Lo que sabemos y no sabemos sobre la apariencia física de Jesucristo

Contamos historias acerca de Jesucristo, mostramos imágenes de Él en la Escuela Dominical y oramos en su nombre, pero ¿realmente sabemos cómo es Él? Es una pregunta que, de vez en cuando, probablemente te haya pasado por la mente, y no eres el único.

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Muchos estudiosos, antropólogos y artistas han intentado determinar cómo era Cristo.

Esto es lo que sabemos y no sabemos.

El Jesucristo Mortal

Jesucristo

Los artistas han creado miles de piezas que representan a Jesucristo, pero la imagen que prevalece más es la de un hombre alto y caucásico, con cabello castaño largo, barba y vestido con túnicas sueltas. Si bien esta versión de Cristo es muy reconocible, los arqueólogos han sugerido que las imágenes de nuestro Salvador que hemos llegado a conocer y a amar probablemente estén lejos de ser real.

Los eruditos y los arqueólogos forenses han utilizado evidencia bíblica, arqueológica e histórica para determinar cómo se veía Jesucristo cuando caminaba por la tierra. Ellos han llegado a la conclusión de que probablemente tenía la estatura y la complexión de un semita: De metro y medio de estatura, con piel de color oliva y cabello oscuro. También especulan, basándose en prácticas religiosas y de higiene tradicionales, que probablemente tenía barba y pelo corto.

Con esta nueva imagen en mente, es interesante observar la descripción física del Salvador que Isaías registró:

“Porque subirá cual renuevo delante de él y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él ni hermosura; y cuando le veamos, no habrá en él atractivo para que le deseemos.” (Isaías 53:2; énfasis agregado).

Aparentemente, el más poderoso de los seres también tenía la más humilde de las apariencias. De hecho, según los estudiosos, es probable que Jesucristo realmente pareciera alguien muy ordinario y similar a Sus discípulos, como se evidencia en el libro de Mateo. En Mateo 26:47-48 se nos dice lo siguiente:

“Mientras todavía hablaba, he aquí llegó Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y con palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.

Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo bese, ese es; prendedle.”

Debido a que Judas tuvo que señalar a Jesús entre la multitud, algunos han interpretado que esto significa que Cristo no tenía características distintivas principales de los otros hombres que lo rodeaban.

El Jesucristo Resucitado

jesucristo

Si bien es posible que nunca sepamos cómo se veía realmente Jesucristo durante su vida mortal, sí tenemos evidencia de las Escrituras y los profetas modernos de cómo se ve como un ser celestial. Entre los mormones, la persona más conocida que ha visto al Cristo resucitado es José Smith, durante la Primera Visión.

Aunque José Smith era muy reacio a divulgar muchos de los detalles de la sagrada primera visión a lo largo de su vida, sí compartió lo siguiente: “Vi en el aire arriba de mí a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción.” (José Smith-Historia 1:17). Una revelación posterior dada el 2 de abril de 1843, aclara lo que José pudo haber querido decir con personajes: “Cuando se manifieste el Salvador, lo veremos como es. Veremos que es un varón como nosotros… El Padre tiene un cuerpo de carne y huesos, tangible como el del hombre; así también el Hijo.” (DyC 130:1,22)

Estos relatos exponen dos datos importantes: (1) Dios el Padre y Jesucristo tienen cuerpos físicos, cuerpos reconocibles como humanos; (2) aunque tienen cuerpos humanos, sus cuerpos tienen diferentes propiedades físicas, como el fulgor y gloria, más allá de cualquier cosa que podamos describir o imaginar. Aunque son reconocibles, son indescriptibles.

Sin embargo, hay otros que han visto a Cristo y han intentado describir su gloria. Ezequiel registró en las escrituras:

“Y sobre el firmamento que estaba sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y en lo más alto, sobre la figura del trono, había algo a semejanza de un hombre sentado sobre él.

Y vi algo que tenía la apariencia de ámbar, como la apariencia del fuego dentro de ella alrededor, desde el aspecto de sus lomos hacia arriba; y desde sus lomos hacia abajo, vi que parecía como fuego y que tenía un resplandor alrededor.

jesucristo

jesus christ, by heinrich hofmann

Como el aspecto del arco iris que está en las nubes en día de lluvia, así era el aspecto del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová.” (Ezequiel 1:26-28)

El Presidente Lorenzo Snow también relató acerca de este intenso fulgor. Mientras caminaba por el Templo de Salt Lake un día con su nieta, el Presidente Snow le dijo que había visto al Señor en el templo. Su nieta describió: “El abuelo me dijo cuán glorioso personaje es el Salvador y describió Sus manos, Sus pies, Su semblante y Su hermosa túnica blanca, todo lo cual era de una gloria de blancura y fulgor tales que apenas podía mirar al Señor.” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Lorenzo Snow, p. 239)

Quizás la descripción más detallada que tenemos del Salvador resucitado se encuentra en Doctrina y Convenios 110:3. Mientras estaba en el  Templo de Kirtland, el Señor se le apareció a José Smith y a Oliver Cowdery. Ellos lo describieron así: “Sus ojos eran como llama de fuego; el cabello de su cabeza era blanco como la nieve pura; su semblante brillaba más que el resplandor del sol; y su voz era como el estruendo de muchas aguas.”

La Divinidad de Jesucristo

Estas son sólo algunas descripciones del Salvador de aquellos que lo han atestiguado. De los muchos relatos a lo largo de las Escrituras y las revelaciones modernas, la mayoría no se enfoca en la apariencia de Cristo sino en su mensaje y lo que la mayoría de los testigos tenían en común es que cuando reconocieron a su Salvador, de inmediato conocieron su divinidad.

El Presidente Harold B. Lee dijo:

“Siempre ha sido importante para mí que, a pesar de la grandeza del Maestro de maestros, Jesús el Cristo (reconocido ahora incluso por aquellos que no creen en Su misión como el Hijo literal de Dios), que no se nos dejara ningún modelo esculpido o descripciones precisas del Salvador.

…Me ha parecido claramente evidente que era así porque no se deseaba que Jesús fuera adorado como un ídolo en piedra o bronce, sino que las profundas enseñanzas que nos ha dejado sean el centro y el núcleo de aquello que debería convencer a cualquiera de la divinidad de su misión.” (Las Cosas Sencillas y Preciosas. Énfasis agregado)

Si Jesucristo era alto o bajo, tenía ojos azules o marrones, no tiene ninguna importancia eterna. Venimos a conocerlo no a través de imágenes sino a través de enseñanzas, a través de nuestras conexiones íntimas con nuestro hermano mayor, nuestro Salvador Jesucristo.

”Este artículo fue escrito originalmente por Aubrey Zalewski fue publicado por ldsliving.com el título: “What We Do and Don’t Know About Christ’s Physical Appearance

Comentarios
Buenos artículos, edificantes; me ha dado luz al encontrar respuestas a algunas de mis inquietudes!
Tarquino manuel Orozco charris

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