Lo que realmente significa la frivolidad, la risa excesiva, las conversaciones livianas en base a la adaptación del Libro “Eloquente Witness: Nibley on Himself, Others and the Temple” de Hugh Nibley
El Evangelio le fue entregado a Adán y Eva cuando, “después de muchos días” de sacrificio, “un ángel del Señor se apareció a Adán” y le enseñó el plan de salvación (Moisés 5: 6–9).
Adán y Eva lo aceptaron con alegría y se lo enseñaron a sus hijos (véase Moisés 5:10–12). Pero “Satanás vino entre ellos, y dijo: No lo creáis… y desde ese tiempo los hombres empezaron a ser carnales, sensuales y diabólico.”(Moisés 5:13).
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El Evangelio conlleva un patrón o estilo de vida más definido y opuesto a lo “carnal, sensual y diabólico”. Uno de los cargos o responsabilidades relacionadas con la adherencia al Evangelio se reitera en la revelación de la “Hoja de olivo”:
“Organizaos… estableced una casa, sí, una casa de oración… Por consiguiente, cesad de todas vuestras conversaciones livianas, de toda risa, de todos vuestros deseos de concupiscencia, de todo vuestro orgullo y frivolidad y de todos vuestros hechos malos.” (DyC 88:119,121).
En cuanto a la frivolidad, el humor no es una actitud a la ligera; es una visión de las debilidades humanas. No hay nada de luz en el uso incisivo de la sátira, a menudo entregada con un tono de pesar por la insensatez de los hombres y lo absurdo de sus pretensiones. Tal fue el humor cortante de Abinadí al dirigirse a los sacerdotes del rey Noé, no había nada de luz en ello, aunque quizá pueda provocar una pequeña risa.
Lo que sí es frivolidad es vulgar, se deleita en trivialidades superficiales y visualiza los eventos serios o trágicos con complacencia o indiferencia. En esto, tal como Brigham Young lo observaba a menudo, es poco juicioso dedicar interés a las modas, estilos, tendencias y formas de lenguaje y conducta que son pasivos y triviales, sin valor sólido ni atractivo intelectual.
Hay momentos en que las tonterías no son ligeras, sino perspicaces. Horace es el ejemplo clásico, su sátira divertida y de buen humor y es una triste exposición de los males y la corrupción de su época, tan inquietantemente como la nuestra.
En cuanto a la risa, José Smith empezó a reír tanto que sacudió todo su cuerpo; no obstante fue una risa significativa, una risa de buen humor.
La risa fuerte es una risa vacía, una carcajada. la risa sin sentido que responde a los sonidos o a una audiencia, que responde a la incitación, de cada comentario hecho, no importa cuán banal, en una comedia. Ten en cuenta que “los pensamientos ociosos y [la] risa excesiva” van de la mano en Doctrina y Convenios 88:69.
En lo que respecta a las conversaciones livianas y el hablar mal de alguien, mi política es hacer una crítica sólo cuando se me pide, de lo contrario, no se puede ganar nada. Debido a que casi todos los chismes están fuera del marco constructivo, se califica como hablar mal de los demás.
Este artículo fue escrito originalmente por Hugh Nibley y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “What Does It Really Mean to Avoid Light-Mindedness and Loud Laughter?”
