El Élder Neal A. Maxwell citó a Anne Morrow Lindbergh:
“No creo que el sufrimiento puro enseñe. Si solo el sufrimiento enseñara, todo el mundo sería sabio, ya que todos sufren. Al sufrimiento se le debe añadir comprensión, paciencia, amor, sinceridad y voluntad para permanecer vulnerables”.
A menudo, en medio de los desafíos de la vida es difícil comprender cómo nuestro sufrimiento puede ayudarnos a adquirir sabiduría. A veces, ver cómo los demás responden ante los desafíos de manera positiva puede ser inspirador.
Mi amiga, Millie Mathis, es un gran ejemplo de elegir responder positivamente a los desafíos de la vida. El ex esposo de Millie decidió acabar con su vida el 18 de octubre de 2002. Quince años después, el hijo de 17 años de Millie, Tyson Lansberry, terminó con su vida el 21 de octubre de 2017.
Millie que tiene un título en terapia matrimonial y familiar, explica que el comportamiento de Tyson antes de su muerte no demostró señales de alerta de tener ideas de suicidarse. Millie nunca sabrá en esta vida todas las razones detrás de sus decisiones. El Presidente M. Russell Ballard nos enseña:
“Las personas sometidas a gran estrés pueden perder el control de sí mismas… Los juicios del Señor; Él conoce los pensamientos, las intenciones y las habilidades de los hombres… Cuando Él nos juzgue, siento que considerará todas las cosas: nuestra composición genética y química, nuestro estado mental, nuestra capacidad intelectual, las enseñanzas que recibimos, las tradiciones de nuestros padres, nuestra salud y más”.
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Independientemente de los motivos de sus suicidios, Millie, que es esposa y madre de cuatro niños, sabía que no deseaba quedarse estancada en su dolor. Sabía que enfocarse en la culpa y el dolor no solo la lastimaría a ella, sino también a aquellos a su alrededor. Millie dijo en una entrevista para un podcast: “Sé que no quiero vivir en la tristeza así que no voy a escoger la tristeza. Algunos días es una decisión difícil no permitir que eso suceda”.
La Dr. Lucinda Bateman, directora de la Oficina Médica del Centro Bateman Horne, ofrece educación a las personas que sufren de enfermedades crónicas y físicas debilitantes. Bateman les enseña a sus pacientes que “la resistencia emocional puede ayudar a la resistencia física”.
Se cultiva resistencia emocional cuando nos sentimos apoyados y creemos que podemos crecer y aprender de nuestras experiencias. La Profesora Carol Dweck acuñó los términos “mentalidad de crecimiento” y “mentalidad fija”.
Una persona con una mentalidad de crecimiento cree que puede aprender y adquirir habilidades a través de los esfuerzos persistentes. Una persona con una mentalidad fija cree que nació con las habilidades o no. Dweck enseña que cuando luchamos con problemas en la vida, necesitamos recordar la palabra “todavía”.
Si no has dominado un problema, simplemente todavía no lo has dominado. Los estudios demuestran que aquellos que creen en la mentalidad de crecimiento no solo aprenden nuevas habilidades, sino también aumentan la actividad cerebral que puede mejorar aún más su capacidad de aprender.
Nuestro Salvador nos asegura nuestra capacidad de aprender al mismo tiempo que Él nos ofrece apoyo:
“De cierto, de cierto os digo, sois niños pequeños, y todavía no habéis entendido cuán grandes bendiciones el Padre tiene en sus propias manos y ha preparado para vosotros; y no podéis sobrellevar ahora todas las cosas; no obstante, sed de buen ánimo, porque yo os guiaré… Y el que reciba todas las cosas con gratitud será glorificado” (DyC 78: 17-19).
Millie dice que si pudiera traer a Tyson de regreso, lo haría en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, sabe que no lo puede hacer. Así que se enfoca en ser agradecida por las lecciones que ha aprendido. Millie dice que a través de las pruebas y los errores encontró las habilidades que la ayudaron a recuperarse.
Aunque admite que cada día no tiene resultados positivos, sabe que cada día la ayuda a aprender lo que funciona y no para ella. A través de este proceso, Millie aprendió tres principios importantes que la ayudaron a encontrar paz y alegría en la vida.
Necesitamos conexiones con los demás
En sus días más oscuros, Millie sabe que acercarse a alguien y conectarse con los demás la ayudará a encontrar esperanza nuevamente. Millie dice que estar solo puede ser terapéutico a veces. Sin embargo, cuando nos encontramos cayendo en la oscuridad, conectarnos con las personas que nos aman y apoyan puede ser la mejor medicina.
Solo podemos controlar nuestras decisiones y reacciones
Aprender a aceptar que no podía controlar las decisiones de los demás ayudó a Millie a recuperarse de sus sentimientos de culpa y arrepentimiento. Millie sabe que su respuesta después del suicidio de su ex esposo y su hijo es su completa decisión.
Asimismo sabe que las pequeñas decisiones diarias pueden hacer una gran diferencia. Por ejemplo, Millie decidió ir a caminar todos los días, descubrió que eso era muy importante tanto emocional como físicamente para ella, y dice: “Nunca pensé que caminar sería algo que me ayudaría, pero lo hace y ¡es increíble!”
¡Todos tienen a alguien que los ama!
No importa quién seas, no importan las cosas terribles que los demás hayan dicho de ti y no importan las cosas terribles que hayas hecho, ¡alguien te ama!
Nuestro Padre Celestial nos ve más allá de nuestros errores e imperfecciones. Él, que nos conoce perfectamente, nos ama perfectamente. No solo Dios nos ama, sino que también tenemos ángeles en la tierra y en el cielo que nos conocen y nos ayudan, como nos lo recuerda esta escritura: “Son más los que están con nosotros que los que están con ellos” (2 Reyes 6: 16).
Millie cree que Tyson, que era un niño tímido y tenía pocos amigos cercanos, no entendió completamente cuántas personas lo amaban y se preocupaban por él. Sin embargo, en el funeral de Tyson, Millie se sintió abrumada por la cantidad de gente que asistió y le expresó su amor por su hijo.
Millie desea que Tyson hubiera entendido estas tres lecciones. A menos de un año después de la muerte de Tyson, Millie comenzó a hablar con los jóvenes que luchaban con ideas suicidas y compartió con ellos las cosas que aprendió. Millie también ayuda a las personas individualmente al trabajar como asesora en Sunrise Solutions en Sandy, Utah.
Millie me dijo en un correo electrónico reciente:
“Creo que todos tenemos la capacidad dentro de nosotros para superar cualquier cosa al utilizar el poder de la expiación, el trabajo arduo y la persistencia. Me siento privilegiada por ayudar a los demás a navegar a través de los desafíos y las pruebas que todos enfrentamos en esta vida”.
Servir a los demás ayudó a Millie a progresar en su proceso de recuperación. El presidente Henry B. Eyring enseña que al servir a los demás andamos con nuestro Salvador:
“Si andan con el Salvador el tiempo suficiente, aprenderán a ver a todos como un hijo de Dios con poder ilimitado, sin importar cuál pueda haber sido su pasado”.
El “todos” al que el Presidente Eyring se refiere nos incluye a nosotros mismos, que a menudo podemos ser las personas más difíciles de ver nuestro “poder ilimitado” para recuperarnos y crecer.
A medida que practicamos el “soportar bien” podemos ampliar nuestra comprensión al permitir que los desafíos de la vida “sirvan de experiencia y sean para nuestro bien” (DyC 122:7). Por lo tanto, nuestra empatía también se enriquece y se hace eterna.
Millie comprende que su viaje está lejos de terminar, pero está aprendiendo mucho en el proceso y puede ser capaz de sentir empatía por los demás de una manera única. Es una voz de esperanza para aquellos que no tienen esperanza. Comparte luz con los que sienten que la oscuridad se está acercando a ellos. Comparte el amor de Dios con aquellos que sienten que el amor los ha pasado por alto.
El Presidente Faust nos recuerda:
“Tú eres responsable de las elecciones que hagas… Eres un hijo o una hija de Dios que posee gran fortaleza; tienes la habilidad para seguir la rectitud y la felicidad, no importa cuáles sean tus circunstancias”.
A medida que practicamos tomar decisiones que conduzcan al crecimiento y la comprensión, podemos permitir que el dolor y el sufrimiento sean un maestro poderoso. A medida que experimentamos los crecientes dolores de la vida, recordemos la palabra “todavía”. Es posible que todavía no entendamos, que todavía no tengamos las habilidades para tener éxito, es posible que todavía no veamos el fin del sufrimiento, pero con la guía de nuestro Salvador, ¡lo lograremos!
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Kim Yadon y fue publicado en ldsliving.com con el título “3 Truths That Helped One Latter-day Saint Choose Joy After Her Son’s Suicide”.
