Todos le pedimos seriamente a Dios que nos conceda ciertos deseos. Pasamos mucho tiempo orando de rodillas, seguimos Sus mandamientos, tomamos buenas decisiones y hacemos todo lo necesario para ser merecedores de las bendiciones que pedimos.
A veces, incluso si ya recibimos un “no” como respuesta, seguimos orando incesantemente, con la esperanza de que Dios finalmente cambie de parecer.
En Doctrina y Convenios, podemos leer el relato de las 116 páginas perdidas. Martin Harris le pidió a José Smith que le preguntara a Dios si podía llevar el manuscrito del Libro de Mormón de 116 páginas a su casa para que su familia pudiera verlo. José Smith se lo preguntó dos veces a Dios y Él no se lo permitió. Pero, Martin le rogó a José que le preguntara a Dios una vez más. Esta vez, permitió que Martin llevara el manuscrito a casa, para mostrarlo solo a su esposa y ciertos miembros de su familia. Luego, sucedió lo lamentable, Martin perdió el manuscrito, todas las 116 páginas.
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Entonces, ¿José y Martín cambiaron la voluntad de Dios? NO.
La voluntad de Dios era acelerar la traducción del Libro de Mormón y al saber que muchas personas querían tener el manuscrito, no permitió que Martin se lo llevara porque perderlo significaría retrasar la traducción. Sin embargo, debido a que José y Martin fueron muy insistentes, lo permitió.
PERO, lo permitió para que José y Martin pudieran aprender, mediante el ejercicio de su propio albedrío, lo que les traería felicidad o sufrimiento.
No podemos cambiar la voluntad de Dios. Sin embargo, podemos obtener consuelo al saber que Su voluntad es que regresemos a su presencia. Él siempre piensa en nuestro bienestar y cuando recibimos una respuesta, podemos estar seguros de que Él nos está acercando cada vez más a nuestro hogar celestial.
Si bien no podemos persuadir a Dios para que nos conceda lo que queremos, eso no quiere decir que Él tenga la intención de anular nuestro albedrío, que nos permite poder elegir y actuar por nosotros mismos.
Al igual que Martin, puede haber ocasiones en las que si oramos lo suficiente, Dios nos permitirá hacer lo que queremos para que podamos aprender de la experiencia.
Con frecuencia, si lo permitimos, estas experiencias podrán ayudarnos a comprender mejor la voluntad y los caminos del Dios Todopoderoso. Además, nos permitirán ver cómo alinear nuestra voluntad con la Suya, nos conducirá al gozo y la paz.
A medida que lo hagamos, nos volvemos más sensibles a los susurros de Su Espíritu, comprenderemos cosas que nos ayudarán a alcanzar nuestro potencial y evitaremos todo aquello que impida nuestro progreso.
Así que la próxima vez que pienses en cambiar la voluntad de Dios, pregúntate si eso es lo que realmente quieres que suceda. Al igual que Martin, Dios podría permitirnos que hagamos lo que queramos. Pero, luego, también podríamos sentir mucha tristeza, como Martin y José por perder el manuscrito.
Confiemos en Dios y en Su voluntad. Esa es la única forma en la que podemos navegar con éxito por esta existencia terrenal, que a menudo es traicionera. Si hacemos Su voluntad, nos convertirnos en lo que Él desea y, finalmente, regresaremos con alegría a Su presencia.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Chona Galletes y fue publicado en faith.ph con el título “If I Pray Hard Enough, Can I Change The Will Of God?”