Los jóvenes tienen que saber que son valiosos tal y como son

Recientemente, los casos de suicidio entre los jóvenes han ido aumentando. El año pasado, las noticias dijeron que el suicidio fue la causa más común de muerte entre los jóvenes en Utah. Por otra parte, Netflix sacó una serie llamada “13 razones por qué”. Así que, el suicidio tiene más visibilidad que nunca.

He conversado con mis amigos acerca de este problema creciente y sobre qué podría ser la causa. Las noticias dicen que podrían ser varias causas, entre las cuales están, la cultura del perfeccionismo en Utah, las leyes permisivas de armas, los estándares religiosos muy estrictos, o incluso la altitud del estado.

Cambiar una cultura o una institución requiere mucho tiempo y nuestros jóvenes están sufriendo. Claro está que debemos esforzarnos por hacer cambios a largo plazo, pero también necesitamos cambios que se puedan implementar de inmediato en nuestros hogares.

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Al hablar con personas que han estado involucradas con jóvenes con pensamientos suicidas, me he dado cuenta de que hay un tema que se resalta:

Los jóvenes necesitan sentir que son suficientemente buenos. Que son valiosos tal y como son, incluso con todas sus imperfecciones.

En nuestros hogares (y en la escuela dominical), tenemos que dejar de asociar la dignidad con la pureza sexual, la orientación sexual, o con las notas académicas. Tenemos que dejar de enseñarles a los jóvenes que tienen que ser perfectos y no dar la impresión de que nosotros somos perfectos. NADIE es perfecto. Pero aun así todos merecemos amor. Aún somos de gran valor para Dios y para la sociedad.

El mensaje que tenemos que comunicar a los jóvenes es este:

Tienes un valor incalculable. No porque seas perfecto, sino por el simple hecho de que existes.

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Tenemos que dejar de buscar formas de “arreglar” a nuestros hijos y comenzar a buscar formas de aceptarlos tal y como son. Lo que más nos debe importar es lo que nuestros hijos piensan de ellos mismos y no lo que la sociedad piensa de nosotros por ser sus padres.

Tenemos que abandonar la idea de que Dios quiere que todos sigamos un camino predeterminado, y que si nos salimos de ese camino Él ya no nos va a amar. Mejor enseñemos a nuestros hijos que Dios es su Creador y que Él les quiere ayudar a construir sus propias vidas de una forma bella, teniendo en cuenta sus puntos de vista y su personalidad.

Tenemos que dejar de decir cosas como “por qué tú no puedes ser  (inserta una cualidad perfecta aquí)” o dar la impresión de que ellos nos decepcionan como hijos. Tenemos que dejar de hacernos a nosotros mismos el enfoque de su vida.

Si tú sientes vergüenza o culpa por quien tu hijo ha llegado a ser, ese no es el problema de ellos. Sé adulto y enfrenta los problemas que tienes. No pongas tus problemas sobre los delicados hombros de tus hijos.

Y si tus hijos tienen problemas mentales, no esperes más, búscales ayuda. No puedes solucionar las cosas simplemente orando. Llama a un psicólogo. No debes sentirte avergonzado por tener un hijo imperfecto o deprimido. No debes intentar esconder a tus hijos y a sus problemas de todas las personas.

Quizás pienses que estoy diciendo que los hijos no deben tener ninguna responsabilidad y que pueden hacer todo lo que quieran. No es así. Los padres deben enseñar a sus hijos y los hijos tienen que aprender lo que es bueno y lo que es malo. Y ahora más que nunca, necesitamos padres que estén dispuestos a mejorar sus destrezas y usar el amor para guiar a sus hijos en vez del temor y la vergüenza.

Yo soy miembro de la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días desde que nací, y nunca sentí que Dios o uno de mis padres me dejara de amar sólo porque hice algo que no les gustaba. Soy afortunada porque nunca tuve padres que me hicieron dudar de su amor, tal y como nunca tuve duda de que Dios existe y que me ama y que me recibe con sus brazos abiertos. Yo sabía que, como todo buen padre, Él quería lo mejor para mí, y que quería que yo mejorara siempre, pero también creía que me amaba tal y como yo era en ese instante, con mis imperfecciones incluidas.

Ojalá que todo hijo pueda crecer así, con esa misma clase de amor.

No creo que el problema del suicidio entre los jóvenes tiene una solución fácil. Y tampoco creo que toda la culpa recae sobre los padres. Pero sé que no podemos quedarnos sentados esperando que la sociedad lo arregle. Espero que el gobierno y la sociedad hagan los cambios necesarios para ellos, pero mientras tanto, tenemos que hacer nuestra parte. Tenemos que visitar a las personas que conocemos que están considerando el suicidio y abrazarlos, y hacerles saber que los amamos y que tienen un gran valor, tal y como son.

Ellos son suficientemente buenos.

Y nuestras vidas…nuestro mundo…tendría un vacío irreparable sin ellos.

 

Este artículo fue escrito originalmente por Erin Stewart y fue publicado en deseretnews.com, con el título “Teens need to know they are enough just the way they are”.

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