Es hora de traer nuevamente la felicidad a nuestras vidas.
Pero, ¿cuál es una de las claves para obtener felicidad? Guardar los mandamientos, ¡por supuesto!
Aunque algunas personas podrían decir que los mandamientos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días nos restringen y nos impiden ser felices, en realidad, es todo lo contrario.
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Los mandamientos son un medio para protegernos del mal y, a su vez, nos conducen a nuestra felicidad.
Dios quiere que seamos felices; se nos enseña en las Escrituras que “los hombres existen para que tengan gozo” (2 Nefi 2: 25) y que “la iniquidad nunca fue felicidad” (Alma 41: 10).
La felicidad que Dios quiere para nosotros no es temporal, sino a largo plazo con tesoros en los cielos. Los sacrificios que hacemos para guardar los mandamientos valen la pena, y si nos hacen felices, en realidad no deberían parecer sacrificios.
Felicidad en nuestro tiempo y energía
Sacrifica tu tiempo por las cosas que más importan.
Este es probablemente el sacrificio más común, uno que hacemos a diario. Hay muchas cosas que ocupan nuestro tiempo y energía como seguidores de Cristo: leer las Escrituras, orar, asistir a las reuniones de nuestra Iglesia, servir a los demás, hacer la obra del templo, servir en una misión, etc.
Sin embargo, cada una de esas cosas nos brindan gozo. Nos ayudan a obtener más conocimiento del evangelio y nos acercan más a Dios; brindándonos consuelo y guía a lo largo de nuestra vida.
Hacer felices a los demás mediante el servicio es casi siempre un medio que nos garantiza la felicidad; es prácticamente un hecho científico. Esto también se aplica a quienes sirven en misiones; su servicio es llevar el gozo del evangelio de Cristo a otros.
Cuando llevamos a otras personas a la Iglesia, se nos prometen bendiciones de gozo en el cielo (Doctrina y Convenios 18:15).
Felicidad sin drogas ni bebidas alcohólicas
Sacrifica la idea de diversión del mundo.
Para la mayoría de personas del mundo, la idea de pasar un buen rato en un fin de semana es ir a un bar o ir de fiesta. El consumo de alcohol y otras sustancias nocivas se considera una forma de escape y diversión.
Los miembros de la Iglesia saben que deben evitar esas sustancias debido a lo que se enseña en la Palabra de Sabiduría.
También hay evidencia innegable de diversas fuentes científicas que muestra cuán dañinas son estas sustancias en nuestro juicio y actuar, así como las enfermedades fatales que pueden causar.
Al seguir la Palabra de Sabiduría, obtenemos la felicidad por medio de la buena salud y las decisiones tomadas con un estado mental estable. Sacrificar las drogas y el alcohol demuestra que sabes que hay mejores formas de divertirte sin poner en riesgo tu salud.
Felicidad en la forma de dar y no de recibir
Sacrifica lo temporal.
Las personas con frecuencia tienen la mentalidad de “si tuviera esto, sería feliz”, pero cuando finalmente consiguen lo que tanto querían, sus ojos captan algo más.
No estoy diciendo que todas las cosas del mundo sean malas y deban desparecer de inmediato, sin embargo, no podemos basar nuestra felicidad en los artículos materiales que tenemos y los que no tenemos.
Sabemos que no podremos conservar las cosas físicas de esta vida cuando muramos, lo que podremos conservar son nuestros conocimientos, recuerdos, relaciones y experiencias que adquiramos en esta vida. Las Escrituras enseñan lo siguiente:
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. -Mateo 6: 19-21
Los miembros de la Iglesia abandonan las cosas del mundo de forma regular mediante el diezmo y las ofrendas de ayuno. Hacerlo crea el tesoro que fomentan el avance de la obra de la Iglesia.
Se edifican templos, se alimenta a los misioneros y los esfuerzos humanitarios se extienden por todo el mundo gracias al dinero que donan los miembros.
Felicidad en la simplicidad
Sacrifica la necesidad de hacer todo.
En pocas palabras, esto significa que no deberíamos intentar asumir demasiadas tareas a la vez. Si estás haciendo malabares con seis cosas al mismo tiempo, es muy probable que termines sintiéndote abrumado.
Hacer demasiadas cosas a la vez crea una falta de equilibrio en nuestras vidas que resulta en estrés.
Haz una lista de todas las cosas que necesitas hacer y examínala. Marca las cosas más necesarias y concéntrate en ellas; si te queda tiempo, puedes intentar abordar las cosas secundarias.
No tengas miedo ni te avergüences de pedir ayuda. No tienes porque hacer todo solo y, por último, también le brindas a otra persona la oportunidad de servir.
Sacrificar la necesidad de lograr cada pequeña cosa te permitirá priorizar lo más importante, mientras que sacrificar tu orgullo al permitir que otros te ayuden permitirá que otros reciban la bendición de su servicio.
Felicidad en el progreso
Sacrifica tu complacencia.
Probablemente estés confundido porque este sacrificio es opuesto al anterior. Pero una vez más, tiene todo que ver con el equilibrio de las cosas.
Cuando una persona no tiene un propósito que cumplir a diario, su autoestima se ve afectada. Aunque el ocio y el tomarse un tiempo para uno mismo es una excelente manera de mantener un equilibro en la vida, tener demasiado tiempo libre puede ser perjudicial.
Sentarse en casa todo el día viendo televisión puede hacer que cualquiera se sienta inútil y menospreciado. Debemos hacer algo. Deja el sofá y aprende una nueva habilidad o emprende un nuevo pasatiempo.
Otra manera de mantenerse activo y con propósito es establecerse metas, inmediatas o a largo plazo. Escribe las metas y los pasos que emplearás para lograrlos, y luego síguelos.
Felicidad en tus relaciones
Sacrifica tu tiempo en las redes sociales.
No deberíamos pasar más tiempo con nuestros amigos en Facebook que con nuestros amigos en la vida real. Las relaciones significativas son la clave de la felicidad. Es más importante pasar tiempo con tu cónyuge, hijos, padres y amigos que superar tu puntuación más alta en tu juego favorito.
Así que apaga el celular por un par de horas y pasa tiempo con las personas que están a tu alrededor, o, sí es que estás lejos debido a la pandemia, puedes usar tu teléfono móvil para llamarlos y conversar con ellos.
Cuando pasamos tiempo con las personas más importantes de nuestra vida, no solo nos acercamos a ellas, sino que les hacemos saber cuánto las apreciamos y amamos.
Felicidad en la gratitud
Sacrifica tu orgullo y la falsa sensación de felicidad.
Tal vez te preguntes, ¿cómo está relacionado el orgullo en el camino de nuestra felicidad? Bueno, si leemos el Libro de Mormón, notaremos que las cosas generalmente salen mal cuando las personas caen en el orgullo.
Cuando empezamos a pensar que somos mejores que los demás, somos llevados al desastre. Por supuesto, debes sentirte bien contigo mismo, pero no hasta el punto de que eso te haga menospreciar a los demás y se vuelva algo destructivo.
Una forma clave de sacrificar nuestro orgullo es siendo agradecidos. Cuando expresamos gratitud, reconocemos la ayuda de otros en nuestra vida. Cuando contamos nuestras bendiciones, nos damos cuenta de cuánto Dios nos ha dado en la vida.
Cuando buscamos tener un corazón agradecido, nos volvemos menos orgullosos y más humildes porque reconocemos cuán bendecidos hemos sido.
Felicidad a través de buenas influencias
Sacrifica las influencias negativas.
Esto puede parecer algo obvio, pero sorprendentemente no lo es. En el mundo de hoy estamos rodeados de influencias negativas, ya sean por medio de películas, música o incluso un mal amigo.
Las cosas de las que nos rodeamos nos influirán para bien o para mal. Debemos esforzarnos por retirar de nuestras vidas toda influencia negativa y reemplazarlas por buenas.
Una de las mayores influencias negativas sobre nosotros mismos puede ser… ¿Nosotros mismos? Sí, y tiene nombre: se llama mala actitud.
Si estás constantemente frunciendo el ceño, lloriqueando y quejándote, es posible que tengas una baja autoestima. ¿Cómo podemos luchar contra una mala actitud?
Podemos reemplazarla por una buena. Podemos sonreír incluso cuando no nos apetezca. Cuando elegimos sonreír y no murmurar a causa de nuestros problemas, elegimos ser felices.
¿Qué otras cosas crees que pueden ayudarnos a ser felices? Comparte con nosotros en los comentarios.
Fuente: thirdhour.org