Hay relativamente pocos argumentos nuevos en contra de la Restauración y de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, pero existen algunos que se han formulado en los últimos años.
Uno de los argumentos más creativos, popular entre algunos detractores de la Iglesia, es que las normas y la doctrina de los Santos de los Últimos Días hacen que la vida de los jóvenes miembros que se sienten atraídos hacia personas del mismo sexo sea miserable.
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Estos detractores esperan utilizar los indicadores de suicidio entre los jóvenes como un arma que ataque brutalmente a la Iglesia de Jesucristo.
Dos estudios recientes brindan una visión más clara sobre este esfuerzo infundado.
La orientación sexual y el suicidio
“La religión y la orientación sexual como predictores del suicidio juvenil de Utah” es el estudio de W. Justin Dyer, Michael A. Goodman y David S. Wood. Su publicación fue aprobada el 27 de julio de 2021 en BYU Studies Quarterly Prepublication Manuscript.
El estudio tuvo una muestra de 86,346 jóvenes en Utah y se examinó la relación entre la religión y el suicidio y la depresión.
Investigaciones anteriores sugirieron que la religión protege a sus feligreses, aunque se debate si también protege a las personas lesbianas, gays, bisexuales y a las que tienen dudas sobre su sexualidad.
El estudio planteó la hipótesis de que aquellos que pertenecen a la religión predominante en Utah, es decir, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, tendrían menos tendencias suicidas que otros grupos religiosos debido a las mayores conexiones familiares, menor consumo de sustancias tóxicas y más conexiones dentro de su comunidad.
Como por ejemplo, menos bullying a causa de la orientación sexual o religión de una persona, lo que hace que se sienta más segura en la escuela.
“En general, los resultados encontraron que los Santos de los Últimos Días tienen menos tendencias suicidas y depresión. Las diferencias se explicaban casi por completo por las conexiones familiares y el uso de medicamentos.
De manera similar, con respecto al suicidio y la depresión, los Santos de los Últimos Días LGBTQ tuvieron un número significativamente más bajo o igual a las personas LGBTQ de otras religiones y sin religión”.
Puede que algunos se mofen de este primer estudio porque dos de sus tres autores son parte de la facultad de Educación Religiosa de la Universidad Brigham Young.
Pero podemos preguntarnos; ¿Qué tipo de calificaciones tienen para abordar un tema como este?
Bueno, Michael A. Goodman, quien es miembro de la facultad de Educación Religiosa, cuenta con un Ph.D. en matrimonio, familia y desarrollo humano en la Universidad Brigham Young.
W. Justin Dyer, también miembro de la facultad de Educación Religiosa en BYU, obtuvo su Ph.D. en desarrollo humano y comunitario en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.
Y David S. Wood, quien obtuvo su doctorado en consejería en psicología por parte de la Universidad Estatal de Arizona, enseña en la Facultad de Trabajo Social de BYU.
Lo que quiere decir que el estudio debe ser evaluado por sus méritos o por la falta de los mismos.
El comportamiento y pensamientos suicidas
“Familia, fe y pensamientos y comportamientos suicidas (STB) entre los jóvenes LGBTQ en Utah” es el estudio realizado por McGraw, J. S., Docherty, M., Chinn, J. R. y Mahoney, A. En el año 2021. Este estudio se encuentra en la categoría de Psicología de la Orientación Sexual y la Diversidad de Género.
El estudio resalta que el estado de Utah ocupa el quinto lugar en la nación en lo que respecta a suicidios. Durante los últimos diez años, se ha experimentado un rápido aumento en el fallecimiento de jóvenes a causa del suicidio.
“Los jóvenes gays, lesbianas, bisexuales, transgénero y queer (LGBTQ) en Utah se encuentran en mayor riesgo, dada la mayor presencia y posturas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días con respecto a las identidades y relaciones LGBTQ”
Sin embargo, ninguna investigación ha examinado las diferencias o predictores de Pensamientos y Comportamientos Suicidas (o STB según sus siglas en inglés). Esto quiere decir, pensamientos, planes e intentos suicidas entre los jóvenes LGBTQ en Utah.
“Utilizando una gran muestra representativa de estudiantes de secundaria y preparatoria de Utah (n = 73,982), encontramos que los grupos LGBTQ de Santos de los Últimos Días (S.U.D.) y no S.U.D. reportaron mayores niveles de STB que los jóvenes heterosexuales o cisgénero, con jóvenes LGBTQ no S.U.D. reportando los niveles más altos de STB, seguidos por los jóvenes LGBTQ S.U.D.”
El estudio también demostró que dentro de los participantes hay un mayor conflicto familiar y una menor cercanía de sus padres lo cual está vinculado a una mayor depresión, autolesiones y abuso de sustancias.
Esos tres factores también están asociados con niveles más altos de STB entre los jóvenes LGBTQ en Utah.
“Los hallazgos sugieren que los jóvenes LGBTQ en Utah estarían más seguros si los profesionales de la salud y los grupos de defensa prestarán atención a las maneras en que la afiliación religiosa y la dinámica familiar conducen indirectamente a los STB entre los adolescentes”.
El estudio también agregó en su declaración de importancia pública que “tanto los jóvenes LGBTQ Santos de los Últimos Días como los que no lo son tienen un mayor riesgo de experimentar pensamientos y comportamientos suicidas que aquellos que son heterosexuales o cisgénero”.
Ellos resaltaron que los jóvenes LGBTQ con los niveles más altos de conflicto familiar y los niveles más bajos de cercanía por parte de sus padres están relacionados con la depresión, el abuso de sustancias, autolesiones, pensamientos suicidas e intentos de suicidio.
Entendemos que los lazos y las conexiones familiares y el apoyo mutuo son clave para una vida mental saludables.
James S. McGraw se está preparando para obtener su doctorado en psicología clínica en la Universidad Estatal Bowling Green en Ohio, donde J. Chinn también es un estudiante de posgrado.
Meagan Docherty enseña en el Departamento de Psicología de la Universidad Estatal Bowling Green, y Annette Mahoney es profesora de Psicología Clínica en la misma universidad.
No podemos minimizar la gravedad del suicidio ni restarle importancia a lo que nuestros hijos, amigos y compañeros sienten. Podemos ser agentes de cambio y de apoyo para quienes lo necesitan.
Si vemos que alguien está luchando con sus sentimientos debido a su orientación sexual u otro motivo, seamos una ayuda en lugar de una carga. Critiquemos menos y consolemos más.
Incluso si una sola persona de suicida, cualquiera que sea su sexualidad, siempre será una tragedia inestimable
Fuente: Meridian Magazine