En los últimos años, la Iglesia de Jesucristo ha proporcionado una variedad de recursos para cuidar la salud mental de sus miembros.
Los discursos de la Conferencia General abordan regularmente este tema, y el sitio web de la Iglesia tiene una lista de recursos, incluidas secciones con ayuda para personas, padres, familias y líderes.
El sitio web de la Iglesia dice lo siguiente:
“Los desafíos de salud mental pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su educación, geografía, fe, llamamiento o familia. No es nada de lo que deban avergonzarse y deben ser recibidos con amor”.
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Un artículo reciente de Church News promueve el dialogo sobre el tema y comparte aspectos importantes que pueden ayudarte y a tus seres queridos a comprender mejor y aliviar los sentimientos de ansiedad.
Lauren Barnes, profesora asociada de la Escuela de Vida Familiar de la Universidad Brigham Young y terapeuta matrimonial y familiar, compartió para Church News lo bueno que es que la Iglesia esté prestando atención y brindando el apoyo que tanto se necesita cuando se trata de los desafíos de salud mental, incluido el nuevo curso de autosuficiencia de resiliencia emocional.
“Realmente creo que somos bendecidos de que nuestra Iglesia haya sacado este programa de la “oscuridad”, puesto que la salud mental es muy mal vista o es un tema tabú en otras culturas.
Tener el apoyo de la Iglesia con doctrina y citas inspiradoras de líderes es una herramienta increíble, especialmente durante este periodo de incertidumbre”.
Decir que es muy necesario no lo expresa lo suficiente. Barnes expresó que las estadísticas sugieren que casi uno de cada cinco adultos en la actualidad experimenta una enfermedad mental.
“Los jóvenes adultos, de 18 a 25 años, tienen las tasas de prevalencia más altas entre los otros grupos de edad de adultos, con poco más del 25 por ciento. Con esto se asume que conoces a alguien que lucha contra una enfermedad mental. Esto no solo está afectando a alguien en algún lugar del mundo, es probable que esté afectando a alguien que conoces”.
Roy Bean, terapeuta matrimonial y familiar y profesor asociado de terapia matrimonial y familiar de BYU, dijo para Church News que la ansiedad es el problema más diagnosticado en lo que respecta a la salud mental.
“Diría que la ansiedad ha aumentado en los últimos 20 a 50 años, principalmente porque vivimos en un ambiente más estresante.
[Los jóvenes] tienen más tecnología así como también más opciones que las proveen; tienen una agenda apretada y están constantemente conectados a información y noticias sobre las cosas aterradoras que suceden en todo el mundo; ven publicaciones en las redes sociales con las que se comparan así mismos….
[Tienden] a ser bombardeados por cosas que son factores de riesgo que para nosotros, hace 20 años, no era posible”.
Y la pandemia ciertamente no ayudó en nada.
Los factores que generalmente protegen contra el estrés y la ansiedad, como el apoyo social y el acceso a amigos, familiares, actividades y la escuela, se eliminaron casi por completo, y las tasas generales de ansiedad se dispararon de alrededor del 4 por ciento a más del 30 por ciento.
“Eso no significa que seamos más frágiles o menos resistentes como pueblo. Eso significa que estamos expuestos a una nueva gama de factores que generan estrés”, dijo Bean.
Según Church News, los profesionales de la salud buscan lo siguiente al evaluar el trastorno de ansiedad general:
1. La presencia de ansiedad y preocupación excesivas sobre una variedad de temas, eventos o actividades. Esta preocupación ocurre la mayoría de las veces durante al menos seis meses y es claramente excesiva.
2. La preocupación se experimenta como algo muy difícil de controlar. Esta preocupación, tanto en adultos como en niños, puede variar fácilmente de un tema a otro.
3. La ansiedad y la preocupación van acompañadas de al menos tres de los siguientes síntomas físicos o cognitivos. (En los niños, solo uno de estos síntomas es necesario para un diagnóstico de trastorno de ansiedad general):
A. Nerviosismo o inquietud.
B. Más cansancio y más fatiga que de costumbre.
C. Deterioro de la concentración o sensación de que la mente se queda en blanco.
D. Irritabilidad (que puede o no ser visible para otros).
E. Aumento de dolor o molestias musculares.
F. Dificultad para dormir (debido a problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido, inquietud por la noche o sueño insatisfactorio).
Si experimentas al menos tres de los síntomas físicos o mentales anteriores durante un período de tiempo, o si sientes que tu ansiedad o estrés se han vuelto incapacitantes o debilitantes, busca el consejo de un profesional capacitado y autorizado.
Que estés atravesando una lucha contra la ansiedad no significa que hayas fracasado como persona. No significa que no hayas sido fiel a los mandamientos. No significa que Dios no te ama. No significa que eres un mal hijo o hija de Dios.
TODO LO CONTRARIO.
Es porque Dios te ama que quiere lo mejor para ti. Él ha puesto a disposición todo lo necesario para combatir los desafíos de salud mental.
Vivimos en un tiempo privilegiado que nos ofrece mucha disponibilidad y acceso a ayuda profesional. Procuremos esa ayuda profesional, la ayuda de nuestros amigos y familiares.
Obtén la ayuda que necesitas.
Pedir ayuda no es una señal de que eres débil, es una señal de lo valiente y fuerte que eres.
Tenemos las herramientas para combatir las enfermedad de salud mental, usémoslas y demos la buena batalla. Valdrá la pena.
Fuente: Ldsliving