Los campeonatos de fútbol se han paralizado en Brasil debido a la pandemia de coronavirus. Por ese motivo, Igor Junio Benevenuto, miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y árbitro de fútbol de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), dejó su silbato en la banca y se puso su uniforme blanco para ejercer su profesión de enfermería.
“Decidí trabajar como enfermero para mantener esta red de empatía y ayuda. Estoy aportando mi tiempo, mi conocimiento técnico en el área y mi talento”.
“Creo que ayudar a los demás también es ayudarse a uno mismo”.
“La enfermería es, precisamente, este arte de cuidar y prestar atención al prójimo, ayudar a salvar vidas y mejorar la condición de otras personas”, declaró para el sitio web oficial de la CBF.
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Igor trabaja en UPA, una especie de puesto de salud que se ubica en distintas ciudades de Brasil y brinda atención médica de complejidad intermedia las 24 horas del día, en Sete Lagoas, Minas Gerais.
“Si tengo esta formación profesional y puedo ayudar a la sociedad, no hay nada más justo que ponerla en práctica ahora. Incluso si estoy en primera línea, con un mayor riesgo de contagio, creo que puedo ayudar a cuatro o cinco personas, lo que ya es importante”.
A pesar de las 12 horas de trabajo como enfermero, Igor continúa con su entrenamiento de forma remota como árbitro de la CBF.