Una vez, invite a un amigo con problemas de drogadicción a la iglesia. Me sorprendió que aceptara la invitación a las tres horas de reuniones. Ese día, el tema de la lección en la clase del sacerdocio fue ” Lo que uno siente al tener el espíritu santo”
El maestro repartió unas listas que explicaban lo que uno podría sentir cuando el Espíritu Santo esta presente. La paz, claridad, energía, esperanza, enfoque y amabilidad estaban en la lista. Al leer la lista, mi amigo me dijo “Me siento así cuando uso la cocaína”
Me di cuenta que algunas drogas pueden emular los dones espirituales. La cocaína es sumamente eficaz en la falsificación de los sentimientos e indicadores divinos del espíritu santo. Como toda falsificación satánica, es momentánea y, en este caso, lleva a la esclavitud física y espiritual.
La falsificación de autoestima
Muchos de nosotros estamos familiarizados con falsificaciones satánicas como el amor y la lujuria, el sacerdocio y las supercherías sacerdotales, los convenios y las combinaciones secretas. Una de las falsificaciones más sutiles es la autoestima.
Anteriormente, la autoestima era un resultado de los tropiezos, y las victorias personales basadas en el esfuerzo y la determinación personal. Basado en un estudio psicológico en 1960, aquellos que tienen éxito económico y académico demuestran una perspectiva positiva y mucha más seguridad emocional que los demás. Cuando el autoestima de una persona es fortalecida sin una base crea confianza falsa.
La fabricación de la autoestima sin méritos ha traído grandes consecuencias a nuestra generación. La autoestima puede funcionar como las falsificaciones espirituales.
La promoción a la autoestima ha creado personas adictas a la autoestima y habilita la existencia de un grupo de gente intitulada. Aquellos que sufren de una adición a la autoestima necesitan una fuente constante de halago y adulación. Sin el ánimo constante, es posible que la persona que depende de este tratamiento se deprima. La vida de alguien que esta adicto a la autoestima esta dividida entre las personas que proveen el halago y las personas que no lo hacen.
En el libro “You are Special” (Tu eres especial) por Max Lucado, una congregación de marionetas se enfoca en la búsqueda de halago en lugar de logros. Para aquellos que no conocen la historia, punchinello es un wemmick, o una persona de madera viviente. En la cultura wemmick, algunos reciben una estrella, si tienen buenas características, y otros reciben un punto gris, si no tienen potencial ante los ojos del pueblo.
Lucia es una wemmick que no tiene puntos grises ni estrellas. Ninguno de los emblemas se quedan pegados a su cuerpo. Punchinello quiere saber la razón por la cual Lucia es tan feliz.
Ella le enseña que visita a Eli, el creador de los wemmicks, con frecuencia. Eli tiene la habilidad de quitar los puntos grises y las estrellas y dar el don de la confianza.
La realidad es que todos los adictos a la autoestima tendrán que vivir en el mundo real. El mundo no tiene misericordia y recompensa la valides de los resultados sin interés en el individuo.
Usaremos el nombre de Marcos para explicar lo que ocurre regularmente. Marcos recibió halago desde su nacimiento. En su niñez, sus padres nunca le dejaron fallar. Como resultado, Marcos no puede sobrepasar los obstáculos del mundo.
Hay tres maneras para ayudar a Marcos: hacer lo que hizo Lucia en el libro “You Are Special” e introducir Marcos a “Eli”, medicar a Marcos, o ignorar las dificultades del mundo. Como sociedad, nunca escogemos a Eli.
El ser adicto al halago nos enseña que no nos arrepintamos. Pone nuestro valor sobre el polvo de la tierra y va en contra al plan de Dios. “Y se habían visto a sí mismos en su propio estado carnal, aún menos que el polvo de la tierra. Y todos a una voz clamaron, diciendo: ¡Oh, ten misericordia, y aplica la sangre expiatoria de Cristo para que recibamos el perdón de nuestros pecados” Mosíah 4:2
El rey Benjamín explicó a sus hijos que les compartiría el mensaje que lleva al arrepentimiento “porque han sido diligentes en guardar los mandamientos del Señor.” Mosíah 1:11
La autoestima es una falsificación espiritual de la confianza en Dios. El apoyarnos en el halago es apoyarnos en el brazo carnal. La primera opción requiere un proceso de trabajo espiritual, fallas, arrepentimiento, y aún más trabajo.
Al tener una cultura centrada en ser discípulos de Cristo, podemos sobrepasar la cultura de la autoestima. Nuestra relación personal con el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo curará nuestra dependencia al halago mundano si consagramos nuestra voluntad al ser que nos dio la vida.
Fuente: LDS.net