Las guerras son acontecimientos que nos pueden dejar sin alimento, internet o transporte de un momento a otro.
Durante la Segunda Guerra Mundial muchos campos de concentración fueron construidos para albergar a los prisioneros y civiles de guerra durante las distintas invasiones.
Las condiciones de aquellos campos de concentración se volvieron de conocimiento público, horripilando a la audiencia mundial debido al estilo de vida tan precario y el trato inhumano que recibían aquellas personas.
En un reciente pódcast, Marie Vischer Elliot, miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, describió la experiencia de su familia al ser confinados en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial:
“Sucedió lentamente y luego, de la nada, te das cuenta de que estás en un campo de concentración y la vida ahí se vuelve algo normal, como si todos los días serán así. De niña, no me imaginaba que un día todo terminaría.
Al principio las puertas estaban abiertas, mi madre y yo aún podíamos ir en bicicleta a la tienda para comprar algunas cosas, pero eventualmente las puertas se iban cerrando hasta el momento donde ya no podíamos salir ni conseguir comida”.
Marie relataba como ella comía algunas cucharadas de mantequilla de maní cuando de repente, de un día para otro, podían pasar tres días sin comer. Ella perdió a su hermano menor, Georgie, debido a la guerra.
Para Marie, su experiencia durante la Segunda Guerra Mundial fue una parte normal de su vida, pero algo que no se debe repetir. Ella definió la guerra en estas palabras:
“Siento que las personas hoy en día necesitan saber lo malo que es la guerra, lo desastrosa que es. No hay ganadores en una guerra, solo perdedores. Todos pierden en una guerra y las personas necesitan saberlo.
En la actualidad hay una guerra en Ucrania y mi corazón llora por ellos. Las personas necesitan saber lo malo y horrible que es la guerra.
Las personas en Ucrania un día lo tenían todo y al día siguiente todo se fue. Ellos están en guerra, están combatiendo y las bombas están cayendo del cielo”.
Marie compartió que debemos vivir nuestras vidas lo mejor que podamos, recordando que las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana, y que ya tenemos suficientes problemas como para iniciar una guerra.
Ella expresó en el pódcast:
“Cada día debemos estar agradecidos por lo que tenemos, la comida que tenemos; debemos agradecer a los cielos por la comida en nuestra mesa y por todo lo que tengamos cada día. No demos por sentado que siempre estarán ahí”.
Durante el pódcast, la entrevistadora, Morgan Jones Pearson, se refirió a la paz como algo que debemos construir, como algo que la historia de Marie nos recuerda.
Recordemos que en una guerra no hay ganadores.
Finalmente, Marie concluyó el podcast con palabras de sabiduría:
“Hay muchas familias en el mundo, y si no podemos tener la paz en nuestras familias, ¿cómo el mundo podrá tenerla?
Deseo que las personas sepan cómo hacer las paces. Si hay algún hermano o quien quiera que sea dentro de tu familia con quién no hayas resuelto algunos problemas, háblale. Hagan las paces y ámalo. Amen a todas las personas con las que se relacionen y sean las personas que aman y den amor.
Es de esta forma en que la paz vendrá, porque si no pueden tener paz en su familia, entonces el mundo nunca la tendrá y estará siempre en contienda”.
Fuente: LDS Living
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