Al leer la traducción del Rey Santiago de Juan 1:18, encontramos esta frase desconcertante: “A Dios nadie le vio jamás”.
¿Alguna mujer ha visto a Dios?
El texto original en griego de Juan 1: 18 se traduciría de manera más exacta como: “A Dios nadie [hombre o mujer] le vio jamás”. Sin embargo, la traducción de José Smith aclara: “Y a Dios nadie le vio jamás, excepto el que ha dado testimonio del Hijo, pues si no es por medio de Él, nadie puede ser salvo”. Tenemos varios ejemplos de los hombres que vieron a Dios.
No obstante, la traducción en inglés: “A Dios nadie le vio jamás” nos anima a preguntar, ¿En qué parte de las Escrituras tenemos un ejemplo de alguna mujer que vio a Dios?
¿Eva vio a Dios?
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Si tomamos el Antiguo Testamento como nuestra guía, no tendremos claro que Eva vio a Dios. Sabemos que escuchó Su voz en el Jardín y habló con Él (Génesis 3:8). La revelación moderna nos brinda un mayor entendimiento.
Moisés 5:4 enseña que después de la Caída, Adán y Eva ya no vieron a Dios porque “se encontraban excluidos de su presencia”. Eso nos permite llegar a la conclusión de que antes de la Caída, Adán y Eva tuvieron una relación directa con Dios.
Eva vio a Dios.
¿Abish vio a Dios?
Una de las historias inesperadas de las Escrituras es la de Abish, en el Libro de Mormón. Como sierva del rey lamanita, esperaríamos que no supiera nada del Evangelio. Sorprendentemente, después de que el rey lamanita y su casa fueron convertidos a través de la predicación de Ammón, Abish los salvó de una multitud amenazadora.
Mormón presenta a Abish de esta manera, “Y sucedió que invocaron con ahínco el nombre del Señor, hasta que todos hubieron caído a tierra, salvo una mujer lamanita cuyo nombre era Abish, la cual se había convertido al Señor muchos años antes a causa de una notable visión de su padre” (Alma 19: 16).
Curiosamente, el nombre de Abish en hebreo probablemente significa “el Padre es un hombre”, es un nombre extraño ya que todo padre es un hombre.
De manera significativa, los autores de las Escrituras antiguas a menudo utilizaban los nombres de las personas como un tema clave en la historia.
¿Esto qué significa para la historia de Abish? Su nombre puede ser un testimonio de lo que experimentó en una visión, de que “[Dios el Padre] es un hombre”.
¡Asombrosamente, eso convertiría a Abish en una de las pocas mujeres registradas en las Escrituras que vieron a Dios!
Tengo fe de que Abish vio a Dios.
¿Quién puede ver a Dios?
Para Dios es grato estar en una relación de convenio con nosotros. Él quiere vernos y Él quiere lo veamos.
Si nos dirigimos a la historia de Moisés y los israelitas en Sinaí, aprendemos que Dios salvó a los israelitas de la esclavitud egipcia para que Él pudiera invitarlos a Su presencia, para verlo. Dios instruyó a Moisés y los israelitas: “Y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el monte Sinaí” (Éxodo 19: 11).
Desafortunadamente, debido al temor y la falta de fe, los israelitas rechazaron la oportunidad de ver a Dios (Éxodo 20: 18 – 21 y DyC 84: 19 – 24).
Alguien que ejerció fe para vencer el temor de ver a Dios fue el hermano de Jared. Aprendemos de su ejemplo que aquellos que tienen un corazón justo y fe en Dios pueden regresar a Su presencia para ver Su rostro.
El hermano de Jared le dijo a Dios: “Sí, Señor, sé que hablas la verdad, porque eres un Dios de verdad, y no puedes mentir. Y cuando hubo dicho estas palabras, he aquí, el Señor se le mostró, y dijo: Porque sabes estas cosas, eres redimido de la caída; por tanto, eres traído de nuevo a mi presencia; por consiguiente yo me manifiesto a ti” (Éter 3: 12 – 13).
¿Podemos ver a Dios?
¡Sí!
Creo que las palabras del musical “Los Miserables” expresan mejor la verdad acerca de cómo vemos el rostro de Dios:
Amar a otra persona es ver el rostro de Dios
Y el amor es la esencia de todos los convenios de Dios
Este artículo fue escrito originalmente por el Dr. Taylor Halverson y fue publicado en ldsliving.com con el título “Women in the Scriptures Who Have Seen God”.