Dos miembros del Coro del Tabernáculo y la Orquesta de la Manzana del Templo compartieron cómo siguen afinando su voz y sus habilidades para tocar instrumentos, como el corno francés, a pesar de la pausa en los ensayos físicos debido a la pandemia.
Ruth Crosland
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Ruth Crosland ha formado parte del Coro durante más de 13 años, es la segunda contralto.
Durante los últimos ocho meses ella y sus compañeros, del Coro y la Orquesta, no han podido asistir a sus ensayos como normalmente lo hacían, a causa del COVID. Sin embargo, ese no ha sido un impedimento para “mantenerse en forma”.
Ruth nos cuenta que trabaja su voz “como parte de su adoración en casa los domingos por la mañana”. Su esposo y ella escuchan las canciones del Coro por la radio y ella canta.
“Me gusta cantar junto con el Coro. Obviamente no tengo mi música frente a mí, pero lo hago para recordar los altibajos de la música y cómo [los directores de Coro] Mack Wilberg y Ryan Murphy quieren que se interprete algo”.
Crosland agregó que ese ejercicio semanal, le ayuda a fortalecer su “memoria vocal”, esa respuesta condicionada para hacer algo físico sin pensar.
“Cuando cantas mucho algo, la forma en que cantas esa selección entra en tu memoria vocal, por lo que cantas de la misma manera todas las veces”, explicó.
Asimismo, Ruth Crosland utiliza su tiempo mientras conduce su auto para cantar. Eso le ayuda a mantener su voz afinada para algún día volver a armonizar con sus compañeros del Coro.
Los líderes del Coro y la Orquesta también le han proporcionado a Crosland y a sus compañeros músicos, ejercicios vocales e instrumentales para ensayar regularmente desde casa durante la pandemia.
Los miembros del Coro y la Orquesta deben ensayar a un alto nivel técnico para capturar su sonido característico, por lo que la formación y la práctica constantes son esenciales.
“Nos han dicho: ‘Manténgase en forma, volveremos’”, dijo Will Francis, miembro de la orquesta.
Will Francis
Will Francis toca el corno francés y ha formado parte de la Orquesta de la Manzana del Templo durante más de 16 años. Asimismo, es maestro de orquesta y banda en una escuela. Siempre está rodeado de música.
Con respecto a cómo continúa con sus ensayos en casa, dijo lo siguiente:
“Practico a diario en casa. Sigo recordándome a mí mismo que volveremos a estar juntos algún día “.
Agregó, que este tiempo lejos de los ensayos con sus compañeros de la Orquesta es un poco extraño e inquietante. Ya que, no tiene que esperar una presentación o una nueva selección musical que dominar. “Es el ritmo por el que vivimos como intérpretes y eso se ha ido, al menos por ahora “.
Esperando con ansias el regreso
A pesar de su ingenio “fuera de temporada”, Crosland y Francis están de acuerdo en que nada de lo que hacen para mantenerse “en forma” en casa iguala la energía que se encuentra al ensayar y tocar con el Coro y la Orquesta.
“Eso es algo que echamos de menos. Puedo cantar todo yo sola en casa. Pero, cuando reúnes a todos con todas esas voces, es electrizante. Lo sientes y te alimentas de ello”, dijo Crosland.
Los miembros del Coro y la Orquesta adquieren una fuerza adicional simplemente al imaginar ese día en el que nuevamente se sienten hombro con hombro y realicen sus deberes sagrados como embajadores musicales mundiales de la Iglesia.
“Habrá muchas lágrimas. Será un día increíble. Será un día espiritual”, dijo Crosland.
Compartir esos talentos nuevamente, en algún momento en el futuro, para una Conferencia General en un Centro de Conferencias repleto, será un momento especialmente histórico y emotivo.
Fuente: Church News