposo Josh llevaban meses sin trabajo cuando Sarah dio positivo al test de COVID-19.
Todo comenzó a principios de marzo, cuando Keele asistió a una conferencia de arte. Poco después del evento, comenzó a experimentar respiración irregular, tos leve y fiebre. Sin querer parecer paranoica pero también ejerciendo precaución, Keele se distanció de los demás antes de hacerse la prueba de COVID-19.
El 28 de marzo recibió la noticia: tres asistentes de la conferencia de arte habían dado positivo en COVID-19, incluida ella.
“Fue una sensación de shock, no podía creer que eso estuviera sucediendo. Era la [enfermedad] que a todos había puesto de cabeza, y que ahora tenía”, comentó Keele.
En el momento de su diagnóstico, solo unas 20 personas en el condado de Utah, donde vive Sarah, habían dado positivo al virus. Keele se apresuró a comunicarse con quienes había estado en contacto durante las últimas semanas. Aunque a ninguna de las personas con las que habló mostró síntomas, sus preocupaciones aumentaron al saber que esperaba su tercer bebé.
Esperanza para el futuro
Fue entonces cuando uno de los directores de arte de la Iglesia se acercó a Keele y le explicó que les había encantado la pintura de la Restauración que había hecho anteriormente en una revista de Friend y le preguntó si estaba interesada en diseñar la portada de la edición de mayo. Keele se sintió entusiasmada y llena de humildad por la invitación.
Su esposo, Josh, también contribuyó con una ilustración que fue compartida en la revista. Durante este tiempo de estrés, diseñar la portada de la revista Friend se convirtió en una bendición financiera y espiritual para la familia Keele.
En el limbo por tener COVID-19, tratar de encontrar trabajo y prepararse para su tercer embarazo, Keele experimentó muchas de las entrañables misericordias de Dios, pero también se sintió presionada a un punto en el que ya no podía soportar el temor y la incertidumbre.
“Habíamos estado luchando durante mucho tiempo, antes de que [la pandemia] sucediera, y finalmente sentimos que, ya era suficiente, debíamos de cambiar nuestra perspectiva porque eso era lo único que quedaba por hacer”, compartió Keele.
“Aprendí que está bien sentir miedo, porque es parte de nuestra naturaleza humana. Lo que hizo José cuando sintió temor fue ejercer toda su energía para llegar al Padre Celestial y decirle: “Por favor, sálvame de esto”. Si sentimos miedo, todo lo que tenemos que hacer es eso… podemos tener nuestros propios pilares de luz. Tengo mucha esperanza para el futuro. Creo que las cosas van a mejorar”, expresó Keele
Al igual que José, quien finalmente llegó a la conclusión de que [él] debía orar a Dios, a través de esta experiencia desafiante, Keele se acercó a Dios y ahora sabe lo que se siente clamar a él verdaderamente para ser librada de la confusión, al igual que el profeta que había dibujado.
Aquellos que se ven involucrados en la creación de las portadas no son los únicos que pueden tener experiencias espirituales poderosas.
Al mirar las revistas de este mes, quizá también puedas recordar que debes confiar en el tiempo del Señor, y que hay milagros para ti, que los está creando, pincelada por pincelada, un trazo a la vez.
Fuente: ldsliving.com