Este artículo es el primero de una serie sobre los trece artículos de fe.
En los primeros días de la iglesia, un periodista llamado John Wentworth escribió al profeta José Smith preguntando acerca de las creencias de los mormones. José contestó con una lista de trece doctrinas fundamentales las cuales llamamos: “Los Trece Artículos de Fe”. Durante estas series explicaremos cada artículo de fe, así como su significado y aplicación en la vida de los miembros de la iglesia.
Artículo de fe #1:
“Nosotros creemos en Dios el Eterno Padre, y en Su hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo”.
El primero y gran mandamiento
Al explicar las creencias SUD, José Smith enumeró nuestra creencia en Dios en el primer lugar. Cristo nos dice que amar a Dios es el “primer y gran mandamiento”, así que, por supuesto, Dios es el primer y más importante principio de nuestra fe.
Nuestra creencia en la naturaleza de Dios nos diferencia de la mayoría de los cristianos. El concepto de la trinidad -Dios el Padre, Dios el Hijo y el Espíritu Santo- como un solo ser llamado Dios no encaja en la doctrina Santo de los Últimos Días.
Por el contrario, tal y como este Artículo de Fe lo explica, nosotros comprendemos la deidad como tres seres diferentes -Dios el Padre, es el Padre literal de nuestros espíritus eternos, de quien fuimos creados a semejanza, Su Hijo Unigénito en la carne, Jesucristo, quien dio Su vida por nuestra salvación eterna y el Espíritu Santo, Su emisario terrenal de la verdad divina.
Podemos conocer a Dios
Creemos que Dios tiene un cuerpo físico perfeccionado en lugar de ser alguien sin forma o incomprensible y creemos que podemos llegar a conocerlo personalmente. En un discurso de la Conferencia General del 2003 titulado “La grandiosidad de Dios”, el Élder Jeffrey R. Holland nos dice: “todos necesitamos conocer más a Dios para amarlo más profundamente y obedecerle más completamente”.
El Élder Holland concluye su discurso con un testimonio poderoso en el que resume gran parte de nuestra comprensión de Dios.
Este día doy mi testimonio personal de un Dios personal y viviente que conoce nuestro nombre, escucha y contesta oraciones y nos ama eternamente como hijos de Su espíritu. Testifico que entre las grandes y complejas tareas inherentes al universo, Él desea nuestra felicidad y seguridad individuales por encima de todo otro asunto divino. Somos creados a Su propia imagen y semejanza, y Jesús de Nazaret, Su Hijo Unigénito en la carne, vino a la tierra como la perfecta manifestación terrenal de Su grandiosidad. Además del testimonio de los antiguos, también tenemos el milagro moderno de Palmyra: la aparición de Dios el Padre y de Su Hijo Amado, el Salvador del mundo, al joven profeta José Smith. Testifico de esa aparición y, en las palabras de ese profeta, yo también declaro: “Nuestro Padre Celestial es más liberal en sus conceptos y más extenso en sus misericordias y bendiciones de lo que estamos dispuestos a creer o recibir… Dios no tolera el pecado (en el más mínimo grado), pero… cuanto más nos acerquemos a nuestro Padre Celestial, tanto más habrá en nosotros la disposición de sentir misericordia hacia las almas que están pereciendo; sentiremos el deseo de llevarlas sobre nuestros hombros y echar sus pecados a nuestras espaldas”.
Doy testimonio de un Dios que tiene hombros como esos. Y en el espíritu del santo apostolado, digo como dijo un apóstol de la antigüedad: “En esto consiste el amor; no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros” y amarlo a Él para siempre, lo ruego en el sagrado nombre de Jesucristo. Amén.
Aplicación
Cuán bendecidos somos como Santos de los Últimos Días al saber que podemos acercarnos más a nuestro Padre Celestial. El primer Artículo de Fe añade a nuestro conocimiento la importancia vital de nuestra creencia de Dios, porque saber la naturaleza de Dios es clave para desarrollar un testimonio y una relación personal con Él.
Este artículo fue escrito originalmente por Michelle Knabe y fue publicado en mormonhub.com con el título: “Articles of Faith Part One: The Nature of God”