¿Qué convenios hacen los Santos de los Últimos Días en el bautismo?

juan bautizando a jesus

Hacer convenio con el Señor es una bendición extraordinaria. Algunos ven el bautismo como un simple rito de iniciación para los niños que han cumplido ocho años, pero Dios ve este compromiso como algo mucho más significativo.

Él quiere que recordemos y vivamos de acuerdo con los convenios que hicimos y prometimos guardar, es por esta razón que los renovamos cada semana al participar de la Santa Cena.

Imagen: La Iglesia Jesucristo

Para ayudarnos a recordar, la mayoría de los convenios bautismales se expresan en las oraciones de bendición de la Santa Cena de cada domingo. Estas oraciones se encuentran en Doctrina y Convenios 20:77 y 79.

La oración de la bendición del pan nos dice:

“Oh Dios, Padre Eterno, en el nombre de Jesucristo, tu Hijo, te pedimos que bendigas y santifiques este pan para las almas de todos los que participen de él, para que lo coman en memoria del cuerpo de tu Hijo, y testifiquen ante ti, oh Dios, Padre Eterno, que están dispuestos a tomar sobre sí el nombre de tu Hijo, y a recordarle siempre, y a guardar sus mandamientos que él les ha dado, para que siempre puedan tener su Espíritu consigo. Amén”.

Algunos otros versículos de las Escrituras adicionan más promesas a este convenio.

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Cuando Alma, padre, ex sacerdote de Noé, escuchó la verdad de Abinadí, se arrepintió de sus pecados y quiso compartir dicha verdad con todos.

Él enseñó y bautizó a más de 200 personas en las aguas de Mormón. Antes de bautizarlos y hacer convenios con Dios, Alma se aseguró de que supieran qué promesas estaban haciendo.

En Mosíah 18:8-9, Alma expresó:

“Ya que deseáis entrar en el redil de Dios y ser llamados su pueblo, y estáis dispuestos a llevar las cargas los unos de los otros para que sean ligeras; sí, y estáis dispuestos a llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo, y ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, aun hasta la muerte”.

bautismo

Imagen: La Iglesia de Jesucristo

Entonces, ¿por qué no querrían ser “bautizados en el nombre del Señor, como testimonio ante él de que habéis concertado un convenio con él de que lo serviréis y guardaréis sus mandamientos, para que él derrame su Espíritu más abundantemente sobre vosotros”? (Mosíah 18: 10).

Cuando era niña, me preguntaba la razón por la que parecía que nosotros hacíamos muchas promesas, pero el Señor solo hacía una: darnos la compañía de Su Espíritu.

El presidente Russell M. Nelson enseñó recientemente sobre lo que el Señor promete al hacer convenio con nosotros:

“Una vez que ustedes y yo hemos hecho un convenio con Dios, nuestra relación con Él se vuelve mucho más estrecha que antes del convenio. Ahora estamos ligados en unión. Debido a nuestro convenio con Dios, Él jamás cejará en Sus esfuerzos por ayudarnos, y nunca agotaremos Su misericordiosa paciencia para con nosotros. Cada uno de nosotros tiene un lugar especial en el corazón de Dios. Él tiene grandes esperanzas en cuanto a nosotros”.

Imagen: La Iglesia de Jesucristo

El presidente Nelson describió el amor extraordinario, único y especial que el Señor siente por nosotros cuando entramos en un convenio con Él. En hebreo se llama hesed y no tiene un equivalente perfecto en español; aunque a menudo se traduce como “misericordia”, hesed significa mucho más.

“Hesed es un tipo especial de amor y misericordia que Dios siente y brinda a aquellos que han hecho convenio con Él. Y nosotros le correspondemos con hesed por Él”.

El convenio que hacemos con el Padre Celestial, por lo tanto, es mucho más que una promesa, es nuestra relación con Él.

“La senda de los convenios se trata ante todo de nuestra relación con Dios; nuestra relación de hesed con Él. Cuando concertamos un convenio con Dios, hacemos convenio con Aquel que siempre cumplirá con Su palabra. Él hará todo lo que pueda, sin vulnerar nuestro albedrío, para ayudarnos a cumplir con la nuestra”.

Templo de Washington D.C. Créditos: Allan Fulmer

El convenio del Señor con nosotros es que podamos recibir todo lo que puede darnos. Entramos en la senda del convenio en el bautismo y lo expandemos en el templo.

Los convenios del templo son una continuación de nuestro convenio bautismal. El Señor ha diseñado la senda de los convenios para que recibamos “tronos, reinos, principados, potestades y dominios, toda altura y toda profundidad” (DyC 132:19).

Él quiere que recibamos todo lo que tiene; sus promesas van más allá de toda comprensión y estaremos para siempre en deuda con Él.

Imagen: Shutterstock

El hecho de que el Señor incluso quiera hacer convenios con nosotros es evidencia de Su amor por nosotros. Concedernos estas bendiciones solo es posible mediante la relación del convenio.

Solo recuerda esta pequeña lista:

  • Sirve (llora con los que lloran, consuela a los que necesitan consuelo, etc.)
  • Toma Su nombre sobre ti
  • Recuérdalo siempre
  • Guarda Sus mandamientos
  • Persevera hasta el final

A cambio, el Señor nos da todo lo que tiene, es tan simple como eso.

Fuente: LdsDaily

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