Mediante las Escrituras, los profetas y apóstoles modernos nos han enseñado que nadie puede salvarse en la ignorancia, porque la gloria de Dios es la inteligencia (DyC 93:36; 131: 6).
Con esto en mente, se crearon programas para mejorar las enseñanzas del Señor.
Además, se dieron mandamientos y principios para todos Sus hijos, especialmente para los jóvenes a fin de fortalecernos.
Estos programas se conocen como: Seminario, para jóvenes de 14 a 18 años, e Instituto de Religión, para los adultos jóvenes de 18 a 31 años.
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En los Institutos de Religión, los mismos cursos de Escrituras – el Libro de Mormón, el Nuevo Testamento, el Antiguo Testamento, la Perla de Gran Precio, y Doctrina y Convenios – se enseñan a un nivel más avanzado, porque el Señor ha dicho:
“Escudriñen las Escrituras… porque… ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).
Además, hay cursos sobre los profetas modernos, preparación misional, noviazgo y matrimonio, historia de la Iglesia y muchos otros.
¿Por qué asistir a Instituto?
Además de las cosas que podemos aprender sobre Dios y Su doctrina, existen otras bendiciones que podemos recibir al asistir a las clases de Instituto.
En una oportunidad, durante una de las clases en línea sobre el Nuevo Testamento, comencé a sentirme mal y decidí dejar la clase.
Poco tiempo después, recibí un mensaje de uno de los chicos de la clase. Me preguntó qué me había pasado y por qué me había ido.
Le dije que no me sentía bien y que no quería estar en la clase. Luego, me animó a volver y escuchar la clase. De mala gana, decidí seguir su consejo.
A medida que avanzaba la clase, comencé a sentir un espíritu más fuerte y prestar atención a lo que se estaba enseñando.
Fue entonces cuando me vino una pregunta a la mente. Recuerdo que me dije a mí misma: “Olvídalo o averígualo tú misma más tarde”. Sin embargo, la duda se hizo más fuerte en mi mente hasta que decidí preguntar.
Para mi sorpresa, los pocos alumnos de la clase fueron conmovidos por el Espíritu y comenzaron a participar, intentando responder mi pregunta.
Todos, en un momento, encendieron sus micrófonos y compartieron sus pensamientos sobre el tema.
Me conmovió que todos se unieran para responder mi pregunta, que en mi opinión parecía tan insignificante.
Ese día sentí la seguridad de que a través de las clases del Instituto podría mejorar y ayudar a otras personas a venir a Cristo.
El Instituto de Religión nos ayuda a ser más autosuficientes espiritualmente y nos ayuda a adquirir las virtudes necesarias en todos los aspectos de nuestra vida. Nos proporciona equilibrio y aporta a nuestro estudio secular.
Asimismo, Instituto es un lugar maravilloso para conocer personas con el mismo estándar moral y espiritual que nosotros.
Conozco y he escuchado decenas de historias sobre verdaderas amistades y amores eternos que nacieron gracias a Instituto.
El presidente Boyd K. Packer confirma esta verdad al decir:
“El porcentaje de matrimonios en el templo de los alumnos graduados de seminarios e institutos es más que el doble del promedio de la Iglesia.
Repito.
El porcentaje de matrimonios en el templo de los alumnos graduados de seminarios e institutos es más que el doble del promedio de la Iglesia. ¿Existe la necesidad de una prueba mejor que ésta?”
Por su parte, el presidente Monson agregó:
“Si dejan a un lado sus teléfonos celulares y verdaderamente miran a su alrededor, tal vez encuentren a su futuro compañero eterno en Instituto”.
Aunque pueda parecer una práctica pequeña y sencilla, hacer del Instituto una parte importante de nuestras vidas resultará en un poderoso crecimiento y maduración espiritual.
Mucho más importante que decir las cosas que podemos ver son las cosas espirituales que podemos sentir.
Instituto puede proporcionarnos exactamente las experiencias extraordinarias que debemos contar.
Fuente: Mais Fe