Nota de autor: Nicole Beal escribió originalmente este artículo.
En el otoño de 2004, nació mi hijo JJ. Dos meses después, mi hermana tuvo gemelos: Cooper y Colby.
En ese entonces, vivíamos en Lehi, Utah, y nuestros pequeños pasaron sus primeros años jugando juntos casi a diario. La familia comenzó a llamarlos “los tres amigos”.
Cuando JJ tenía 8 años, nuestra familia se mudó al otro lado del país, a Georgia.
Sin embargo, el vínculo que JJ creó con sus primos se mantuvo intacto.
Cuando nuestra familia viajaba a Utah para las fiestas o eventos especiales, los chicos no perdían el contacto y aprovechaban al máximo los días que tenían juntos.
Con el paso de los años, muchos en nuestra familia comentaban sobre la conexión casi invisible que ni el tiempo ni la distancia podían romper entre ellos.
A medida que se acercaba la graduación de secundaria y se debían tomar grandes decisiones, los primos conversaron a menudo sobre su futuro.
Los 3 decidieron seguir el consejo del presidente Russell M. Nelson cuando compartió:
“Para los hombres jóvenes Santos de los Últimos Días, el servicio misional es una responsabilidad del sacerdocio. A ustedes, hombres jóvenes, se les ha reservado para esta época en que tiene lugar el prometido recogimiento de Israel”.
Los tres hermanos prepararon sus papeles para la misión por semanas. JJ fue el primero en recibir su llamamiento, fue asignado a la Misión Perú Arequipa e iniciará el 7 de agosto de 2023 en el Centro de Capacitación Misional, Provo.
Dos semanas después, los gemelos recibieron sus llamamientos misionales, Cooper fue asignado a servir en Cusco, Perú, mientras que a Colby se le asignó servir en la Misión Perú Piura. Ambos iniciaron su servicio el 14 de agosto del 2023.
Toda nuestra familia no podía creerlo. Con 450 misiones en todo el mundo, “los tres amigos” aprenderían español y servirían en el mismo país.
El élder Colby Felix, compartió:
“Desde que éramos pequeños hacíamos todo juntos, así que no me sorprendió cuando se nos asignó al servir en Perú. Me motiva saber que mi hermano y mi primo también están en el mismo país bendiciendo la vida de estas personas.
Como cuando estábamos en el CCM y estábamos todos adaptándonos a estar lejos de la familia y tratando de aprender la mayor cantidad de español en 5 semanas, el hecho de saber que no estaba solo hizo que fuera mucho mejor.
Saber que ahora estamos aquí, siendo los mismos pequeños que corrían jugando, compartiendo el evangelio de Cristo, es una gran bendición para mí”.
Mi hijo y sus primos ya tienen un año sirviendo en Perú, se comunican por correo electrónico y mensajes de voz sobre lo que están aprendiendo, ajustándose y celebrando. El élder JJ Beal, expresó:
“Servir al Señor con mis primos tan cerca me ha ayudado a acercar a otras familias a Cristo a través de los convenios sagrados que hacemos con Él”.
Desde el idioma hasta la comida, la cultura en el país y el clima, han desarrollado el gran conocimiento que tienen sobre el Padre Celestial, que los conoce y ama, y el Salvador, que ve quiénes y dónde están.
Cada joven procura confia en el Espíritu Santo para cumplir con su llamamiento y el recogimiento de Israel.
Finalmente, Cooper Felix, compartió:
“Me encanta servir a mi Salvador y saber que mis dos mejores amigos están aquí conmigo como ‘instrumentos en las manos de Dios para llevar a muchos al conocimiento de la verdad, sí, al conocimiento de su Redentor.’”
Fuente: LDS Living