¿Sabías que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es una de las organizaciones en el mundo que cuentan con la mayor cantidad de voluntarios para dirigir y administrar? Una religión con más de 16 millones de fieles necesita estar muy bien estructurada.
La Iglesia de Jesucristo, popularmente conocida como la Iglesia mormona, es una iglesia mundial y la mayoría de sus líderes locales son personas como todas que tienen un empleo, familia y responsabilidades pero que en paralelo separan una buena porción de su tiempo para ejercer funciones de liderazgo y enseñanza en la Iglesia.
No se recibe dinero por el servicio en la Iglesia
Un joven obispo de la Iglesia de Jesucristo (líder de una congregación por localidad) tuvo una divertida experiencia cuando le contó a su familia, la cual no era de la misma fe, que se le había llamado a servir como Obispo, entonces su madre muy emocionada lo abrazo para felicitarlo y le preguntó: “¿Te van a pagar mucho dinero?”.
Los títulos de los llamamientos que se otorgan en la Iglesia de Jesucristo pueden confundirse como si estos fueran determinantes de una mejor posición como se ve en otras organizaciones. Entonces, las personas que no pertenecen a la Iglesia podrían considerar que un Presidente de Estaca, una maestra de niños de 3 a 7 años, un líder de jóvenes adultos solteros, una directora del Coro, un presidente del Quórum de Élderes, los siempre bien vestidos: misioneros, un obispo, una presidenta de la Sociedad de Socorro, una secretaria de las Mujeres Jóvenes, etc., son cargos de superioridad y que deben ser remunerados económicamente.
Una oportunidad para servir y ser bendecidos
Para los miembros de la Iglesia de Jesucristo, un llamamiento es una asignación que ha sido revelada por Dios, así que lo aceptan como una buena oportunidad para servir y para desarrollar talentos y habilidades.
Los llamamientos en la Iglesia de Jesucristo “rara vez son convenientes”
Un mormón de Perú, fue llamado para ser secretario en la Presidencia de Estaca (similar a una diócesis católica), entre sus funciones incluía llevar un registro de cada reunión semanal, sin embargo, este buen hombre no sabía leer ni escribir y los líderes que le extendieron este llamamiento lo sabían, pero, al igual que el Señor, ellos vieron su corazón y disposición para servir.
Él comenta: “No fue fácil al principio, pero estaba feliz porque el Señor confiaba en mí… Así que puse de mi parte y desde entonces no he dejado de progresar en todos los aspectos. Unos años después, soy propietario de un colegio y se lo debo a mi llamamiento como secretario de Estaca”.
Joseph F. Smith, uno de los presidentes de la Iglesia de Jesucristo en estos tiempos, declaró:
“Todos debemos estar dispuestos a trabajar por el bienestar y la salvación de la gente, a sacrificar nuestros propios deseos y sentimientos por el bien común, a tener la perfecta disposición de obedecer la voluntad del Todopoderoso sin ningún deseo personal sino el de servir los propósitos del Señor… Estamos obrando en bien de la salvación de las almas y debemos sentir que éste es el deber más grandioso que se nos ha encomendado. Por lo tanto, debemos estar dispuestos a sacrificarlo todo, si fuese necesario, por amor a Dios, por la salvación del hombre y el triunfo del Reino de Dios en la tierra”.