Los profesores de comunicaciones de BYU, Robert Walz y el Dr. Tom Robinson se dieron cuenta de un problema en Provo. Quizá, incluso, un problema en toda la Iglesia, citas amorosas entre mormones.
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Walz y Robinson trabajaron juntos y por separado en las presidencias de los hombres jóvenes y los obispados durante varios años. Aquellos llamamientos tenían como objetivo enviar a los hombres jóvenes a la misión. No escucharon más de esos hombres jóvenes hasta después de que dejaran sus barrios, pero recibieran ocasionalmente sus invitaciones de bodas.
Cuando comenzaron a trabajar juntos en una estaca de jóvenes adultos solteros (JAS) en Provo hace algunos años, descubrieron que no había muchas citas en lo que debería ser el centro de las citas amorosas entre mormones. Continuó diciendo:
“Nos dimos cuenta de que éramos los autores del problema. Habíamos creado esta disfuncionalidad en la cultura de las citas amorosas entre mormones porque singularmente nos centrábamos en el servicio misional. No nos percatamos que cuando regresaban de sus misiones [los jóvenes], no eran funcionales en su habilidad de interactuar con miembros del sexo opuesto.”
Afortunadamente, esta reflexión no se detuvo ahí. Además, creyeron que podían hacer algo respecto al problema de la cultura de las citas amorosas entre mormones.
LA PRESIÓN
Walz y Robinson descubrieron que gran parte del problema de las citas amorosas entre mormones era que se les enseñaba a los hombres jóvenes a mantenerse alejados de las jóvenes antes de sus misiones. Después, al final de sus misiones se les pedía que regresaran a casa y encontraran una compañera eterna. Esto significaba que una vez que volvieran a sus hogares, muchos misioneros retornados no desearan esforzarse para obtener citas amorosas hasta estar listos para casarse.
Walz y Robinson se impresionaban cuando varios misioneros retornados decían que no se sentían preparados para casarse. Esa, era la principal razón por la que no iban a citas amorosas entre mormones. En la década de 1980, cuando Walz y Robinson eran JAS, tuvieron experiencias completamente diferentes.
Para ellos, el propósito de las citas amorosas entre mormones era conocer a alguien. No había ningún compromiso apresurado. Nunca sintieron presión externa o interna de casarse rápido. También, no tuvieron que lidiar con las complejidades de la tecnología como los chats, los mensajes de texto después de las citas o incluso, quién iniciaba la conversación de texto.
De regreso a los tiempos de Walz y Robinson, las citas amorosas eran mucho más simples. Las citas no requerían de planificación detallada, como hacer grandes afiches o flah moves para invitar a alguien a salir. Además, las citas tampoco costaban mucho dinero. Su idea de una cita amorosa era “¡Oye! ¿Quieres tomar una soda?” eso era todo.
LA MAGIA DE SOLO UNA CENA
Walz y Robinson deseaban ayudar a los JAS a simplificar las citas amorosas entre mormones. El Dr. Robinson comenzó una de sus clases de publicidad con un mensaje despotricando sobre la disfuncionalidad existente en la cultura de las citas amorosas.
Después de haber llamado la atención de la audiencia, un estudiante dijo: “Tiene que decir a todos en BYU lo que acaba de decirnos.”
El Dr. Robinson creó una presentación de 45 minutos llamada “solo es una cena.” Primero, la compartió con su estaca. Ahora, visita diferentes estacas en Provo y comparte este concepto de que las citas amorosas entre mormones no deben ser tan complicadas.
La idea detrás del título “solo es una cita” es que la cita amorosa pueda ser tan simple como salir a comer. Cuando una cita lleva a la conversación y conexión, es mucho más significativa que quizá una cita amorosa más elaborada o cara. Sin embargo, una cita no se debe ver solo como ir a cenar. Robinson expresó:
“Solo es una cena puede ser solo es cualquier cosa.”
Solo es hacer compras, salir a caminar, comprar helado. Las citas amorosas entre mormones sin presión pueden tomar diferentes formas.
SÍ, LAS CITAS AMOROSAS TODAVÍA SERÁN INCÓMODAS
El concepto de “solo es una cena” no significa que las citas amorosas entre mormones no serán incómodas nunca más. De hecho, a veces, hacer algo más casual puede ser más estresante. Ya que, significa que la conversación es el factor más importante en la cita.
Incluso, si no tienes una conexión romántica después de sentarte a la mesa, compartir una comida y conversar, tener una cita amorosa casualmente todavía vale la pena. Salir a comer puede construir amistades, aumentar las habilidades de comunicación o como mi madre siempre dice: haz una “buena práctica” para las experiencias futuras de citas amorosas.
HACERSE PARTE DEL MOVIMIENTO “SOLO ES UNA CENA”
Si pasaste la etapa de las citas amorosas entre mormones o apenas estás entrando, escucha “It’s just a dinner” (Solo es una cena).
Walz y Robinson son los copresentadores del podcast. Hablan sobre por qué la cultura de las citas amorosas entre mormones es de la manera que es y de cómo podemos arreglarlo. Su podcast, sitio web y eventos en Utah Valley son divertidos y útiles para los JAS.
Cambiar la cultura de las citas amorosas entre mormones no solo es responsabilidad de los JAS sino que también de los padres y líderes. Walz expresó que desea haber enseñado las verdades del evangelio sobre el templo así como el servicio misional. Dijo:
“Nuestro objetivo desde el tiempo que somos niños necesita ser el templo.”
Cada uno de nosotros puede crear una cultura de citas amorosas más funcional al centrarse en el templo desde el principio. Al hacerlo, facilitará la transición entre la misión y el matrimonio.
Artículo originalmente escrito por Angela Cava y publicado en mormonhub.com con el título “How “It’s Just Dinner” will Change Dating Culture.”
