Pregunta
Hace unos meses, mi hijo me compartió que tiene dificultades para aceptar su cuerpo, aquello le ha causado mucho dolor y angustia por lo que desea hacer su transición de género.
No sé de qué manera ayudarlo. Mi familia se bautizó hace tres años y no sé qué es lo que la Iglesia ha dicho al respecto, ¿puedes aconsejarme, qué puedo hacer como padre?
Respuesta
Aquello le ha causado mucho dolor y angustia a mi hijo. Imagen: Canva
Agradezco que compartas esto conmigo, es mi deseo que ambos puedan encontrar paz y alivio.
Primero, sabemos que el género, ser hombre o mujer, es una característica esencial del plan de felicidad que el Padre Celestial tiene para cada uno de Sus hijos e hijas. Esta verdad eterna no cambiará.
Por otro lado, como miembros de la Iglesia del Salvador, no tenemos el derecho de juzgar a nadie. Tenemos el llamado de tratar a toda persona con tacto, bondad, compasión y amor semejante al de Cristo.
Tenemos el deber de tratar a toda persona con amor y dignidad siguiendo las enseñanzas del Salvador. Imagen: Canva
En un devocional para jóvenes adultos, el presidente Dallin H. Oaks afirmó que seguir a Dios y las enseñanzas del evangelio no tienen por qué impedir que amemos a nuestros semejantes.
“Cualquiera que no trate con amor y dignidad a las personas que enfrentan problemas de identidad de género, no están en consonancia con las enseñanzas del primer y segundo gran mandamiento…
Si un familiar o un amigo está luchando con problemas de confusión de identidad, los invito a aplicar la ley del evangelio con el amor y la misericordia de nuestro Salvador”.
La Iglesia de Jesucristo no tiene una posición oficial sobre las causas por las que una persona se identifica como transgénero.
Imagen: Canva
No obstante, aconseja a los Santos de los Últimos Días a no realizarse intervenciones médicas ni transiciones sociales (Manual General).
“Los líderes de la Iglesia aconsejan que no se realicen intervenciones médicas o quirúrgicas voluntarias con el propósito de intentar hacer una transición al género opuesto del sexo que la persona tenía al nacer (“reasignación de sexo”)…
Los líderes también desaconsejan la transición social, la cual abarca cambiar el modo de vestir y la apariencia, o cambiar el nombre o los pronombres, con el fin de presentarse de manera distinta al sexo que se tenía al nacer”.
Esta transición puede traer restricciones.
No tenemos que atravesar nuestras pruebas por nuestra cuenta. Imagen: Canva
En el caso de tu hijo, se verá afectado en el uso de su sacerdocio, la recepción o el uso de una recomendación para el templo y el recibir ciertos llamamientos en la Iglesia.
“Si bien se restringen ciertos privilegios de la condición de miembro de la Iglesia, se alienta la restante participación en ella”.
De la misma manera, de acuerdo con el Manual General de la Iglesia, si tu hijo decide no realizar ningún tipo de transición, seguiría teniendo la oportunidad de recibir llamamientos, una recomendación para el templo y las ordenanzas del mismo.
No sabemos porque tenemos que pasar las pruebas que llegan a nuestra vida, pero de lo que podemos tener seguridad es que no tendremos que atravesarlas por nuestra cuenta.
Dicho esto, lamento mucho que tu hijo esté sufriendo por causa de su identidad. Para ayudarlo con el bienestar de su salud mental y con fin de que pueda comprender sus emociones, a aliviar la disforia de género o reducir sus niveles de antiedad o pensamientos negativos, te recomiendo que pueda recibir la guía de un profesional.
No te alejes de tu hijo, él necesita tu amor. Imagen: Canva
No tengas miedo de compartir tus dudas con tus líderes locales, ellos consultarán con el Señor para ayudarte de la manera más adecuada.
Acércate al Señor para recibir Su guía, pero sobre todo, no dejes a tu hijo, él necesita tu amor y sentir que no está solo.
La hermana Jean B. Bingham enseñó:
“Las palabras tienen un poder sorprendente, tanto para construir como para destruir. Tal vez todos recordemos palabras negativas que nos desanimaron y otras que se dijeron con amor y que edificaron nuestro espíritu. Elegir decir sobre los demás solo lo que es positivo, o decírselo a ellos, eleva y fortalece a los que nos rodean y los ayuda a seguir a la manera del Salvador”.
Lo mejor que puedes hacer es elevar y fortalecer a tu ser querido, ser el apoyo que él necesita sin dejar de aferrarte a Jesucristo.
