El 11 de setiembre de 2001 fue un día que marcó la historia de los Estados Unidos. Esta nación sufrió un catastrófico ataque terrorista.
En ese tiempo yo era muy joven, pero todavía me duele el corazón cada vez que pienso en las vidas que resultaron afectadas por esta tragedia.
Sin embargo, este año, pensé específicamente en los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que resultaron afectados el 11 de setiembre.
Brady Howell
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Brady Howell y su esposa, Liz, vivían cerca del Pentágono el día del ataque terrorista.
Cuando su familia en Utah se enteró de lo sucedido, se arrodilló inmediatamente para orar. La familia de Brady viajó a Washington D.C. para estar con Liz y tuvieron que esperar una semana antes de que les confirmaran la muerte de Brady.
Camille, la hermana de Brady, participó en una entrevista para la Iglesia sobre la experiencia. Dijo: “Sabía que no habíamos perdido a Brady para siempre y que lo volveríamos a ver”, continuó:
“Sé que millones de personas han sufrido la pérdida de un ser querido”.
“Eventualmente, todos pasaremos por esa experiencia. Les diría [a los demás] que hay personas que los aman, se preocupan por ustedes, desean apoyarlos y que el Evangelio de Jesucristo les traiga esperanza. Ustedes tienen la capacidad de superar los momentos de dificultad”.
“Ese es un mensaje que me gustaría compartir: que la esperanza no se pierde y que la vida continúa”.
Rhonda Rasmussen
Rhonda Rasmussen asistía a la misma estaca que Brady. Ella estaba trabajando en el Pentágono ese fatídico día junto con su esposo, Floyd.
Floyd trabajaba un piso más arriba que ella y evacuó después de sentir el impacto.
“Traté de localizar a Rhonda. Caminé por el lugar gritando su nombre, pero no pude encontrarla”, recordó Floyd.
Después de ver la noticia, supo que el vuelo 77 de American Airlines había impactado justo al lado de la oficina de Rhonda. Desafortunadamente, sus restos se perdieron en el fuego. Floyd dijo:
“Empecé a pensar en mi testimonio. Recordé que estaba sellado a Rhonda por esta vida y por la eternidad, ella simplemente llegó a la eternidad antes que yo”.
Carolyn Beug y Mary Alice Wahlstrom
Las hijas gemelas de Carolyn Beug recibieron becas para estudiar en una escuela de diseño en Rhode Island en 2001.
Carolyn decidió invitar a su madre, Mary Alice Wahlstrom, al viaje de despedida de sus hijas. Carolyn y Mary Alice estaban regresando a casa cuando su avión impactó la Torre Norte del World Trade Center.
Se suponía que su familia las recogería en el aeropuerto ese día. La nuera de Mary Alice dijo: “Desde el principio, supe que todo estaba en las manos del Señor. Por esa razón, tuvimos mucha fortaleza y propósito”.
Con el tiempo, esta prueba ha fortalecido su testimonio inmensamente. Ella dijo:
“No importa si el mercado de valores colapsa, si suceden cosas malas, si tu papá pierde su trabajo, si tienes que pasar por un divorcio o cualquier otra cosa, el Señor está pendiente de ti”.
“Él está a cargo y si tenemos fe en que todo estará bien, creo que podemos superar cualquier cosa. Eso es lo más importante que he aprendido en los últimos 10 años”.
Otros miembros involucrados
Víctor Guzmán estaba trabajando en el piso 85 de la Torre Norte el 11 de setiembre. Ayudó a evacuar a todas las personas de su piso, lo que tomó casi una hora. Afortunadamente, logró salir y pudo correr antes de que alguna de las torres colapsara.
En ese tiempo, Brent Belnap estaba sirviendo como presidente de la Estaca Nueva York, Nueva York, y se dirigía al trabajo cuando vio el humo que salía de las Torres Gemelas.
Dijo que el Espíritu lo instó fuertemente a llegar a su oficina lo antes posible. Ahí, fue uno de los pocos que tenía servicio telefónico, así que pudo contactar a los obispos y contabilizó a cada miembro de su estaca. Él dijo,
“Hubo muchas tiernas misericordias, muchas vidas se salvaron ese día. Muchos miembros pudieron haber ido al World Trade Center ese día, pero no lo hicieron”.
Miembros al rescate
Scott Baxter se ofreció como voluntario para ayudar a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) y fue enviado a la Zona Cero la noche del 12 de setiembre. Dijo que limpiar el terreno donde mucha gente murió fue una experiencia muy traumática.
Shaun Parry pudo haber sido solo un artista de Broadway. Sin embargo, él también ofreció su ayuda después de los ataques del 11 de setiembre. Su flexibilidad le hizo ganar el apodo del “Hombre Araña”. Pudo deslizarse en espacios pequeños y ayudó a rescatar a nueve personas.
Mensajes de nuestros líderes
A lo largo de los años, los líderes de la Iglesia han transmitido muchos mensajes de tranquilidad y paz con respecto a los acontecimientos del 11 de setiembre.
Se emitió un comunicado oficial pocas horas después del ataque. Más tarde, el presidente Hinckley pronunció un discurso en el Tabernáculo de la Manzana del Templo, dijo:
“Al igual que la oscuridad de esta hora, podemos encontrar luz en medio de esta pesada nube de temor e ira a través de la imagen solemne y maravillosa del Hijo de Dios, el Salvador del mundo, el Príncipe de Paz, el ejemplo del amor universal, y es a Él a quien dirigimos nuestras miradas en estas circunstancias”.
“Fue Él quien dio su vida para que todos pudieran disfrutar de la vida eterna”.
“Que la paz de Cristo descanse sobre nosotros y nos dé consuelo y seguridad y, en particular, rogamos que Él consuele los corazones de todos los que lloran”.
Un año después, el presidente Faust y el presidente Monson hablaron en un servicio conmemorativo del 11 de setiembre que se celebró en la Manzana del Templo. El presidente Monson dijo durante el servicio:
“Se recuerdan muy bien los actos de valentía de quienes hicieron todo lo posible por salvar a otros y de quienes dieron su vida en este heroico esfuerzo”.
“En uno de nuestros amados himnos se encuentran las reconfortantes palabras: ‘En mi Getsemaní, es mi Salvador. Él sabe dar la paz que tanto quiero. Con gran bondad y amor me da valor’”. (Himnos N° 69)
Se perdieron muchas vidas en la tragedia del 11 de setiembre, pero también Dios proporcionó muchos milagros.
Amemos y cuidemos mucho a nuestros seres queridos cada día porque la vida puede cambiar en un instante.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Brooklyn Gittins y fue publicado en Third Hour con el título “9 Church Members Involved in 9/11: Victims, Heroes, and Testimonies”.