La castidad tiene muchas definiciones, quiero saber cuál es el límite o hasta qué punto se debe llegar antes de que se rompa la ley de castidad.
Respuesta
Siempre me sorprendo cuando las personas hacen este tipo de preguntas. Es como si estuvieran preguntando qué tan cerca pueden llegar al borde de un acantilado sin que puedan caerse.
El poder de dar vida está estrictamente salvaguardado por un claro mandamiento:
“No cometerás adulterio; no matarás, ni harás ninguna cosa semejante”.– Doctrina y Convenios 59: 6
Que el adulterio y el asesinato se mencionen simultáneamente en este mandamiento debe darnos un indicio de su seriedad e importancia para Dios.
Sabemos que nada podría alejarnos de la senda del Señor como lo hace el quitarle la vida a alguien, Él justamente dio la Suya para que podamos vivir para siempre.
En cuanto al adulterio, sabemos que el pecado sexual es manipular los poderes de la procreación dados por Dios, es decir, el poder de dar vida y, por lo tanto, el pecado sexual se acerca al pecado del asesinato en cuanto a su severidad.
Esto quiere decir que solo el pecado que viene por quitarle la vida a alguien, resulta en más miseria que la transgresión sexual.
El Padre Celestial se deleita en la castidad y aborrece el pecado sexual. La castidad implica la estricta abstinencia de relaciones sexuales antes del matrimonio y la completa fidelidad y lealtad al cónyuge después del matrimonio.
Como se dijo anteriormente, cualquier pecado sexual, con o sin pareja, con o sin ropa, de pensamiento o de acción, es una violación a la Ley de Castidad.
Los besos apasionados, las caricias, la fornicación, los actos homosexuales, la autoestimulación, ver material pornográfico, algo que se le parezca, todos caen dentro de la categoría de pecado sexual.
Ninguna actividad sexual, por menor que parezca, está exenta del mandamiento de la castidad.
La intimidad física entre marido y mujer es hermosa y sagrada y trae felicidad y gozo a su matrimonio. La intimidad física es ordenada por Dios para traer hijos al mundo y expresar del amor dentro del matrimonio.
Satanás ha engañado a muchas personas para que crean que la intimidad sexual, incluidos los actos o pensamientos que estimulan sexualmente, es aceptable y normal.
El enemigo incluso trata de hacernos creer que si dos personas solteras se aman, entonces las relaciones sexuales son aceptables.
Esto es completamente falso.
Quebrantar la Ley de Castidad o hacer que otro la quebrante no es una expresión de amor; es una expresión de egoísmo e indisciplinada. Las personas que se aman nunca pondrían en peligro la felicidad y la seguridad de los demás a cambio de un placer personal temporal.
Si un hombre y una mujer verdaderamente se aman lo suficiente como para guardar la Ley de Castidad, experimentarán confianza, un compromiso cada vez más profundo, mayor felicidad y una unidad inquebrantable.
Por otro lado, las relaciones basadas en la inmoralidad sexual se desmoronan rápidamente, porque el pecado siempre resulta en sentimientos de miseria, miedo, culpa, vergüenza, desconfianza, celos, amargura y eventualmente odio.
El Padre Celestial nos ha dado la Ley de Castidad para protegernos de estos resultados negativos y para bendecirnos con felicidad, paz y fortaleza de carácter a largo plazo.
Un profeta, Spencer W. Kimball, dijo:
“Es fácil crear excusas para cubrir nuestras propias debilidades. El fornicario minimiza sus pecados. El ladrón justifica su robo. El pervertido dice que Dios lo creó así… Espero que se entienda claramente que las pasiones comunes son transgresiones, pues el pecado es el quebrantamiento de la ley divina.”
La pureza sexual es absolutamente indispensable parra entrar en los templos de Dios. El arrepentimiento debe incluir la confesión completa del pecado a tu obispo o presidente de rama.
Estos hombres representan al Señor y la autoridad necesaria para guiarte por la senda del arrepentimiento. El resultado es la apacible paz del perdón que reemplaza la desesperanza del pecado.
“Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. –Isaias 1:18
Fuente: Askgramps