A veces no hace falta una crisis enorme para sentirnos desbordados. Basta con que se acumulen muchas pequeñas cosas. Una decepción, una noticia inesperada, una semana difícil. Cuando eso pasa, nuestro ánimo empieza a hundirse y sentimos que no podemos más.
En esos momentos, una escritura sencilla puede ser justo lo que el alma necesita. No resuelve todo de inmediato, pero nos recuerda que no estamos solos, que hay alguien que nos comprende, y que lo que sentimos también le importa a Dios.
Aquí compartimos tres pasajes que nos sostienen cuando la vida se pone cuesta arriba.
Cuando te duele el corazón

“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón, y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las aflicciones del justo, mas de todas ellas le libra Jehová”. – Salmos 34:18–19
Este versículo no promete que no habrá dificultades, pero sí nos asegura algo más importante: el Señor camina con nosotros a través de ellas. Él conoce nuestras lágrimas, nuestras frustraciones y todo lo que no contamos. Dios no nos deja solos cuando nos duele el alma. Está cerca, incluso si no lo sentimos.
Como dice Predicad Mi Evangelio, “todo lo que es injusto en la vida puede ser hecho justo por medio de la expiación de Jesucristo”. Él no quita el dolor de inmediato, pero lo transforma con propósito. Recordemos que con Él, nada se sufre en vano.
Cuando sientes que nadie te entiende

“Yo he oído tu oración; he visto tus lágrimas. He aquí, yo te sanaré; al tercer día subirás a la casa de Jehová.” – 2 Reyes 20:5
Este pasaje nos recuerda que el Señor no solo oye lo que decimos, también ve lo que sentimos. Está al tanto de cada lágrima, incluso de aquellas que nadie más nota. La promesa de sanación es real, aunque venga con espera.
La presidenta Camille N. Johnson enseñó que “Y mientras esperamos esa sanación, la fe en el Maestro Sanador nos sanará espiritualmente.” Y es cierto. Aunque todavía no veamos la solución, podemos sentir paz por adelantado si nos aferramos a Él. Por ello, las veces que necesitamos saber que alguien nos está escuchando de verdad. Dios lo hace.
Cuando necesitas descansar

“Echa sobre Jehová tu carga y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.” – Salmos 55:22
Hay días en los que simplemente estamos agotados. Y es válido. No tenemos que cargar con todo nosotros mismos. Esta escritura es una invitación a dejar de hacer fuerza solos. Podemos entregar nuestras cargas, físicas o emocionales, al Señor. Él tiene formas sutiles pero reales de sostenernos cuando sentimos que ya no podemos más.
El obispo Gérald Caussé explicó que: “Las bendiciones compensatorias del Señor a menudo llegan por medio de la bondad y el servicio de otras personas que nos ayudan a lograr lo que no podemos hacer por nosotros mismos”. A veces Él no responde con milagros inmediatos, sino con gestos simples a través de alguien más.
Volver al centro en medio del caos
La vida no siempre va a ser fácil, pero tampoco estamos destinados a vivir solos. Estas escrituras son recordatorios reales de que el amor de Dios sigue vigente, incluso en los días que parecen más grises.
Guardar estos pasajes en nuestros pensamientos y corazón puede ser una forma práctica de volver al centro cuando todo parece fuera de lugar. No todo se soluciona con una oración, pero una oración puede ser el primer paso hacia la paz.
¿Cuál es tu escritura para aliviar tu alma?
Fuente: LDS Living
Video relacionado



