“Es indispensable que los niños sepan discernir la verdad del error por sí mismos y que tengan el valor de hacer lo que sepan que es correcto” (Hermana Michaelene P. Grassli, 1994). Se necesita enseñar a los niños a saber cómo discernir correctamente lo que es y no verdad. Grassli compara este discernimiento con la historia de Moisés.
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Grassli dice,
“Leímos en el primer capítulo de Moisés que Dios habló con Moisés cara a cara, le enseñó que era un hijo de Dios y le mostró la tierra desde el inicio hasta el final. Entonces, “Satanás vino para tentarlo, diciendo: Moisés, hijo de hombre, adórame.” (Moisés 1:12).
Y, ¿cómo respondió Moisés a la confrontación de Satanás? “Y sucedió que Moisés miró a Satanás, y le dijo: ¿Quién eres tú? Porque, he aquí, yo soy un hijo de Dios, a semejanza de su Unigénito. ¿Y dónde está tu gloria, para que te adore?” (Moisés 1:13).
Debido a que Moisés conocía a Dios, reconoció que Satanás era un impostor. Si logramos enseñar a los niños a conocer la verdad, podrán reconocer el error. Moisés reconoció el error, oró continuamente para recibir ayudar y venció el temor. Por eso, pudo desafiar las tentaciones de Satanás hasta intimidarlo.
Cuidar a los niños
Los niños son muy importantes. Son como pequeñas esponjas, absorben todo alrededor de ellos. Ven cómo las personas en su vida reaccionan. Es nuestro privilegio como adultos asegurarnos de que demostramos a los niños cómo actuar y escoger por sí mismos, cómo tomar decisiones.
La Iglesia d Jesucristo de los Santos de los Últimos Días siempre ha cuidado e inculcado a enseñar a los niños. La Primera Presidencia, al reconocer las condiciones sin precedentes que reinan en el mundo de hoy, ha tomado una medida sin precedente encaminada a renovar nuestra dedicación a nuestros pequeños. Por medio de un mensaje dirigido a la Iglesia que se llamaba ‘‘Dediquémonos a los niños”, nos han pedido amar y proteger a nuestros niños más que nunca, enseñarles mejor que antes y prepararlos de forma más completa y con mayor eficacia para vencer el poder de Satanás y recibir la paz y la gloria eternas del Señor (Ensign, enero de 1994, pág. 80).
Grassli continúa,
Nos inquieta lo que les ocurra a nuestros niños. Son valiosos para nuestro Padre Celestial y son nuestra esperanza para traer bien al mundo. El Presidente Boyd K. Packer, me dijo en una ocasión: “Son los niños de hoy los que llevarán el evangelio a todo el mundo. Los niños deben ser enérgicos, firmes e independientes al ejercer su albedrío. Para que así sea, tienen que tener un conocimiento del evangelio y un testimonio de la veracidad de él”.
Dos maneras de reconocer la verdad del error
Existen dos maneras para ayudar y enseñar a los niños a reconocer el error y actuar. La primera, enseñar a los niños sobre Jesucristo y las sencillas verdades de Su evangelio. Para hacerlo, es preciso estar con ellos con el fin de ser capaces de compartirles verbalmente nuestras creencias y puedan ver cómo aplicamos los principios en nuestras vidas.
Grassli explica,
“Al trabajar con ellos, al pasar juntos momentos de recreación, al enseñarles lecciones que hayamos preparado y al presentársenos momentos propicios para enseñarles (aprovechemos todas las ocasiones): la noche de hogar, la oración familiar y los momentos que pasemos a solas con cada uno de nuestros hijos servirán para plantar la verdad en el alma de ellos.”
“Nuestros hijos tienen que saber que si leemos las Escrituras y las palabras de los profetas, y si escuchamos y obedecemos los susurros del Espíritu, aprenderemos de la fuente de la cual emana toda la verdad. Si nos oponemos a los maestros de la verdad que el Señor ha señalado, en ese caso nos opondremos a la verdad misma; pero si con sinceridad deseamos saber lo que es verdadero, entonces, naturalmente, querremos aprender de la fuente de la verdad.”
La segunda forma de ayudar a los niños de aprender a discernir la verdad del error es brindarles la oportunidad de practicar el modo de discernir la verdad y escoger hacer lo correcto. Algunas cosas sencillas para ayudarlos a recordar son un anillo de HLJ (Haz Lo Justo) o las representaciones que podrían encontrar en las noches de hogar familiares. De este modo, los niños pueden tener un plan antes de que se presente la situación.
“Si nuestros niños conocen la verdad, harán frente con confianza a las opiniones contrarias. Nadie podrá decirles que la Iglesia no es verdadera porque eso les parecerá errado. Si alguna vez cometen errores o si llegan a dudar de las enseñanzas, como nos ocurre a todos, los recuerdos de la verdad y los sentimientos experimentados al haberla oído en los días de su infancia los harán volver al redil.” (Como Ayudar A Los Niños A Discernir La Verdad Del Error, Conferencia General de octubre 1994).
Maneras creativas que algunas personas han utilizado para ayudar a sus hijos a reconocer la verdad del error
1. Barras de chocolate
He visto que los padres tienen algunas maneras diferentes de enseñar a sus hijos cómo reconocer la verdad. Una buena forma de enseñar a los niños es utilizar distintas barras de chocolate. Por ejemplo, el chocolate A y B.
Coloca las diferentes barras de chocolate y muestra que por fuera la barra B parece chocolate liso. Luego, corta la barra y muestra que en su interior no hay chocolate liso. Esto se puede comparar con las maneras en que Satanás intenta engañarnos. A primera vista, parece que es verdad pero cuando te acercas, te das cuenta de que en el interior hay algo escondido.
Después, corta la barra de chocolate A. Muestra que es solo chocolate, no hay nada escondido a la vista. Esta es la verdad. Es lo mismo por dentro y por fuera.
2. Utilizar objetos familiares
Otra manera de enseñar a los niños cómo reconocer la verdad es escoger objetos cotidianos. Mira junto al niño todas las partes y piezas de ese objeto. Luego, explica las funciones de cada una de sus partes.
Por ejemplo:
“Las tijeras son filosas. Se utilizan para cortar cosas. Las manijas hacen que las cuchillas se muevan. Las tijeras pueden hacer cosas buenas como podar plantas o cortar el cabello. También, pueden ser destructivas y cortar nuestra piel si no somos cuidadosos.”
“Las tijeras pueden ser como nuestras lenguas.”
“En Salmo 52:2 dice: agravios maquina tu lengua; como navaja afilada hace engaño. Nuestras palabras pueden herir pero también pueden dar calma y curar. Santiago 3:8 nos dice: ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Por eso, necesitamos de Jesús. Somos incapaces de domar nuestra lengua, pero con la fe en Jesús y el poder del Espíritu Santo. Después, podremos producir frutos de bondad y autocontrol.” (Fuente: blog “In All You Do”).
3. Llevar a los niños al aire libre
Haz que cada niño busque algo que le recuerde a Dios. Algo inusual que Él creó. Luego, pide a los niños que describan el objeto y pregúntales por qué eso les recuerda a Dios.
“Cuando piensas en eso, cualquier objeto de la naturaleza puede convertirse en un objeto que de una lección porque Dios creó todo. Además, reflexiona un poco sobre sus atributos.” (Fuente: blog “In All You Do”).
Afortunadamente, todas estas ideas nos brindan múltiples y únicas maneras de enseñar a los niños cómo reconocer la verdad del error. Finalizaré con las palabras de la hermana Cheryl A. Esplin, antigua Segunda Consejera de la Presidencia General de la Primaria.
“Enseñar a nuestros hijos a comprender es más que sólo impartir información. Es ayudar a nuestros hijos a que la doctrina penetre sus corazones.”
Artículo originalmente escrito por Elizabeth Merrill y publicado en mormonhub.com con el título “How to Teach Children Truth from Error.”