¿Los mormones deben hacerse una cirugía plástica?

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¿Los mormones deben hacerse una cirugía plástica?

 

cortesía de KSL.com

Opinión

Puede que algunos habitantes de Utah se sorprendan al enterarse de una estadística de 2010 que Cathy Carmode Lim de KSL News encontró que declara que Utah era el número ocho en la lista de los cirujanos plásticos per cápita más altos en los EE.UU. Casi la mitad de la población de Utah se compone de miembros de La Iglesia de Jesucristo Cristo de los Santos Últimos Días, una religión conservadora que enseña sobre la naturaleza divina y la belleza interior. Sin embargo, los cirujanos plásticos de Utah que Lim entrevistó dicen que tienen una fuerte población de pacientes. ¿Cómo ha sucedido esto? ¿Cómo los miembros de la Iglesia han olvidado su valor eterno y en su lugar se centraron en el valor temporal?

Cirugía plástica en Utah

Un artículo en totalbeauty.com toma nota de los numerosos carteles a lo largo de Utah I-15 para blanqueamiento de dientes, aumento de senos, liposucción, y otras formas de cirugía plástica y mejoras de belleza. Me he dado cuenta de estos carteles al conducir al trabajo. ¿Por qué la población de Utah tiene tantas cirugías plásticas en curso? Hay varios factores que apuntan hacia la respuesta a esta pregunta. En la entrevista de Lim al Dr. Brian Browski, él afirma que la alta tasa de natalidad es un factor importante por el que las mujeres desean tener el cuerpo que tenía antes del embarazo.

Otro factor apunta a problemas de autoestima entre las mujeres SUD en Utah. Cathy Carmode Lim escribió en un artículo anterior de KSL Noticias que “los investigadores que brindan orientación a los Santos de los Últimos Días han indicado que existe una alta prevalencia de autoestima condicional en la comunidad, lo que significa que las personas basan su autoestima en ‘que se cumplan condiciones o requisitos arbitrarios externos'”.

 

Esto se refiere a los ideales de perfección. A menudo, los miembros de la Iglesia   sienten la necesidad de tratar de ser perfectos, y cuando no pueden llegar a la perfección, tienen problemas de autoestima. El mismo artículo menciona un estudio de la Universidad Brigham Young del 2007 que constata que a pesar de que la mayoría de las mujeres SUD en edad universitaria tenían una imagen corporal más positiva que las mujeres no SUD, las mujeres SUD que viven fuera de Utah tenían una mejor imagen corporal que las que viven en su interior. Esto se debe probablemente a la gran comunidad SUD que vive en Utah. Las presiones de la perfección se sienten aún más intensamente cuando se está rodeado por sus pares.

Los cirujanos plásticos que Lim entrevistó parecían estar pensando que estaba bien que mucha gente recurriera a la cirugía plástica. El Dr. Grant Fairbanks, presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica del Estado de Utah, dice que “la mayoría de mis pacientes están bastante bien educados. . .Realmente están tratando de ‘refinarse’ a sí mismos”. Browski afirma que las razones de tantas cirugías plásticas en Utah no se debe a la vanidad, “Creo que encaja con (la idea de cultura sobre) el cuidado de sí mismo. . .Lo están haciendo por razones adecuadas, no por algún tipo vulgar de motivación”.

Tu cuerpo en sí ya es un templo

Me inclino fuertemente a estar en desacuerdo con esas declaraciones de los cirujanos. Por supuesto que es vanidad, de eso se trata la cirugía plástica electiva. No siento que la gente deba tratar de “perfeccionarse” a sí misma. Su cuerpo es un don de Dios, y estoy seguro que el Señor no quiere que Sus preciosas hijas se conviertan en una copia de Barbie.

 

La belleza interna es algo muy real. Debe ser nutrida y cuidada por encima de todo tipo de bellezas temporales, que son poco profundas y no tienen una importancia que valga la pena. Se nos enseña que nuestro “cuerpo es [un] templo” ( 1 Corintios 6:19 ) y no debe ser desfigurado por los tatuajes y piercings (perforaciones).Siento que la cirugía plástica debe ser incluida en esta categoría, ya que nuestro cuerpo es también un don de Dios, y cuando nosotros alteramos ese regalo para propósitos vanos, entonces disminuimos el valor de ese don y nuestra apreciación del mismo.

Cuando caemos en la vanidad, nos olvidamos de que somos hijos de Dios. En la   Guía para el Estudio de las Escrituras de LDS.org dice que “vano y vanidad también pueden significar vacío o sin valor”. Siento que esta es una buena descripción de la satisfacción que uno gana cuando se entrega a los deseos temporales de la belleza. No hay satisfacción. No es nada más que vacío porque la belleza no es lo importante en nuestras vidas.

 

Para aquellos que sienten tristeza por no poder alcanzar los estándares de perfección, les ruego que recuerden el amor eterno de Dios. Tú eres Su hija, y Él sabe que eres humana. Nadie puede alcanzar la perfección; nos esforzamos por dar lo mejor de nosotros para ser buenos. Aunque no podamos alcanzar la perfección, no debemos sentirnos mal con nosotros mismos. Hay que tener alegría en el cultivo de nuestra belleza espiritual. Es más preciosa que el oro, y más duradera que los valores del mundo. La belleza espiritual es lo que nos da felicidad y nos permite compartir nuestra luz con los demás.

1 Samuel 16:7 dice que “Jehová no mira lo que el hombre mira, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”. Al Señor no le importa ese lunar, los números de la balanza o el tamaño de una nariz. Al Señor le importas tú. A Él le importa tu espíritu, tu virtud y tu buen corazón. Él sabe que la belleza temporal no te hará feliz, mientras sí lo hará la belleza espiritual.

 

En el artículo de Lynn G. Robbins en New Era, “True Beauty” , dice que “una mujer joven cuyo rostro está radiante tanto de felicidad como de virtud, irradia belleza interior. . .La sonrisa virtuosa es realmente hermosa, ya que la irradia de una manera totalmente natural. Esta verdadera belleza no se puede pintar, sino que es un don del Espíritu Santo”. Nuestro semblante, nuestro resplandor espiritual por así decirlo, es lo que nos hace verdaderamente hermosas a los demás y que dura por las eternidades.

Elaine S. Dalton comparte su experiencia en la búsqueda de la “Belleza profunda”.

Comentarios
Que tontos jajjaa q piensan eso deberían de ser más inteligentes en lugar de inventar cosas tan tontas y que no tienen relación con la Iglesia. Es la nota más ridícula que he visto
Lola
Muy interesante su artículo, vivo en Utah desde hace 9 años, la vida pacífica de Utah casi agrícola ha ido pasando a la historia, tenemos ciudades cada vez más modernas y con ellas todo lo que el modernismo implanta en el modus vivendi de la comunidad, es obvio que no estaremos viviendo en una burbuja alejados de todo lo que se viva alrededor del planeta, por lo tanto, no es de extrañar que se aprovechen los avances de la ciencia y de los cuidados en la salud y la belleza. Soy totalmente reacia a aceptar que por mera vanidad se recurra a operaciones correctivas, muchas de ellas ocasionadas por malos hábitos nutricionales, en verdad si la mujer o incluso los hombres desean tener un cuerpo saludable deberían aprender a rechazar la comida del rey Nabucodonozor y ser como Daniel el Profeta y sus amigos, eligiendo una nutrición de calidad y no de cantidad, la cual está más a la orden del día con tantos restaurantes de comidas rápidas creando una población excedida en su peso, con dependencia reactiva por los fármacos y por supuesto a las cirugías plásticas, las cuales también son muy costosas y de alto riesgo.
Consuelo Poveda
En lo personal no halló una relación entre uno y otra cosa. Pienso que independientemente a la fe y convicción las personas son libres de tomar sus desiciones...si fuere algo impropio entonces en Utah las oficinas de los obispos pasaran atestadas esperando ser cuestionados por sus cirugías.
Alberto
pos donde quedo la bolita, no que mi puerquesito es un templo y que no debe ser profanado por cosas vanales, chaleeeeeee, puritita hipocresia.
pepepaco
Cada quien es libre de pensar y hacer lo que desee con su cuerpo. Este artículo habla sobre lo que Dios dice, y refleja con mucha claridad su mensaje. Dios nos dio el albeldrío por una razón. No se trata de una cirugía estética, sino de no centrar la mirada en las vanidades del mundo, que poco a poco, alejan al espíritu. Saludos cordiales.
Verónica
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