Un cristiano cree que mediante la gracia de Dios el Padre y de Su Hijo Jesucristo, podemos arrepentirnos, perdonar a los demás, guardar los mandamientos y heredar la vida eterna. En el diccionario se define a un cristiano como alguien “que cree en la fe de Cristo… que pertenece a la religión de Cristo”.
Un cristiano tiene fe en el Señor Jesucristo, en que Él es el Hijo literal de Dios, enviado por Su Padre para sufrir por nuestros pecados en el acto supremo de amor conocido como la Expiación. A continuación 5 consejos para ayudarnos a ser mejores cristianos:
No critiques otras religiones:
El presidente Gordon B. Hinckley ha descrito a los miembros de la Iglesia de Jesucristo diciendo que estamos “unidos por el amor común por nuestro Maestro que es el Hijo de Dios, el Redentor del mundo. Somos el pueblo del convenio del Señor: hemos tomado sobre nosotros Su santo nombre”’.
Nuestras creencias y acciones podrán diferir de las de otros, pero, como buenos cristianos, no criticamos otras religiones ni a sus seguidores.
Efectúa convenios con él:
Los convenios divinos producen cristianos fuertes. ¿Cuál es la fuente de tal poder moral y espiritual?, y ¿cómo se obtiene? La fuente es Dios. Obtenemos ese poder mediante los convenios que hacemos con Él. Un convenio es un acuerdo entre Dios y el hombre en el que Dios fija las condiciones. En estos acuerdos divinos, Dios se compromete a sostenernos, a santificarnos y a exaltarnos a cambio de nuestro compromiso de servirle y de guardar Sus mandamientos.
Siente caridad por tus semejantes
“La caridad nunca deja de ser” (1 Corintios 13) el amor engendra amor, la compasión produce compasión, la virtud genera virtud, la dedicación produce lealtad, el servicio trae regocijo. Somos parte del pueblo del convenio, una comunidad de santos que se alientan, se apoyan y se ministran unos a otros.”
Confía en Jesucristo
Con corazón obediente y llenos de fe, vemos que la puerta del cielo está abierta para todos, si, para todos los que quieran creer en el nombre de Jesucristo, que es el Hijo de Dios.
Jesús es el Primogénito de nuestro Padre Celestial en el espíritu y el Unigénito de Dios en la carne. Es un Dios, uno de los de la Trinidad; es el Salvador y el Redentor de la raza humana. En un concilio premortal en el que todos estuvimos presentes, El aceptó el gran plan de felicidad de nuestro Padre para Sus hijos y fue elegido por el Padre para ponerlo en práctica.
El dirigió las fuerzas del bien en una batalla por las almas de los hombres que comenzó antes de la fundación del mundo contra las fuerzas de Satanás y sus seguidores.
Vive de tal manera que cuando las personas te conozcan quieran conocer a Cristo
Un cristiano no sólo profesa creer en el Salvador sino que también vive y actúa de acuerdo con las enseñanzas y los mandamientos de Jesucristo. El enseñó: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrara en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.
También dijo: “Si me amáis guardad mis mandamientos”. Él nos mandó modelar nuestra vida según la Suya. Los verdaderos discípulos del Señor deben ser “hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores”.
Aunque a veces fallemos, estamos dedicados de corazón a procurar sinceramente ser obedientes. Seguimos las enseñanzas del Salvador; tratamos siempre de andar la segunda milla, de ayunar, de orar por nuestros enemigos, de cuidar de los pobres y de llevar a cabo nuestros actos caritativos en privado.
Procuramos seguir el ejemplo que Él nos dio en la parábola del buen samaritano. Evitamos lo profano; tratamos de no criticar y de reconciliarnos con nuestro hermano; con paciencia y el deseo de perdonar, nos esforzamos por presentar la otra mejilla sabiendo que seremos juzgados según como Juzguemos a los demás.