Empatía y compasión: ¡Todos podemos usarlas más!

Job es un querido amigo mío. Al menos, yo lo siento de esa manera todo el tiempo que he pasado estudiando el libro de Job en el Antiguo Testamento. He encontrado muchas maneras de descubrir la historia y las muchas lecciones que aprender. Sin embargo, en mi opinión, uno de los mensajes alegóricos más poderosos de las experiencias de Job es la necesidad vital de la empatía y la compasión.

Como yo lo veo, estos dos comportamientos tienen mucho en común, pero también tienen una gran diferencia. Merriam-Webster describe la compasión como tener un entendimiento comprensivo de la angustia del otro, junto con el deseo de aliviarla. La definición de empatía es mucho más detallada, pero el punto que se destaca fuertemente para mí es que significa  experimentar a través de los pensamientos y sentimientos del prójimo. La empatía, por lo tanto, lleva la compasión un paso más allá. Algunas personas creen que no se puede tener empatía a menos que realmente experimenten lo que la otra persona está viviendo. No hay duda de que después de haber atravesado una prueba y haber sobrevivido da a una persona mucha empatía. Es por eso que tenemos grupos de apoyo, por eso es que un sobreviviente de cáncer puede ofrecer un nivel más profundo de compasión a otro paciente de cáncer que alguien que nunca ha pasado por esto.

Sin embargo, la empatía es algo que creo que podemos adquirir usando la enorme capacidad del cerebro humano para simplemente imaginar lo que hacemos todo el tiempo cuando leemos, vemos películas, soñamos despiertos. ¿Quién de nosotros con el menor grado de humanidad puede leer una noticias sobre algún acontecimiento horrible y no imaginar lo que podría haber sido si nos hubiera pasado a nosotros? Por lo tanto, no es posible encontrar las luchas y el sufrimiento de otro ser humano y simplemente ofrecer compasión a un nivel más profundo, más sensible que cree una conexión humana, aunque sólo sea por un momento, que ayude a aliviar la carga de la otra persona en una forma productiva y caritativa.

¿Cómo los amigos y familia trataron a Job en la Biblia?

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Las creencias mormonas definen lo que un mormón es.

Volviendo a la historia de Job, sus amigos hacen un interesante estudio de lo que ayuda y lo que indudablemente dificulta el proceso de duelo de una persona que sufre. Después de que los diez hijos de Job murieran en el mismo suceso, y perdiera toda su fortuna y propiedades ¿podemos siquiera imaginar el peso del dolor y la tristeza que debe haber experimentando? Entonces su mujer le dice “maldice a Dios y muere”. Dado que Job nunca perdió sus convicciones respecto a su creencia en Dios, y dado que él se esforzaba seriamente en buscar la ayuda de Dios para comprender sus pruebas, podemos suponer que el matrimonio no le ofrecía mucho apoyo en ese sentido. Cuando los amigos de Job llegan a la escena por primera vez, se sientan con él durante siete días en silencio. ¡Impresionante! Sólo un amigo verdaderamente devoto estaría con usted y compartiría su dolor de tal manera.

Sin embargo, a medida que los problemas de Job empeoraban y estaba afligido con problemas de salud terribles, sus amigos comenzaron a mostrar signos de sus propias debilidades. Cada uno de sus amigos sermonearon a Job sobre la forma en que debió haber hecho algo malo para traer ese tipo de sufrimiento sobre sí mismo; seguramente debe haber algo que pudiera hacer para solucionarlo. ¡Hablaban sobre cómo agravar la herida! Lo que pasa es que no sé si alguna persona ha leído esta historia con verdadera intención y no se ha preguntado lo mismo. Como seres humanos, tal vez queremos desesperadamente encontrar la razón del sufrimiento, ya que no podemos imaginar cuán terrible sería si alguien no fuera hallado responsable. Tal vez nos sentimos mejor cuando podemos encontrar un lugar para echar la culpa, o cuando podemos encontrar una solución que lo arreglará.

Cuando el sufrimiento de otros empieza a hacernos sentir incomodos ¿cómo respondemos? ¿Podemos continuar ofreciendo compasión, incluso empatía, o empezamos a buscar respuestas a preguntas que nos harán sentir mejor? ¿Queremos una razón para poder  mirar hacia otro lado, porque nuestra impotencia y tristeza en su nombre es demasiado difícil de soportar? ¿Tenemos miedo de lo que puede pasarnos, por lo tanto, tenemos que analizar el problema con el fin de averiguar qué podría hacerse para evitar tanto sufrimiento?

El sufrimiento está alrededor de nosotros. Todos nosotros lo experimentamos en mayor o menor grado, pero todos podemos mirar alrededor y ver a alguien que tiene pruebas que nunca querríamos tomar sobre nosotros, incluso si eso significa ser capaz de renunciar al nuestro. Obviamente no hay medida de lo que es “justo” en esta vida. Justo es algo que se equilibra en la vida venidera. Creo que Job sabía eso, y con su fe en Dios, él fue capaz de soportar ese hecho intacto, a pesar de que se esforzaba por comprender por qué le había pasado esto.

sociedad-de-socorro-mormona1Mi propia vida ha sido un caso especialmente interesante en cuanto a sufrimiento y lucha. Yo no digo que busco compasión o atención. De hecho, es todo lo contrario. Prefiero guardar mi dolor para mí misma, pero a menudo me he sentido obligada a usar mis dones particulares para hacer que otros sepan que las dificultades de la vida no respetan a las personas. Los problemas de mi salud se han prolongado durante muchos años, y se han complicado gravemente en un punto en que es imposible explicar a alguien lo que está pasando en el interior de mi cuerpo sin tomar una hora o dos para hacerlo y tal vez utilizando una presentación en PowerPoint.

Podría resumir brevemente diciendo que tengo la enfermedad celíaca que no fue diagnosticada durante muchos años, la que causó estragos en varios sistemas de mi cuerpo, y luego varios médicos trataron de encontrarla pero no lo lograron, e incluso buscaron resultados a largo plazo que esos daños y perjuicios causarían, por tanto, todo seguía empeorando en lugar de mejorar. El cáncer de mama se sumó a la mezcla, como un bono adicional, y todo fue rematado por mi tendencia a tener migrañas crónicas como una manifestación de mi mala salud. Los dolores de cabeza insidiosos y misteriosos parecen ser la forma en la que mi cuerpo grita: “¡No estoy mejorando! ¡Ayúdame!” Sin embargo, las soluciones son difíciles, complicadas, y podría tomar años reparar el daño. Por fin he encontrado un gran médico que está por encima de todas las facetas de lo que está pasando y tengo la esperanza de mejorar.

Aun así, los dolores de cabeza siguen siendo un misterio para él, a pesar de que está intentando activamente con muchos métodos diferentes para conseguir que se detengan. Si bien lo más probable es que sea resultado de todos los demás problemas, lo demás está mejorando más lentamente debido a mis dolores de cabeza. Estoy estancada en una situación problemática de enormes proporciones. Mi médico ha llamado a mi cuerpo una “tormenta perfecta”. Debido a que los problemas de salud han hecho que sea difícil trabajar, los desafíos financieros han seguido de cerca mis luchas continuas contra el dolor, debilidad y fatiga extremos. También ha afectado el estado de mi casa, todas las relaciones en mi vida, y ha acabado poco a poco con mi identidad como esposa, madre, ama de casa, oradora, escritora y autora. Por lo tanto, Job es uno de mis más queridos amigos.

Una vez más, mi punto al decir todo esto no es pedir compasión. Es más bien un caso de estudio muy personal sobre el valor de la compasión y la empatía. Y no estoy hablando sólo de la bondad que me ofrecen los demás, sino también de la bondad que yo ofrezco a los demás. Sentir dolor no me da ninguna excusa para ser cruel con cualquier persona con quien me encuentre, sobre todo los que viven bajo el mismo techo que yo y tienen que soportar que esté pegada a mi cama mes tras mes. Es vital para mí tener compasión, e incluso empatía, por lo que ellos deben haber pasado. Nunca he vivido con alguien que haya sufrido tanto durante tanto tiempo, así que no puedo realmente saber lo que es eso, pero puedo imaginarlo, y yo sé que no debe ser fácil.

¿Cómo se puede ayudar a una persona que atraviesa una prueba?

cuidardelenfermo-mormonEn cuanto a la forma en que otras personas se comportan conmigo, lo he visto todo. Me pareció interesante que cuando tuve seis cirugías en un año (sumado a una enorme inundación de la casa y la reconstrucción necesaria) las personas a mi alrededor estaban más dispuestas a ser amables y esforzarse para ayudar. Estos fueron desafíos tan explicitos que la gente pudo darse cuenta. Sin embargo, cuando mi sufrimiento seguía y seguía y no había forma de entender las razones, la gente comenzó a distanciarse más de mí, volviéndose algo incómodo el hablar conmigo, y muchas, muchas personas me habían dado consejos bien intencionados y soluciones que, en realidad, estaban basadas en la ignorancia y un obvio intento de aliviar su propia incomodidad; me dijeron algunas cosas que honestamente eran crueles, palabras de un lobo vestido de oveja, por así decirlo.

Incontables veces la gente con valentía compartía conmigo la solución a mi problema, seguro que si seguía sus consejos resolvería todo. Deseo a veces poder volver atrás y volver a tener muchas conversaciones preguntando a estas personas bien intencionadas que explircaran exactamente cómo mi enfermedad funcionaba y lo que significaba, y si pudieran hacer eso, yo estaría encantada de escuchar sus sugerencias.

Dado que la enfermedad celíaca requiere de una dieta estricta que elimine completamente el gluten, ha habido más de una persona que me dijo algo como: “Sé cómo te sientes. Una vez estuve sin carbohidratos durante meses”. En este tipo de conversaciones me he refrenado de decirles que no puedo comer una ensalada si las verduras fueron lavadas en el mismo colador de plástico que fue utilizado para lavar pasta, incluso si ya lo lavó el lavaplatos, porque las moléculas de gluten pueden hacer que me enferme y pueden esconderse en los poros de plástico, aunque tenga una limpieza profunda. El punto es que he llegado a aprender que hay momentos en los que pueden compartir información con alguien que les ayudará a obtener una perspectiva sobre sus propias vidas, pero hay momentos en los que es mejor no decirlas porque simplemente no están interesados en escuchar lo que yo desesperadamente pueda querer decir.

Tiendo a hablar demasiado cuando me siento nerviosa o en aprietos y me he alejado de muchas conversaciones sintiéndome como si yo misma ya me lo hubiera dicho reiteradas veces a tal punto de parecer una loca, y luego me arrepiento, a veces el silencio realmente vale oro. A todos nos gustaría poder volver atrás y volver a tener las conversaciones llenas de incomprensión y que causaron posibles sentimientos de dolor. No obstante, no podemos volver atrás; sólo podemos aprender y seguir adelante. Y debemos seguir adelante.

mujer-silla-de-ruedas-abrazoMe he dado cuenta a través de muchas experiencias que no es mi posición estar enojada u ofendida como respuesta. Si me siento de esa manera, entonces necesito sobrellevarlo apropiadamente y seguir adelante. En la mayoría de los casos, no tengo forma de saber si las palabras fueron motivadas por amabilidad genuina, o si provienen de algún tipo de intención egoísta. No soy yo quien decide porque posiblemente no podría. A veces se requiere de una conversación continua para aclarar y ayudarles a entender; y, a veces sólo se necesita dejarlo.

Aunque a menudo me siento desesperadamente necesitada de compasión y de empatía por parte de los demás, he llegado a aprender más y más de lo mucho que otros necesitan compasión y empatía de mí, incluso si es sólo la forma en que pienso y siento hacia mis semejantes. Yo podría sentarme aquí en esta cama y podrirme en ira y amargura si me centro en todos los aspectos negativos de lo que ha pasado en mi vida y cómo se comporta la gente conmigo a causa de esto; o puedo concentrarme en mi propio crecimiento espiritual y emocional y aprender a vivir en un lugar de paz.

Obviamente podría hacer una lista muy larga de todas las cosas que no debo decirle a alguien que está lidiando con padecimientos crónicos, por ninguna razón. Yo prefiero a su vez compartir un buen ejemplo que ocurrió hace sólo unos días. Había salido de la cama para  hacerme ver presentable con el fin de llegar a la reunión de orientación para la preparación de la inscripción de la escuela secundaria de mi hija. Ya que ella es mi hija menor y mis hijos se diferencian por muchos años, soy una de las mamás de mayor edad de la secundaria y no quiero aparecer pareciendo un espantajo de mamá.

Como si no tuviera ya suficiente como para superar el hecho de vivir con una madre que apenas se levanta de la cama y rara vez es una participante activa en la vida adolescente de su hija. Así que entré a la reunión y deseé volver a subirme a la cama cuando una mujer de mi vecindario se me acercó, me dio un abrazo y dijo que era bueno verme. Ella me dijo que me veía bien, y luego dijo simplemente: “He oído que has estado muy enferma”. Por el contrario, si hubiera hecho lo que la mayoría de la gente normalmente hace y me hubiese preguntado lo que me pasaba, habría estado tartamudeando algún tipo de explicación que no se puede explicar en dos minutos y me haría sentir un poco extravagante.

Pude responder muy cómodamente, “Sí, ha sido fuerte, pero soy muy bendecida”. Expresó su esperanza de que me sienta mejor, y sentí una preocupación genuina y sincera de que ella  me daba la opción de compartir más si me hubiera gustado hacerlo, pero no me hizo sentir como si tuviera que explicarle con el fin de hacerla sentirse más cómoda. Salimos del edificio juntas, hablando de nuestras hijas que van a la escuela secundaria, nuestros nietos, y las cosas por las que teníamos que estar agradecidas. Ella me acompañó hasta mi coche y me dio otro abrazo, y me fui a casa sintiéndose como si hubiera en realidad tenido algún tipo de interacción humana sin ser catalogada por mi enfermedad.

Oro todos los días por los milagros de sanación, y para que mi “cautividad” cambie, así como Job. Sé que Dios tiene un plan para mí, y estas experiencias no son al azar, ni son ningún tipo de castigo. Algún día voy a entender, y mientras tanto voy a tratar de obtener mayor compasión y empatía por los demás, así como para mí misma. Ser paciente con uno mismo puede ser una gran experiencia de aprendizaje por sí misma.

Al final de la historia de Job, no hay respuestas obvias sobre lo que cambió para ser liberarlo de su cautiverio. Se arrepiente, pero ¿de qué exactamente? Él reconoce el poder y la presencia de Dios más plenamente de lo que lo hacía antes. Todos podríamos imitar más eso. Sin embargo, creo que el verdadero cambio de corazón de Job es personal para él, y por eso la historia es un poco críptica sobre lo que pasó exactamente. La conclusión fue que se dio cuenta de que tenía que confiar en Dios por completo, porque Dios sabía lo que estaba haciendo, a pesar de que Job en su estado débil de humano no podía entender. Nosotros como seres humanos no tenemos que entender el sufrimiento de otra persona para mostrarle verdadera compasión y empatía sincera.

Solo se necesita un poco de esfuerzo, de ir un poco más allá de la apariencia exterior de una situación, y de los hechos limitados que podamos tener. Incluso con esas personas que conocemos bien, ningún otro ser humano puede conocer totalmente el corazón y la mente de otra persona. No obstante, aún podemos ser caritativos y bondadosos. Incluso si una persona ha tomado decisiones para traer algún grado, o un total sufrimiento sobre sí misma, todavía podemos ser compasivos. La caridad no significa aceptación; compasión no significa aprobación. La humanidad sería una raza mucho mejor si nosotros como individuos pudiéramos aprender a distinguir esa diferencia y actuar sobre ella de manera apropiada.

 

Acerca de Anita Stansfield

Anita-Stansfield-smallAnita Stansfield comenzó a escribir a los dieciséis años, y su primera novela se publicó dieciséis años más tarde. Durante más de quince años ha sido la número uno entre los autores de mayor venta del género ficción de mujeres en el mercado SUD. Sus novelas van desde lo histórico a lo contemporáneo y cubren una amplia gama de problemas sociales y emocionales que exploran la experiencia humana a través de personajes memorables y tramas impredecibles. Ha recibido numerosos premios, incluyendo un premio especial por ser pionera en ficción SUD, el Lifetime Achievement Award de Whitney Academy por Literatura SUD, y también un Lifetime Achievement Award de la editorial Covenant Communications. Tiene cincuenta y seis libros publicados. Anita es madre de cinco hijos y tiene tres nietos.

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