Tengo varios amigos que se preguntan cuándo es el momento adecuado para recibir su investidura del templo.
Cuando surge el tema, siempre dudo en cómo responder porque mi instinto es decirles: “¿Qué están esperando? ¡Vayan! ¡Vayan! ¡Vayan!”. A veces vacilo porque hay un momento y un lugar apropiados para la adoración en el templo, y no me gustaría presionar a nadie.
Recibí mi propia investidura hace unos años, y en ese corto tiempo he llegado a confiar en el poder de Cristo que se encuentra en el templo, y quiero que mis amigos tengan la misma oportunidad.
Con eso en mente, aquí te comparto cinco razones por las que deberías prepararte para recibir tus investiduras del templo. Espero que estos puntos te ayuden a apreciar las bendiciones que se vienen y sentir el deseo de hacer esa promesa con Dios en Su santo templo.
1. Sentirás el amor de Dios al hacer convenios con Él
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El presidente Russell M. Nelson dijo: “En toda la eternidad, nadie los conocerá ni se preocupará por ustedes de la manera en que lo hace [Dios]”.
Podemos intensificar el sentimiento ennoblecedor y reconfortante si decidimos avanzar en la senda de los convenios. Hacer convenios en el templo es una manera casi literal de acercarnos más a Su amor perfecto.
Recibir la investidura del templo es como abrir una puerta para que fluya más amor de Dios en tu vida. Su amor cambia la forma en que te ves a ti mismo.
El espíritu que se siente en el templo te hace sentir especial, como si fueras la persona favorita de Dios. Algunos de los momentos más hermosos los he pasado en el templo.
Por supuesto, puedes sentir ese amor fuera del templo, pero dentro de sus puertas es como si pudieras palparlo.
2. La quietud y el silencio del templo no tienen comparación
Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Bien, quiero que seas honesto conmigo por un minuto: ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste en un lugar tranquilo y no hiciste nada más que meditar y orar?
En un mundo de mucha tecnología a la alcance de la mano, realmente puede ser casi imposible quedarse quieto o encontrar un momento de silencio.
Incluso en la Iglesia, la ordenanza de la Santa Cena solo dura unos 15 minutos, y con los niños llorando o las personas que hablan en los pasillos, incluso la Santa Cena no siempre garantiza un momento de tranquilidad.
El templo, sin embargo, nos brinda un lugar para estar en quietud y silencio. En nuestro lugar de adoración más sagrado, el salón celestial (donde terminará tu experiencia en el templo), no hay instrucción formal, ni música, ni charlas. Solo silencio.
Sí, puedes hablar en susurros según sea necesario, pero el propósito de este espacio sagrado es el silencio, es tener una comunicación personal con Dios en Su presencia.
El mundo va cada vez más a prisa. El templo puede ser tu lugar de refugio y paz, un lugar para escuchar a Dios.
3. Tienes la oportunidad de usar el gárment del templo
Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Estoy seguro de que alguna vez te has hecho preguntas sobre el gárment del templo y tal vez hayas escuchado varias respuestas sobre cómo usarlo.
El gárment es un recordatorio diario de nuestro compromiso con Dios y ese recordatorio trae poder espiritual. El gárment también nos recuerda que si bien podemos estar fuera de la presencia física de Dios en este momento, nunca estamos fuera de Su presencia espiritual.
4. Puedes colocar nombres en la lista de oración del templo
Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Como parte de la ceremonia de investidura, todos realizan una oración a favor de los nombres presentados por los miembros que van al templo.
En diferentes lugares del templo, hay mesas con pequeñas tarjetas para que puedas escribir estos nombres, que luego son colocados en una caja. En la caja hay una pequeña placa con estas instrucciones:
“Aquellos con una relación o interés especial pueden colocar los nombres de hasta cinco personas que se encuentren enfermas o afligidas y necesiten la fe y las oraciones de los usuarios del templo. Los nombres permanecerán en la lista de oración durante dos semanas”.
También puedes colocar nombres por internet en la página web de la Iglesia o en la sección “Templos” de la aplicación “Herramientas para miembros”.
Esta es una opción excelente y conveniente, pero para mí, el acto de escribir nombres en una hoja de papel y colocarlos en una caja es más significativo.
Se siente como si estuvieras enviando un mensaje directamente a Dios a favor de las personas que amas con el fin de que sus vidas puedan ser bendecidas.
5. Es otro medio que te ayuda a recibir la ayuda de los cielos
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Cuando busco guía o consuelo en mi vida, ir al templo me ayuda a enfocar toda la energía que siento de una manera positiva. Me ayuda a encontrar claridad y tener una conversación abierta con Dios.
Por supuesto, eso no significa que al ir al templo encontrarás inmediatamente respuestas a todos tus problemas, pero sí te ayudará a mantenerte en el camino correcto.
El presidente Nelson compartió:
“Si pudiera hablar con cada hombre y cada mujer que anhelan el matrimonio, pero que aún no han encontrado a su eterno compañero o compañera, los instaría a que no esperen a casarse para recibir la investidura en la Casa del Señor. Empiecen ahora a aprender y a experimentar lo que significa estar armado con el poder del sacerdocio.
Y a cada uno de ustedes que han hecho convenios en el templo, les ruego que —de manera devota y constante— procuren comprender los convenios y las ordenanzas del templo. Se abrirán puertas espirituales; aprenderán a separar el velo entre el cielo y la tierra, a pedir a los ángeles de Dios que estén con ustedes y la mejor forma de recibir guía de los cielos. Sus esfuerzos diligentes por hacerlo reforzarán y fortalecerán su cimiento espiritual”.
Donde el cielo y la tierra se unen
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El templo es en verdad la Casa del Señor, no hay otro lugar parecido sobre la tierra. No necesitas sentir temor o nerviosismo, esta experiencia será entre el Padre Celestial, Su Hijo Jesucristo y tú.
“[El Señor] es Quien desea que experimenten plenamente Sus sagradas ordenanzas. Él quiere que comprendan sus privilegios, promesas y responsabilidades. Él quiere que tengan perspectivas y despertares espirituales que nunca antes hayan tenido. Él desea esto para todos los participantes del templo, dondequiera que vivan”. -Presidente Russell M. Nelson
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Fuente: LdsLiving
