Lo que los padres pueden aprender del ejemplo del Capitán Moroni para ayudar a sus hijos a enfrentar el lado oscuro de la tecnología.
Cuando nuestros tres hijos mayores eran pequeños, hicieron lo que los niños pequeños hacen mejor: se fueron a explorar.
En el patio trasero de nuestra casa hicieron “chozas” sobre la maleza, cavaron agujeros y atraparon insectos. Después de que la exploración del patio perdió su brillo, nuestro vecindario parecía haber ganado un mayor atractivo a sus ojos, incluida la pista. La idea de que nuestros bebés salieran corriendo a la pista nos aterraba muchísimo. ¡Era hora de poner una cerca alrededor de la casa!
¡Imagina la dicha que sentimos! Nuestros pequeños muchachos resguardados de la forma más segura, detrás de una cerca de cedro impenetrable, en casa, con nosotros, bebiendo limonada mientras los miramos jugar. Lamentablemente, no fue así.
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Las cosas comenzaron de manera prometedora. Mi esposo, Dave, trabajó en esa belleza de casi dos metros durante todo un verano, midiendo, aserrando y asegurando.
Y después de haber interceptado los pequeños cuerpos de nuestros hijos con demasiada frecuencia en su afán por correr hacia la pista, Dave terminó de colocar el último tornillo de esa hermosa barrera, la cual fue recibida con alivio y celebración.
Finalmente, los niños estarían seguros y resguardados.
J.R.R. Tolkien escribió:
“El mundo entero se trata de ustedes: Pueden colocar cercas alrededor suyo, pero no podrán permanecer recluidos por siempre.”
Y así fue con nuestros aventureros muchachos. En cuestión de días, miré por la ventana de la cocina y me di con la sorpresa: habían cavado un hoyo debajo de esa cerca recién construida, ¡con los palos de golf de Dave!
¿Reír o llorar? Hice un poco de ambos. Con esa experiencia aprendí una lección profunda: las cercas, aunque son necesarias, no son la solución que anhelamos, se requiere algo mejor.
Una cerca ciertamente puede evitar una exposición incidental a cosas peligrosas, pero junto con nuestra construcción de la cerca, también debemos enseñarles lo que hay en la pista.
Cercas para padres
Las cercas para padres se presentan en muchas formas como un casco protector, el tomar la mano de tus hijos al cruzar la calle, cinturones de seguridad, la hora de ir a dormir, el uso de protector solar, repelente de insectos, castigos e incluso amenazas para los padres. Todas son cercas; barandas que protegen a tus hijos de cosas malas.
La “era de las pantallas” ha traído consigo nuevos tipos de cercas, incluidos los filtros digitales y software de monitoreo para ver lo que tus hijos hacen en internet. Es una jungla allá afuera, y las cercas digitales nos ofrecen un poco de comodidad.
Descubrimos que los padres que buscan guiar a sus adolescentes en el ámbito de la tecnología son inteligentes y proactivos. Son conscientes de lo horrible que es el panorama digital para un adolescente en la actualidad. Saben que necesitan establecer una “cerca digital”. Pero, en el fondo, también saben que los metafóricos palos de golf están a su alcance y que se necesita hacer algo más para criar niños felices en un mundo saturado de tecnología.
La verdad es que el filtro más poderoso disponible para la protección de tus preciosos hijos reside en su propio corazón, su filtro interno.
Un filtro interno
Este filtro interno, establecido en el corazón de un niño, se compone de creencias personales, hábitos practicados y los sueños para su propia vida futura. En pocas palabras, un niño con un filtro interno saludable elige, por voluntad propia, usar la tecnología con sabiduría.
Realmente es su única fuente de protección cuando salen de la vigilancia de los padres y los filtros digitales. Pero, ¿cómo les ayudamos a construir este filtro interno cuando los ataques del mal en internet es constante y los recursos del enemigo parecen eclipsar los nuestros?
Sucede que en la antigüedad, el Capitán Moroni también vivió durante un tiempo muy problemático cuando aquellos que amaba se encontraban bajo un ataque casi constante por un enemigo abrumadoramente poderoso.
La derrota parecía segura. Pero Moroni era el hombre indicado para esos tiempos oscuros, y era un maestro en la construcción de defensas para la protección de su pueblo. Sus estrategias proporcionan una metáfora poderosa sobre las muchas formas en que los padres pueden alentar la construcción de un filtro interno impenetrable dentro de sus hijos.
1. Sitios de refugio, paredes de piedra
El relato en Alma explica que Moroni “había estado fortaleciendo los ejércitos de los nefitas y construyendo pequeños fuertes o sitios de refugio, levantando parapetos de tierra… erigiendo también muros de piedra… por toda la tierra” (Alma 48: 8).
“Sitios de refugio”. Lugares a donde puedes ir cuando las cosas se ponen feas. Lugares para encontrar protección. En los días de Alma, esas eran barreras físicas, pero ¿qué pasa si aplicamos esta idea a la edificación de un filtro interno?
¿Han construido tus hijos “sitios de refugio” al que pueden acudir cuando los lados más oscuros de la tecnología lo acechen? Cuando sienten la atracción de la pornografía, cuando el miedo a perderse lo que pasa en las redes sociales se hace más grande, ¿a dónde irán para resguardarse?
Conocemos a un joven cuyo “sitio de refugio” es un lienzo. Cuando siente que las tentaciones de la tecnología lo acechan, encuentra paz al crear bocetos increíbles a lápiz. Conocemos a una joven que encesta canastas en la patio trasero de su casa, y a otra a la que le encanta leer. También conocemos a un joven que sale a correr cuando siente que la tentación se hace más grande.
Los padres pueden proporcionar un sitio de refugio, sin prejuicios estando prestos a escucharlos. Algunos sitios de refugio son particularmente más poderosos, como el ponernos de rodillas. Podemos mostrarle a nuestros hijos cómo “construir” estos sitios de refugio y cómo ir a ellos cuando reconocen que están “bajo ataque”.
Nos encanta el poder que poseen estos sitios de refugio, y la reacción del enemigo ante ellos en los días de Moroni. Los lamanitas, llenos de confianza, “pensarin que fácilmente dominarían y sujetarían a sus hermanos bajo el yugo del cautiverio… Pero he aquí, para su mayor asombro, ellos estaban preparados para recibirlos de una manera como nunca se había conocido entre los hijos de Lehi” (Alma 49: 7-8).
En este caso, el enemigo huyó. Como en los días de Moroni, la fuerza de nuestros hijos viene de estar “preparados” para la batalla, los hace lo suficientemente fuertes como para evitar un ataque del enemigo.
2. Fortalecer las áreas débiles
Moroni sabía que había fortalezas en sus fortificaciones, siempre las hay. También sabía que el enemigo siempre busca los puntos débiles. Siempre. (Alma 49: 14-15).
Entonces, ¿qué hizo Moroni? “En sus fortificaciones más débiles colocó el mayor número de hombres” (Alma 48: 9). Moroni reforzó los lugares más débiles con más hombres.
Podemos enseñarle a nuestros hijos a identificar sus “puntos débiles” y encontrar las formas de fortalecerlos. ¿En qué momento o dónde son más vulnerables a los aspectos más oscuros de la tecnología? ¿Es cuando están aburridos, estresados, enojados, solos, con ciertos amigos? ¿Son vulnerables a altas horas de la noche, cuando están cansados o tristes?
Conocemos a una joven maravillosa que cuando pasa mucho tiempo en las redes sociales es vulnerable ante la depresión. Identificó eso como un “punto débil” por lo que decidió eliminar las aplicaciones de redes sociales de su teléfono.
El Espíritu Santo puede ayudar a los padres y a sus hijos a identificar sus puntos débiles y brindarles las impresiones que necesitan para saber cómo fortalecer esas áreas.
3. Nutrir el corazón y la mente
El capitán Moroni sabía que se necesitaría más que muros y fortificaciones para proteger a su pueblo. También nutrió el estado de sus mentes y corazones, su amor a Dios, sus hábitos y sus esperanzas para el futuro. Él “había estado preparando las mentes de la gente…” (Alma 48: 7).
¿Por qué es necesaria esta estrategia? ¿Por qué no sólo construimos las paredes protectoras externas y ya? Porque Moroni entendió el poder de un pueblo cuyos corazones estaban convertidos.
Los muros externos se pueden traspasar… pero una persona que ha pagado el precio al aprender y poseer sabiduría lucha de manera más inteligente, lucha con más fuerza y finalmente sale victoriosa.
En la batalla contra los aspectos más oscuros de la tecnología, el filtro interno (las esperanzas y creencias profundamente arraigadas) es la protección más poderosa que tenemos.
El capitán Moroni afrontó la batalla de su época con notable valentía. No se rindió ante el enemigo. Fue prudente. Fue sensato. El tenía un plan. Los padres de hoy pueden tomar la misma inquebrantable postura, con muchas de las mismas estrategias poderosas que preservaron al pueblo de Moroni.
Este artículo fue escrito originalmente por Emily Madsen y David LeGrande Jones y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “3 Things We Can Learn from Captain Moroni About Fearless Parenting in a Technology Age”