Pregunta
Actualmente, tengo una relación de seis meses.
Hace unos meses, mi novia y yo estuvimos hablando sobre el matrimonio. Hubo momentos en los que sentí que podría funcionar y momentos en los que sentí dudas sobre esa decisión.
Oré al respecto y sentí como si hubiera recibido una confirmación sobre la relación.
Con eso, siento que hay partes de mí que han mejorado como resultado de la relación. Sin embargo, hay otras partes que no mejoraron, tal vez empeoraron. Eso me ha llevado a preguntarme qué hacer.
Asimismo, reconozco que eso puede deberse a la relación o a mí. Así que me esfuerzo por mejorar en esos aspectos.
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Siempre trato de recordar esta cita del presidente Kimball:
“Es cierto que casi todo buen hombre y toda buena mujer podrían tener felicidad y éxito en el matrimonio si ambos estuvieran dispuestos a pagar el precio”.
Sin embargo, al final, no siempre me siempre me siento seguro de querer continuar con esta relación y llegar al matrimonio.
En última instancia, supongo que mis preguntas son: ¿Cómo debería sentirme al analizar una relación que probablemente pueda llegar al matrimonio? ¿Cómo puedo remediar mis sentimientos actuales sobre mi relación? Y, ¿Qué debo hacer si la respuesta es terminarla?
Respuesta
Estás haciendo preguntas importantes sobre esta relación antes del matrimonio.
Estas preguntas te ayudarán a avanzar con mayor confianza, independientemente del resultado.
De hecho, me gustaría que más parejas de novios alinearan más conscientemente sus mentes y corazones mientras examinan el estado de sus relaciones.
Hiciste referencia a la declaración del presidente Spencer W. Kimball acerca de cómo hacer que funcione un matrimonio.
Antes de ofrecer mi respuesta a tu pregunta, me gustaría proporcionar una parte más amplia de la cita para dar más contexto a lo que el profeta intentaba expresar:
“Dos personas que han recibido diferente formación, después de la ceremonia se dan cuenta de que es necesario hacer frente a la dura realidad. Llega a su fin la vida de fantasía, y debemos dejar de andar por las nubes y asentar los pies en la tierra…
Luego de la ceremonia, uno empieza a darse cuenta muy pronto que el cónyuge tiene debilidades que antes no se habían descubierto o revelado.
Las virtudes que constantemente eran magnificadas durante el cortejo parecen hacerse más pequeñas, mientras que las debilidades que antes parecían tan pequeñas e insignificantes alcanzan proporciones considerables…
La felicidad duradera es posible… [y] está al alcance de toda pareja, de toda persona.
La idea de ‘almas gemelas’ es una quimera, una ilusión, y aunque la mayoría de nuestros jóvenes tratan con toda diligencia y devoción de encontrar una persona con la cual la vida pueda ser más compatible y hermosa, también es cierto que casi todo buen hombre y toda buena mujer podrían tener felicidad y éxito en el matrimonio si ambos estuvieran dispuestos a pagar el precio”.
No existe la persona ideal
Cuando leo esa cita, no creo que el presidente Kimball esté animando a los solteros a encontrar un miembro activo de la Iglesia, cerrar los ojos y confiar en que su bondad individual será suficiente para que su matrimonio funcione.
Creo que se dirige a los casados que enfrentan la preocupante realidad de que su pareja no es la persona de fantasía de la que se enamoraron durante su noviazgo.
Pienso que el profeta enseñó en esos momentos que es esencial confiar en la fe, los convenios y el poder habilitador de la expiación para ayudar a estas parejas casadas a transformar estas diferencias en un matrimonio más fuerte.
Aunque toda relación de pareja que eventualmente se convierta en matrimonio requerirá un acto de fe, actúas sabiamente al intentar acortar ese salto.
En febrero del año 2000, el élder Jeffrey R. Holland compartió uno de los mejores discursos sobre la selección de un cónyuge.
En su discurso, “How do I love thee”, describe las cualidades que querrás buscar en un posible cónyuge.
Asimismo, habla claramente sobre el tipo de sentimientos y experiencias que deberías experimentar en una relación sana. Te recomiendo que estudies ese discurso detenidamente.
Evalúa lo que has aprendido en tu relación
Mencionaste que has aprendido algunas lecciones importantes en esta relación, pero también te das cuenta de que has retrocedido de alguna manera.
Si bien cada matrimonio nos va a amoldar de maneras que no podemos anticipar, estas experiencias en última instancia deberían elevarnos a nosotros y la relación.
Todos podemos crecer individualmente a través de la adversidad cuando enfrentamos oposición. No obstante, si la persona con la que estás saliendo se convierte en una fuerza negativa constante en tu vida, ese tipo de crecimiento solo te alejará más de ella.
El élder Holland señala este importante principio:
“Si solo vas a comer pizza o jugar un partido de tenis, ve con alguien que te brinde una diversión buena y limpia. Pero, si es algo serio, o planeas que lo sea, busca a alguien que saque lo mejor de ti… Encuentra a alguien que sufra cuando tú sufres y que encuentre su felicidad en la tuya”.
Aunque toda relación requiere trabajo, la etapa de citas y compromiso de una relación debe estar llena de descubrimiento, curiosidad, entusiasmo, observación cuidadosa, evaluación crítica y atracción mutua.
No está mal sentirte inseguro sobre tu relación, desacelera el paso o termínala
Si te sientes inseguro, no hay nada de malo en disminuir el paso de las cosas o incluso terminar la relación.
Sí, has salido seis meses, pero reconoces que pasaste estos meses aprendiendo más sobre ti y lo que es importante para ti en una relación.
Si esta joven no es alguien con quien puedas crecer, entonces es importante que te permitas seguir adelante.
Asimismo, es importante reconocer que es posible que no seas la persona adecuada para ella.
Las citas requieren un alto nivel de autoconciencia, así que asegúrate de hacer todo lo posible para dar lo mejor de ti en esta relación.
Aunque ninguna pareja va a ser perfectamente compatible en todos los sentidos, si ya puedes darte cuenta de que hay áreas que te cuesta resolver, no tienes que asumir esos desafíos particulares en esta relación.
El matrimonio tiene muchas sorpresas que requerirán un compromiso lleno de fe y nuestros mejores esfuerzos.
Si tienes que lidiar con estos dilemas en la etapa de citas, es recomendable reducir la velocidad y decidir si estos son los tipos de desafíos en los que deseas trabajar en las próximas décadas con esta persona.
Si decides terminar tu relación…
Si decides terminar esta relación, te recomiendo que sigas el sencillo consejo que te ofrece la Dra. Brené Brown, “Ser sincero es una muestra de amabilidad”.
Cuando hayas tomado una decisión, sé firme en ella y hazle saber a tu novia que esta relación no funcionará para ti.
No vayas con rodeos como “vamos a ver qué pasa” o “necesito tiempo”, sé sincero.
Si has decidido terminar la relación, termínala para que la otra persona pueda ser libre, sanar y trabajar en su futuro.
Confía en que ella puede encontrar la sanación y la paz con apoyo espiritual y relacional de la misma manera que tú buscarás la sanación.
Puedes descubrir ahora si deseas compartir tu vida con la persona que sales
He estado casado durante casi 24 años y el matrimonio que tengo hoy se ve muy diferente al matrimonio que pensé que iba a tener a los 22 años.
Hemos experimentado altibajos emocionantes. Sin embargo, mi esposa tiene la misma integridad, amabilidad, bondad y compromiso con el progreso de nuestro matrimonio que identifiqué cuando decidí casarme con ella.
Ninguno de nosotros puede saber lo que nos depara el futuro. Sin embargo, puedes saber ahora mismo si la persona con la que estás es alguien compasivo, bondadoso, carece de egocentrismo y está comprometida con el progreso de su relación.
Estos rasgos pueden darte más confianza en que ambos pueden trabajar juntos para construir un matrimonio hermoso.
Fuente: Meridian Magazine