10 de setiembre, Día mundial para la prevención del suicidio. Más de 800,000 personas se suicidan cada año y hay muchas más que intentan suicidarse. Por cada suicidio, hay 25 intentos.
La situación más común que conduce al suicidio es la depresión.
La depresión puede deberse a varias causas, como el desequilibrio hormonal, desequilibrio químico, abuso de drogas o alcohol, acoso, baja autoestima, entre otros.
Ten en cuenta que tomar ciertas píldoras prescritas puede provocar depresión. Si bien los antidepresivos y los antipsicóticos pueden ayudar a combatir la depresión, también pueden aumentar el riesgo de pensamientos suicidas.
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Puedes ofrecerte a ayudar a alguien con pensamientos suicidas, esa persona puede ser un amigo cercano o un familiar.
Las personas que piensan en el suicidio pueden no reconocer los signos y las luchas que se pueden solucionar. Te recomendamos que reconozcas esos síntomas en tus seres queridos. Mantente alerta en cuanto a las señales de advertencia que pueden provenir de su comportamiento.
El riesgo de suicidio se puede “reducir cuando la familia, los amigos y los profesionales de la salud mental se unen para ayudar a quienes están luchando con pensamientos suicidas”.
La Iglesia publicó un sitio web de Prevención del Suicidio el 10 de setiembre de 2016. El sitio web ofrece información y consejos para ayudar a las personas a lidiar con los pensamientos suicidas.
Mantente atento a los síntomas de los pensamientos suicidas
Las personas con pensamientos suicidas pueden no notar los cambios graduales en su humor o estilo de vida. Sin embargo, quienes los rodean pueden identificar esos cambios.
Mantente atento a las señales relacionadas con los pensamientos suicidas.
Una señal puede no significar nada, pero varias sí. Puede haber un cambio repentino en el comportamiento o el estado de ánimo que resulte en pensamientos de suicidio.
Hay varias señales a las que uno debe estar atento. La tristeza excesiva, la depresión, la desesperanza, la abstinencia, el abuso de drogas y el sufrir la pérdida de alguien importante son algunos de los síntomas más comunes, junto con otros síntomas.
Las personas que sufren de depresión pueden eventualmente creer que recurrir al suicidio les ayudará a escapar del dolor físico, mental, emocional y espiritual.
Como se indica en “Understanding Suicide”:
“Uno de estos signos por sí solo puede no significar necesariamente algo serio. Sin embargo, podría. Especialmente, si sientes un cambio repentino en tu amigo o comienzas a notar otros signos”.
Con frecuencia, las personas que sufren de depresión pierden el deseo de hacer las cosas que hacen normalmente.
Andrew Solomon dijo: “Lo opuesto a la depresión no es la felicidad, sino la vitalidad”.
La depresión lleva a las personas a no querer hacer absolutamente nada porque han perdido el interés.
Hay tres cosas que la gente suele confundir: la depresión, el dolor y la tristeza.
El dolor es explícitamente activo. Si tienes una pérdida y te sientes increíblemente infeliz y, seis meses después, todavía estás profundamente triste, pero puedes hacer tus cosas un poco mejor. Probablemente, sea dolor y finalmente se resuelva por sí solo en cierta medida.
Si experimentas una pérdida catastrófica, te sientes terrible y seis meses después apenas puedes hacer tus cosas. Entonces, probablemente sea una depresión que se desencadenó por las circunstancias catastróficas.
– “The struggle of mental health”, Andrew Solomon
Busca ayuda de inmediato
Para ayudar a alguien con pensamientos suicidas, involúcrate en su vida, demuéstrale constantemente tu amor y demuestra que te preocupas por su bienestar.
Ellos necesitan personas con las que puedan hablar sin temor a sentirse avergonzados.
Muchas personas han pasado por esta situación y han superado sus pruebas con la ayuda de amigos, familiares y nuestro Padre Celestial. Hazles saber que no están solos.
Haz una lista de las personas (con números de teléfono) con las que puedes hablar, y estarían dispuestas y disponibles para ayudarte con el resto de tu plan de seguridad durante una crisis.
-“Elegir vivir: Cómo vencer los pensamientos suicidas”, Liahona, setiembre de 2016.
Una vez que hayas notado que alguien está contemplando el suicidio, busca ayuda de inmediato.
“Puedes desempeñar un papel en la prevención del suicidio señalando las alternativas, demostrando que te importa e involucrando a un médico o psicólogo”.
Además, puedes pedir consejos a tus padres, adultos de confianza, obispos o líderes de barrio. Es posible que puedan brindarte consejos informados sobre cómo consolar y ayudar a tus seres queridos.
Si tu ser querido tiene pensamientos suicidas, ofrécete a ayudarlo a crear un plan de seguridad o ayúdalo a hablar con su familia, su obispo o un profesional.
No puedes hacer esto solo y no debes ser su único apoyo. Si esa persona se siente incómoda hablando con alguien que conoce, anímala a que se comunique con una línea de ayuda contra suicidios.
No dudes en pedir ayuda a alguien, incluso si puede parecer difícil.
Es probable que para ayudar a alguien con pensamientos suicidas, primero debas ser leal a su vida y luego a sus secretos. Sin embargo, su vida está en juego. ¿Preferirías perder a un amigo por ser leal o ayudar a salvar su vida y hacer que se enoje por un breve período de tiempo?
Si alguien ya ha intentado suicidarse, no lo dejes solo. Buscar ayuda puede significar tener que vigilar y controlar a tu ser querido para evitar que vuelva a intentar suicidarse.
Otra forma de ayudar a un amigo que está pensando en suicidarse es buscar ayuda médica. No intentes hacer esto solo. Comunícate con un profesional capacitado lo antes posible porque “es probable que la persona deba ser hospitalizada hasta que haya pasado la crisis suicida”.
Ora por aquellos que necesitan ayuda para vencer los pensamientos suicidas
Eleva tu alma en oración y explícale a tu Padre Celestial qué es lo que sientes.
Reconoce tus debilidades. Derrama tu corazón y expresa la gratitud que sientes. Hazle saber por las pruebas que estás pasando. Ruégale, en el nombre de Cristo, que te dé fortaleza y ayuda.
Pide que tus oídos sean abiertos para que escuchen Su voz; pídele que tus ojos sean abiertos para que vean Su luz.
– “La esperanza de la luz de Dios“, Élder Dieter F. Uchtdorf.
Ora por aquellos que luchan contra la depresión y los pensamientos suicidas. Si conoces personas a las que se les hace difícil orar, ora por ellas. Pídele a nuestro Padre Celestial que puedan ser bendecidas con consuelo y guía en este momento de necesidad.
Abre tu corazón al Padre Celestial y pídele orientación sobre cómo ayudar a un amigo. Escucha y presta atención a las impresiones que recibas.
Después de orar fervientemente y de procurar aplicar la expiación del Salvador a mi vida, el Señor me quitó los sentimientos de culpa de forma rápida, clara y tangible.
Su voz me explicó que no tenía que sentirme culpable, puesto que la depresión no era culpa mía, y que Jesucristo lleva por mí esa carga mediante el poder de Su expiación. Me sentí otra vez llena de luz y de esperanza.
Tomar acción
Las personas con depresión y pensamientos suicidas tienden a aislarse. Prefieren estar solos en casa que estar con sus amigos y familiares.
Ayuda a tu amigo a salir. Incluye a tu amigo en las actividades y oportunidades de servicio de la Iglesia.
Se directo, pero si tu amigo no responde, no lo tomes como algo personal.
Interactuar con los demás disminuye los sentimientos de aislamiento y depresión, pero puede ser un paso difícil de dar para las personas.
– “Lidiando con la depresión“, Eric B. Murdock
Prestar servicio a los demás puede ayudar a una persona con pensamientos suicidas a tener más vitalidad.
Estará más enfocada en ayudar a los demás que en sus sentimientos. Asimismo, será testigo de la felicidad que puede llevar a los demás con su servicio y ayuda.
Si rechaza tu invitación, continúa invitándola. Hazle saber que te importa. Puedes invitarla a realizar actividades tan simples como ir de excursión o caminar, escuchar música o visitar a otro amigo cercano.
Por último, si tienes dificultades para sacarla de casa, piensa en regalarle una mascota. Las mascotas ofrecen amor y aceptación incondicionales. Son una buena compañía para quienes enfrentan pensamientos suicidas.
No hay dolor físico, no hay herida espiritual, no hay angustia de alma, pena, enfermedad ni debilidad que ustedes y yo afrontemos en la vida terrenal que el Salvador no haya experimentado primero.
En un momento de debilidad quizá clamemos: “Nadie sabe lo que se siente; nadie entiende”.
Pero el Hijo de Dios sabe y entiende perfectamente, ya que Él ha sentido y llevado las cargas de cada uno; y gracias a Su infinito y eterno sacrificio (véase Alma 34:14), tiene perfecta empatía y nos puede extender Su brazo de misericordia.
Él puede tendernos la mano, conmovernos, socorrernos, sanarnos y fortalecernos para ser más de lo que podríamos ser y hacer lo que no podríamos si nos valiésemos únicamente de nuestro propio poder.
-“Soportar sus cargas con facilidad“, Élder David A. Bednar.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito por Nicolette Poulsen y fue publicado en Third Hour con el título “Serving Others: Help With Suicidal Thoughts”.