Gary Weiland estaba jugando con sus hijos un día de Acción de Gracias cuando de repente sintió que la circulación de su sangre no llegaba a su pierna izquierda. El dolor lo detuvo en seco.
Había tenido problemas con su rodilla antes, incluso se había sometido a una cirugía de rutina para reparar la lesión que sufrió después de años de practicar deportes.
Este dolor era diferente; algo andaba muy mal. En el hospital, Weiland descubrió que su condición requería una cirugía en la rodilla dos años antes de su cirugía de rutina.
Lamentablemente, la cirugía no logró solucionar el problema. Ese Día de Acción de Gracias sería la última vez que tendría sus dos piernas.
“No me enfoco en eso; fue, en muchos sentidos, el peor día de mi vida. Trato de no enfocarme en ninguna de esas cosas. Trato de enfocarme en… las cosas buenas que han venido desde entonces”.
Y ciertamente cosas buenas llegaron a su vida, incluidas oportunidades para competir en deportes de mayor exigencia.
El camino a la recuperación
Gary Weiland recibió una bendición del sacerdocio de parte de su presidente de estaca antes de la cirugía y sintió que todo estaría bien.
Pero mientras yacía en la cama de un hospital después de la amputación, lo sorprendió una sensación alarmante que no se debía al dolor físico.
Sintió que realmente había perdido una parte de sí mismo, parte de su identidad; después de todo, había contado con sus piernas al apagar incendios junto al Departamento de Bomberos de su ciudad.
“Como bombero, tendemos a necesitar ambas piernas para trabajar. Ya no estaba seguro de poder apagar incendios, no estaba seguro de poder seguir haciendo el mismo trabajo”.
No quería sentir que esto lo iba a vencer, así que decidió que volvería retomar su trabajo como bombero, incluso sin su pierna.
A Gary se le colocó una pierna ortopédica y dio sus primeros, aunque pequeños, pasos lo que le dieo el impulso necesario para seguir adelante.
“Parece algo tonto, pero… mi cerebro todavía [no había] procesado que ya no tengo esa pierna”.
Diez meses y seis días después, Weiland volvió a trabajar en el Departamento de Bomberos de Denton en octubre de 2019.
“Todavía puedo hacer todo lo que hacía antes, solo que lo hago de manera diferente y efectiva”.
La perspectiva de Gary sobre sus experiencias es tanto de aceptación como de determinación.
“Esta es solo una experiencia que es parte de mi vida, y si las personas dicen que es un bache en el camino, yo digo que no es un bache, es mi camino y lo voy a aprovechar al máximo”.
Un Guerrero Ninja
Weiland pensó que si podía ser un bombero con una sola pierna, no había mucho que pudiera detenerlo. Él comenzó a buscar nuevas oportunidades para desempeñar sus habilidades atléticas.
Por esa razón él ahora entrena en el equipo de voleibol sentado y voleibol de playa de Estados Unidos y espera competir en el equipo que sea elegido para participar de los Juegos Paralímpicos en el futuro.
Una noche hace dos años, vio una publicación de Facebook en la que un amigo mencionó que competiría en un circuito donde deben superar obstáculos complejos que se basan en la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio, la resistencia y otras habilidades físicas.
Gary decidió que él también iba a competir. Así que se levantó a las 5:00 de la mañana al día siguiente y condujo tres horas hasta la competencia en Austin, Texas, sin haber entrenado nunca para este deporte.
Los espectadores vieron a Weiland, el único competidor sin una extremidad, calificar para el siguiente nivel de la competencia en su primer día.
Durante los dos años siguientes, Gary saltó, se balanceó y escaló para llegar a los niveles más altos de competencia, llegando incluso a la final mundial de la Ultimate Ninja Athlete Association en Las Vegas el año pasado.
Ahora, Weiland enfrenta su mayor desafío atlético hasta la fecha: competir en el programa de televisión American Ninja Warrior, donde se enfrentará a algunos de los atletas ninja más experimentados del país.
Este Santo de los Últimos Días aparecerá en la temporada 14, episodio 4, que se transmitirá el lunes 27 de junio de 2022.
Un ejemplo para muchos
La fe de Weiland le ha dado la fuerza que lo impulsa a seguir adelante.
“Se trata de perspectiva, de ver todo a la manera en que el Señor ve las cosas. Saber que el Padre Celestial me conoce, me ama y tiene una razón para esto, me ayuda a diario a levantarme de la cama y seguir haciendo lo que hago”.
Weiland planea seguir compitiendo, ya sea en la cancha de voleibol paralímpico, en una carrera de obstáculos ninja o en cualquier otro lugar.
Algo que asegura que le da más energía son las oportunidades que tiene al inspirar a otros. Él ha compartido su historia con estudiantes, profesionales y otros, incluso creando una personalidad de superhéroe llamada FAN-Man (que hace referencia a que es un bombero ninja sin una extremidad), que asume cuando interactúa con los niños.
Weiland siente que ha aprendido algunas lecciones únicas a lo largo de su vida:
“Puedes perder la vida en un instante, es por eso que no quiero dar un segundo por sentado. Empleo todo el tiempo y esfuerzo que puedo para ayudar a otros… Tengo un llamamiento, siento que tengo un propósito…Sigo avanzando y veo lo que el Padre Celestial tiene reservado para mí y mi familia”.
Fuente: LdsLiving