Los estudios sobre la salud mental de los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días pueden ayudarnos a comprender el origen de ciertos problemas y cómo podemos ayudar mejor a quienes lo necesitan.
Al mismo tiempo, debemos ser prudentes al evaluar estos estudios debido a que en cada investigación se presentan resultados tanto positivos como negativos que requieren una atención seria.
En un devocional reciente en Brigham Young University, Justin Dyer, profesor de educación religiosa de dicha institución superior, compartió algunos puntos clave de la investigación de los últimos 18 años sobre la salud mental de los Santos de los Últimos Días.
El consumo y abuso de sustancias nocivas
No es una sorpresa que la investigación constantemente encuentre que los Santos de los Últimos Días son menos propensos a consumir alcohol, tabaco o drogas ilícitas que la población en general.
Dado que el uso de estas sustancias está relacionado con la salud física y mental deteriorada, evitarlas ciertamente es beneficioso para los Santos de los Últimos Días.
La depresión, ansiedad y los pensamientos suicidas
Los estudios generalmente suelen encontrar que los Santos de los Últimos Días tienden a sufrir menos depresión, ansiedad y pensamientos suicidas en comparación a aquellos con o sin una afiliación religiosa diferente a esta.
Parece que una de las razones por las cuales los jóvenes Santos de los Últimos Días son menos propensos a experimentar pensamientos suicidas y depresión es debido a sus conexiones familiares más fuertes (en promedio) y al uso de sustancias en menor medida.
Asimismo, los Santos de los Últimos Días que tienen un perfeccionismo poco saludable, actitudes obsesiva sobre la gracia o sienten que Dios los ha abandonado son más propensos a experimentar depresión.
El perfeccionismo
En la investigación se suelen emplear dos tipos de perfeccionismo.
El primero es el perfeccionismo adaptado, que incluye actitudes que llevan a las personas a sobresalir de manera saludable, es decir, esforzarse por dar lo mejor de sí mismas.
El segundo es el perfeccionismo inadaptado, que incluye actitudes que generan temor y ansiedad con respecto al rendimiento personal, es decir, sentir la necesidad de ser perfecto para evitar la desaprobación de los demás.
Aunque aún no se han realizado estudios que comparen el perfeccionismo de los Santos de los Últimos Días con el perfeccionismo en otros grupos religiosos, un estudio de Santos de los Últimos Días clasificó al 47.2% de los participantes como perfeccionistas adaptados, 30.3% como perfeccionistas inadaptados y al 22.5% como no perfeccionistas.
Estima corporal
Quizás sorprendentemente para muchos, cuatro estudios diferentes informaron que los Santos de los Últimos Días tienen una mejor imagen corporal y menos trastornos alimentarios que otros grupos religiosos con los que se compararon.
Cuanto más conectados estén los Santos de los Últimos Días con sus creencias y prácticas religiosas, como hijos e hijas de Padres Celestiales, mejores serán sus actitudes hacia sus cuerpos.
Por otro lado, cuando la cultura de la Iglesia se percibe como una fuente de presión en los miembros para adaptarse de manera poco saludable a un estándar inalcanzable, la estima corporal de los mismos tiende a bajar.
Santos de los Últimos Días LGBTQ
Los hallazgos de la investigación muestran que, en promedio, los miembros tienen una buena salud mental o incluso mejor que las personas LGBTQ de otras creencias religiosas o aquellos que se describen a sí mismos como no creyentes en Dios.
Para las personas LGBTQ, estar en conflicto con su identidad Santo de los Últimos Días puede ser motivo de preocupación. Resolver los conflictos de identidad es clave para que las personas LGBTQ sigan conectadas a Dios y la iglesia de manera saludable.
De manera similar, se han realizado algunas comparaciones entre personas LGBTQ que son miembros activos de la Iglesia y otras que ya no lo son.
Algunos estudios informan que las personas LGBTQ que siguen siendo miembros activos de la Iglesia tienen una mejor salud mental que aquellos que la abandonan.
Avanzando hacia el futuro
La investigación sobre los Santos de los Últimos Días contradice muchas suposiciones de que estos tienen una mala salud mental.
De acuerdo con la investigación sobre la religión y salud mental en todas las creencias de fe, los Santos de los Últimos Días suelen tener una salud mental igual de buena o incluso mejor que otros grupos de fe (incluyendo aquellos sin una afiliación religiosa). Cuanto más religiosos sean los Santos de los Últimos Días, mejor será su salud mental.
Aún así, muchos Santos de los Últimos Días luchan con su salud mental y debemos ser comprensivos y serviciales en la medida de lo posible.
Nunca debemos asumir que los Santos de los Últimos Días que luchan con problemas de salud mental no están viviendo su religión. Tampoco debemos asumir que prestar más atención a la fe y la actividad religiosa resolverá todos los problemas de salud mental.
Sin embargo, la investigación sugiere que continuar con estas prácticas de manera saludable beneficiará a aquellos que son fieles.
Los Santos de los Últimos Días pueden reconocer que los beneficios inherentes en el evangelio restaurado de Jesucristo son tanto temporales como eternos.
Al mismo tiempo, todavía queda mucho trabajo por hacer para abordar los problemas de salud mental en niños, adultos, comunidades y naciones.
Fuente: Deseret News