“Es beneficioso que las parejas encuentren su propia casa, separada y alejada de los parientes políticos de ambos lados de la familia”.
Fue el consejo del presidente Spencer W. Kimball para los Santos de los Últimos Días que pretenden casarse o están casados.
En su discurso “Unidad en el matrimonio“, el presidente Kimball compartió verdades valiosas para tener un matrimonio honorable, feliz y exitoso.
“El matrimonio es quizás la más vital de todas las decisiones y tiene los efectos de mayor alcance, ya que tiene que ver no solo con la felicidad inmediata, sino también con el gozo eterno”, expresó.
El presidente Kimball extendió recomendaciones clave para tener un matrimonio feliz y duradero.
Es beneficioso que las parejas encuentren su propia casa
El Señor dijo:
“Amarás a tu esposa con todo tu corazón, y te allegarás a ella y a ninguna otra” (Doctrina y Convenios 42: 22).
Esto significa que “amarás a tu esposo [o esposa] con todo tu corazón y te allegarás a él [o ella] y a nadie más”. Sin embargo, con frecuencia, las personas casadas continúan allegándose a sus madres, padres y amigos.
El presidente Kimball declaró:
“A veces, las madres no renuncian al dominio que han ejercido sobre sus hijos y los esposos, al igual que las esposas, regresan a sus madres y padres para pedir consejos y hacer confidencias, cuando la unión debe ser con la esposa en la mayoría de las cosas, y todas las intimidades deben mantenerse en gran secreto y privacidad de los demás”.
Agregó:
“Es beneficioso que las parejas encuentren su propia casa, separada y alejada de los parientes políticos de ambos lados de la familia.
Puede que la casa sea modesta y sencilla, pero sigue siendo un domicilio independiente.
La vida matrimonial de ustedes debe ser independiente de la de los padres, sean del marido o de la mujer; ámenlos más que nunca; atesoren el consejo de ellos; aprecien la relación que tienen con ellos; pero vivan su propia vida, gobernados por sus propias decisiones, mediante sus propias consideraciones llenas de oración, después de recibir el consejo de los que lo deben brindar.
El allegarse no significa simplemente ocupar la misma casa; significa unirse estrechamente, andar juntos:
‘Por tanto, es lícito que… los dos [sean] una sola carne, y todo esto para que la tierra cumpla el objeto de su creación; y para que sea llena con la medida del hombre, conforme a la creación de éste antes que el mundo fuera hecho’ (Doctrina y Convenios 49:16–17)”.
Además de buscar su propia casa, es necesario que busquen a Dios
Así como es importante que los casados busquen su propio espacio para construir su hogar, es indispensable que procuren la ayuda de Dios.
Eso hará que su matrimonio tenga una base firme en el evangelio y se sobreponga a los dardos del enemigo. El presidente Kimball afirmó:
“Si dos personas aman al Señor más que a sus propias vidas y luego se aman más que a sus propias vidas, trabajan juntas en total armonía con el evangelio como su fundamento, sin lugar a dudas alcanzarán gran felicidad.
Cuando un esposo y una esposa van juntos con frecuencia al santo templo, se arrodillan en oración juntos en su hogar con su familia, asisten a las reuniones de la Iglesia, mantienen sus vidas completamente castas, mental y físicamente, para que todos sus pensamientos, deseos y pasiones se centren en su compañero [o compañera], y si ambos trabajan juntos para la edificación del reino de Dios, entonces obtendrán la felicidad”.
Fuente: La Iglesia de Jesucristo y Tierra Prometida