A causa del coronavirus los líderes de la Iglesia han cancelado las reuniones dominicales en algunos países, sin embargo la gente se mantiene optimista
El pasado domingo, unos viajeros atravesaron las puertas de un centro de reuniones de la Iglesia en Singapur esperando encontrar un típico servicio de adoración dominical de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
A cambio, encontraron que el edificio estaba vacío.
El brote de coronavirus ha hecho que los líderes de la Iglesia cancelen todas las reuniones de esta semana en la ciudad de Singapur y otras actividades de la Iglesia en otros 15 países.
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Afortunadamente, estos viajeros se encontraron con el presidente de estaca de Singapur, Jean-Luc Butel, que se encontraba en el edificio para realizar algunas entrevistas importantes con los miembros: una pareja planeaba casarse en Filipinas y otra buscaba obtener una recomendación para el templo.
“No hemos podido encontrar una manera de cambiar el localizador del centro de reuniones del sitio web de la Iglesia para mostrar que no estamos realizando reuniones dominicales [en la capilla]”, dijo Butel.
Un nuevo saludo
Esta semana, desde Italia hasta Singapur, las congregaciones afectadas por el brote de coronavirus (COVID-19) realizaron reuniones virtuales de ayuno y testimonio a través de YouTube, Zoom o, en última instancia, no se reunieron en absoluto.
Algunos miembros han pasado cinco semanas sin participar de la Santa Cena, una sagrada ordenanza que se realiza cada semana en donde se renuevan los convenios hechos con Dios para vivir en armonía con las enseñanzas y mandamientos de Cristo.
“Esta experiencia nos enseña lo importante que es que vivamos y practiquemos el Evangelio en casa”, dijo Andrea Cordani, presidente de la Estaca Verona, Italia.
En Camboya, Laos, Malasia, Myanmar y Tailandia las reuniones se limitaron a una hora para el ayuno y testimonio.
“No nos damos la mano cuando nos vemos”, dijo Sharon Wong, especialista en autosuficiencia de la rama Kuala Lumpur en Malasia. Nadie usa mascarillas, pero se proporciona gel desinfectante para las manos, dijo, y agregó: “Nos saludamos con los codos”.
En Indonesia, Timor Oriental y Vietnam se llevaron a cabo servicios dominicales regulares de dos horas, pero no se realizaron otras reuniones durante la semana.
En Taiwán, las conferencias de estaca programadas hasta finales de abril han sido canceladas. Las reuniones en la India no se han visto afectadas, dijo Annie Wong, directora de comunicaciones del área de Asia de la Iglesia.
A los miembros de la Iglesia en la Estaca Friedrichsdorf de Alemania se les pidió que no se dieran la mano, dijo LaFern De Molder, miembro de la presidencia de la Sociedad de Socorro del barrio Usingen.
Algunos miembros de la Iglesia en lugares no afectados del mundo ayunaron y oraron en sus reuniones sacramentales por sus hermanos y hermanas en Cristo, cuya adoración religiosa ha sido interrumpida y cuyas vidas han cambiado.
“Aunque tuvimos un servicio dominical normal, nuestros corazones sintieron que debíamos orar por aquellos que han sido afectados por el virus”, dijo Harris Flores, quien vive en Filipinas. “Se nos solicitó incluir pedir en nuestro ayuno por la seguridad de nuestros hermanos y hermanas, y personas que no son de nuestra fe.”
La Santa Cena
La Santa Cena es la parte central de la adoración de los Santos de los Últimos Días, en ese momento especial, cada miembro de la Iglesia renueva sus convenios con Dios.
“Nada puede reemplazar ir a la Iglesia y tomar la Santa Cena en persona”, dijo Sharon Wong.
Las presidencias de área de Europa, Asia y Asia Norte instruyeron a los líderes de cada país afectado que los obispos y los presidentes de rama, los líderes de las congregaciones de los Santos de los Últimos Días, decidan si deben permitir que los poseedores del sacerdocio bendigan la Santa Cena en sus propios hogares.
Kasey Kanekoa, el asesor del quórum del sacerdocio del Barrio Nº1 de Tokio, dijo que su barrio no llevaría la Santa Cena a las casas de los miembros.
“Nuestros líderes decidieron esto en oración y expresaron el deseo de que todos tengan la oportunidad de renovar sus convenios”, escribió en un mensaje de Messenger. “Por el momento esto no es posible por el peligro de contagio entre los miembros.”
Asimismo, Kanekoa expresó que “de una manera extraña, el no recibir la Santa Cena en nuestros hogares [le] hizo sentir un poco más unido a las personas de [su] barrio que no tienen acceso a [un poseedor del sacerdocio] en sus hogares.”
La mayoría de los miembros de la Iglesia que se encuentra en las áreas afectadas no están demasiado preocupados por el virus, dijeron varios. Se preocupan por el impacto económico que enfrentan; desde la región italiana del río Po hasta Hong Kong, las tiendas y restaurantes han cerrado y la gente ha perdido sus empleos.
Las calles están vacías en Ulán Bator, dijo Tserennyam Sukhbátar, presidente de la estaca Ulán Bator Oeste.
Tener reuniones juntos a través de la tecnología ayuda mucho.
Sharon Wong preparó y compartió su clase de la Escuela Dominical por medio de una videoconferencia a través de Zoom con su barrio, Bahía de la Calzada, Hong Kong. La Sociedad de Socorro se mantiene en contacto a través de WhatsApp.
“No podemos participar de la Santa Cena… pero seguimos siendo espiritualmente optimistas y unidos gracias a la bendición de la tecnología del siglo XXI”, compartió.
Fuente: deseret.com