¿Qué es lo que hace a una amistad sincera en un mundo de redes sociales?

Ser sincero es difícil pero ser sincero sobre asuntos importantes es más difícil. No estoy hablando de esa vez cada seis meses en la que desnudas tu alma en un post de Instagram sobre la lucha contra el perfeccionismo, la historia graciosa sobre tu hijo “travieso”  o la foto que retrata por completo que dejaste tus platos toda la noche en el impecable lavadero de tu casa de campo. Estoy hablando de sinceridad real sobre cosas que sí importan. 

 En nuestra vida real, la vida que no se muestra delante o detrás de una pantalla, tratamos – con toda la energía del cuerpo y alma- de mantener las apariencias, poner caras felices y esconder todo lo desagradable debajo de la alfombra. Básicamente, es una segunda naturaleza fingir que todo siempre está bien. Sin embargo, déjame preguntar ¿para qué?

amistad sincera

No me estoy dedicando a la letanía de quejas y negatividad. Sabemos que el mundo no está habitado por personas que solo ven o hablan de lo malo pero las relaciones no se construyen sobre comentarios superficiales y sonrisas resplandecientes.

¿Qué pasaría si tus amigos se enteraran de que tu depresión posparto es una pesadilla diaria o que crees que tu bebé podría padecer de autismo?

¿Qué pasaría si tu vecino descubriera que  tu corazón está roto porque no importa lo que intentes, tu hija sigue siendo malcriada, o que tu hijo mayor se niega a venir?

¿Qué pasaría si le contaras a toda tu familia que estás pasando dificultades para pagar tus deudas, o que realmente estuviste luchando con tu fe?

¿Qué pasaría si le admitieras a tu hijo adolescente que te equivocaste como padre o reconocieras que realmente no fuiste un padre perfecto para tus hijos mayores?

¿Qué pasaría si dijeras la verdad? No una confesión para que el mundo vea, un post de red social o una invectiva sobre un problema que alguien más tiene contigo sino compartir ahora, problemas reales con alguien cercano a quien le importes. ¿Qué pasaría si abrieras tu corazón?

¿Crees que las personas que supuestamente te aman se irían? No debería ser así. Con las personas correctas a tu lado, la sinceridad debe traerte soluciones, empatía, amor y amistad real. Esto me ha pasado innumerables veces.

Como madre joven de tres niños, llegué al parque de nuestro vecindario en un momento realmente crítico. Hubiera podido fingir ser una estrella de rock y jugar a al “pato pato ganso” y empujar a los niños a los columpios. Sin embargo, en lugar de eso, fui honesta. Mis amigos recogieron las piezas de mi momento crítico de maternidad y vinieron para darme unos minutos de cordura que necesitaba desesperadamente.

Cuando he compartido preguntas y debilidades en mi fe con los hermanos de la iglesia, no existen desaires o sorpresas. En lugar de eso, recibo comprensión, ideas de gran ayuda además de palabras y ejemplos de aliento sobre cómo puedo fortalecerme y hallar las respuestas que estuve buscando. No me necesitan para que sea una santa que repite mecánicamente respuestas ensayadas. Me aman porque todos somos imperfectos y estamos haciendo todo lo posible para resolverlo.

Al final de una clase de gimnasio el año pasado, mis lágrimas comenzaron a salir después de una semana particularmente difícil. Algunas mujeres lo notaron y me sinceré. Me impresioné cuando compartieron sus propias batallas, algunas tan dolorosas que mis pequeños problemas entraron en cuestión. Me inspiraron a continuar con fe. Ellas pudieron haberse quedado calladas, prefiriendo seguir siendo las mujeres gimnastas hermosas y fuertes  que siempre imaginé que eran, pero en cambio se convirtieron en mucho más.

Creo que olvidamos que el conocimiento tiene el poder de cambiar corazones. Después de enterarme de la depresión de una amiga, mi capacidad para amar y ser paciente con ella aumentó y paré de esperar más de lo que podía dar. Cuando otro amigo me contó sobre las dificultades emocionales y mentales de su hijo, fui capaz de verlo como un guerrero en lugar de solo un niño difícil. De repente, fue fácil convertirme en su fan.

 

Si intentas ser sincero, creo que las personas te sorprenderán. No existe vergüenza en la lucha. Eso es lo que nos une, si dejamos que así sea. Entonces, dejemos de intentar controlar todo hasta que sea demasiado tarde. Nadie debe esperar hasta estar completamente mal antes de pedir ayuda, amor o comprensión. En la mayoría de los casos, la independencia es admirada y celebrada pero también es terriblemente solitaria.

Regularmente, me he preguntado cómo se supone que soportemos las cargas de otros si nadie las compartirá, o cómo podemos llorar con los que lloran si nadie muestra su tristeza. Creo que Dios no nos envió aquí en familias, grandes familias, comunidades, congregaciones y barrios para que podamos andar por nuestros caminos difíciles solos.

Él confía en nosotros para entrelazar nuestras necesidades, nuestras vidas y nuestros corazones con el fin de que podamos aliviar el sufrimiento, compartir luz y nos unamos en Él. He llegado a comprender que solo a través de los otros veremos la mano de Dios.

Este artículo fue escrito originalmente por Brooke Romney en Deseret News con el título “What makes honest friendship in a world of social media?”

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