Recientemente hice un pequeño experimento. Como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; a menudo, otros cristianos nos desafían con la pregunta “¿Cómo sabes que el Libro de Mormón es verdadero?” A veces, en mi mente, cambio la pregunta: “¿Cómo sabes que la Biblia es verdadera?”
Por supuesto, los Santos de los Últimos Días creemos que la Biblia es verdadera, pero sentí curiosidad por saber cuál sería la respuesta promedio de los cristianos y busqué la pregunta. Los resultados (los resultados literales) fueron sorprendentes, por no decir más. A continuación, mostraré una captura de pantalla de la primera página de resultados.
También te puede interesar: Lo que comprendí cuando Dios no respondió mi oración sobre la veracidad del Libro de Mormón
Los resultados de Google
Lo que fue sorprendente
Es evidente que no existe escasez de sitios web dispuestos a opinar sobre el tema. La mayoría intenta demostrar que la Biblia es verdadera por las siguientes razones:
- La Biblia es verdadera porque existen muchas pruebas arqueológicas a favor de su histórica.
- La Biblia es verdadera porque, de otro modo, un texto tan antiguo no hubiera sobrevivido tanto tiempo.
- Antes que la Biblia, tal como la conocemos, existiera, cada libro de la Biblia era independiente. Ahora, el hecho de que estos libros no se contradigan es una prueba más de su veracidad.
- La Biblia es verdadera porque ha cambiado muchas vidas.
- La Biblia es verdadera porque la Biblia lo dice.
- La Biblia es verdadera porque las cosas que se profetizaron en ella, realmente sucedieron.
- La Biblia es verdadera porque cuando vives según sus enseñanzas, suceden cosas buenas.
- La Biblia es verdadera porque cuando la lees, puedes decirlo.
Como puedes ver, algunas respuestas fueron mejores que otras. Algunas, sinceramente son puntos importantes y vale la pena investigarlos. Las evidencias arqueológicas sobre los eventos de la Biblia son fascinantes y definitivamente, es milagroso ver cómo se desarrollan las profecías.
Sion embargo, a medida que investigaba, me di cuenta de que una explicación no estaba apareciendo. Finalmente, encontré que se mencionaba brevemente al final de uno de los artículos en los resultados de búsqueda. Incluso, se mencionó después de hablar sobre algunos de los puntos anteriores, casi como último recurso.
La respuesta que estaba buscando
“Pregúntale a Dios” esa fue la respuesta que estaba buscando. Esa fue la respuesta que pensé que aparecería inmediatamente. Después de todo, como cristianos (no solo Santos de los Últimos Días), creemos que Dios responde a las oraciones, ¿verdad? Acaso no es la misma Biblia que promete….
“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” (Santiago 1:5)
¿Preguntarle a Dios realmente es una idea tan extraña? Si la Biblia es verdadera y Dios es real. Entonces, sabemos que Él no puede mentir. Él es la fuente máxima de toda verdad. Cuando deseamos saber si algo (especialmente algo tan importante como la Biblia) es verdad, ¿por qué orar al respecto no está al inicio de nuestra lista?
El problema de preguntar
El mismo principio es verdadero para el Libro de Mormón. Si las personas desean saber que es verdadero, deben preguntárselo a Dios. Tenemos la promesa de que Dios enviará al Espíritu Santo a responder esa oración.
Esto sucede cuando las cosas se ponen más difíciles y donde muchos cristianos (incluidos los Santos de los Últimos Días) podrían decir entre risas, “sí, claro, se lo preguntaré a Dios,” mientras que en su interior responden como Lamán y Lemuel a la pregunta de Nefi:
Y les dije: ¿Habéis preguntado al Señor?
Y me contestaron: No, porque el Señor no nos da a conocer tales cosas a nosotros (1 Nefi 15: 8-9).
La repuesta fue tan errada como lo es ahora. Dios responde las oraciones. Cómo o cuándo, Dios responderá tus oraciones, no se sabe. Una respuesta puede venir a través de un sueño o una visión reveladora esta misma noche o durante tu estudio personal de las Escrituras, en dos meses, o mediante un repentino flujo de inteligencia.
Sucederá de la forma y en el lugar que Dios desee que suceda. Sin embargo, una cosa es cierta: El Espíritu Santo estará involucrado en tu respuesta. Eso es problemático para muchas personas porque las Escrituras nos enseñan que el Espíritu Santo a menudo (pero no siempre) se manifiesta a través de medios intangibles o emociones, como se describe en Gálatas:
“Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza –“ (Gálatas 5: 22 – 23).
Muchos escépticos afirman razonablemente, “Tus sentimientos personales no son una fuente confiable de verdad.” Y, ese es un punto justo, no lo son. La pizza me hace sentir felicidad y paz. Pero, probablemente eso no sea un testimonio del Espíritu Santo sobre… la pizza. Y, sin embargo, al mismo tiempo, el Espíritu se encuentra indudablemente involucrado con las emociones. Entonces, ¿qué hacemos con eso?
Bien, tenemos que descubrir cómo diferenciar nuestras propias emociones de las emociones causadas o utilizadas por el Espíritu Santo.
Esa es una tarea que cada uno de nosotros tiene que emprender si esperamos aprender el lenguaje del Espíritu. No existe otra manera. Se necesita práctica, atención, experiencia e incluso, pruebas y errores. Lo dejaré ahí, aunque haya mucho más qué decir al respecto. Es un artículo para otro día.
La oración no debe existir en el vacío
Preguntar a Dios implica mucho más que solo arrodillarte y orar. Aquellos que creen lo contrario harían bien en aprender de la reprimenda del Señor a Oliver Cowdery en 1829:
He aquí, no has entendido; has supuesto que yo te lo concedería cuando no pensaste sino en pedirme.
Pero he aquí, te digo que debes estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si está bien; y si así fuere, haré que tu pecho arda dentro de ti; por tanto, sentirás que está bien. (DyC 9: 7 -8)
Si estás orando sobre la Biblia (o el Libro de Mormón), también debes estar estudiándola. Debes esforzarte por descubrirlo por ti mismo. Dios no es una máquina de Zoltar [una máquina que adivina el futuro].
Preguntarle a Dios directamente no disminuye el valor de la evidencia física. Descúbrelo por ti mismo. El problema es que, inevitablemente, te golpearás contra una pared.
La evidencia arqueológica y empírica nunca puede probar que Dios le habló a Moisés a través de una zarza ardiente, o que Balaam tuvo un burro que hablaba, o que Dios existe. Las respuestas a algunas preguntas solo pueden venir del Espíritu de Dios.
Ponerlo a prueba
Entonces, ¿la Biblia verdaderamente es la palabra inspirada de Dios? Sin duda, la promesa de Moroni se aplica a algo más que el Libro de Mormón:
Y cuando recibáis estas cosas, quisiera exhortaros a que preguntéis a Dios el Eterno Padre, en el nombre de Cristo, si no son verdaderas estas cosas; y si pedís con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo, él os manifestará la verdad de ellas por el poder del Espíritu Santo; y por el poder del Espíritu Santo podréis conocer la verdad de todas las cosas. (Moroni 10: 5)
Pedirle a Dios que confirme o revele la verdad espiritual es un proceso instituido divinamente. Es este proceso lo que animó al mismo Cristo a elogiar al apóstol Pedro después de su declaración de que Jesucristo en verdad era “el Cristo, el Hijo del Dios viviente”:
Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Entonces, si estás luchando por saber la verdad, sigue el ejemplo de Santiago, Moroni y Pedro, y pregúntale a Dios.
Artículo originalmente escrito por David Snell y publicado en thirdhour.org con el título “I Googled “How Can I Know the Bible Is True” And the Results Were Disappointing.”
