“Cómo la historia del dios tradicional de la mitología del pueblo de Burundi en África se asemeja al sacrificio del Salvador.”
Mi esposa y yo fuimos llamados a servir en una misión en África, para introducir el evangelio a un nuevo país, Burundi. Las impresiones que recibí vinieron milagrosamente de los versículos en 3 Nefi 16: 1-5 y de un antiguo presidente de misión.
1 Y en verdad, en verdad os digo que tengo otras ovejas que no son de esta tierra, ni de la tierra de Jerusalén, ni de ninguna de las partes de esa tierra circundante donde he estado para ejercer mi ministerio.
2 Porque aquellos de quienes hablo son los que todavía no han oído mi voz; ni en ningún tiempo me he manifestado a ellos.
3 Mas he recibido el mandamiento del Padre de que vaya a ellos, para que oigan mi voz y sean contados entre mis ovejas, a fin de que haya un rebaño y un pastor; por tanto, voy para manifestarme a ellos.
4 Y os mando que escribo estas palabras después que me vaya, para que… estas palabras que escriban se preserven y sean manifestadas a los gentiles, para que mediante la plenitud de los gentiles, el resto de la posteridad de esos… sea llevado al conocimiento de mí, su Redentor.
5 Entonces los reuniré…
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No tenía idea de que África podía estar incluida en esa declaración, por lo que tenía mucha curiosidad por saber de su historia.
No fue mucho problema aprender sobre los primeros misioneros cristianos que dieron su salud y vida en un boleto de ida para evangelizar el pequeño país infestado de malaria, cólera, fiebre amarilla, hepatitis, fiebre tifoidea y tuberculosis. Sin embargo, la mayor parte de la historia de Burundi está entre mezclada con leyendas tribales que hacen difícil diferenciar los hechos de la fantasía.
Después de nuestra llegada a Burundi y los milagros posteriores que nos condujeron a la formación de una nueva rama, el primer presidente de rama, Egide Nzojibwami, que escapó de ser asesinado sólo unos meses después de ayudar a organizar la Iglesia en 1993, nos visitó desde Canadá y nos invitó a cenar.
Estábamos felices de tener la oportunidad de conocer más la historia del país, especialmente la historia de la participación de la Iglesia mientras que nos esforzábamos por hacer crecer lo que quedó de la rama después del genocidio.
En ese momento, cuatro meses después de que se abriera la misión en Burundi, éramos los únicos sirviendo en el lugar debido a que el otro compañerismo, Brent y Lorraine Jameson, fueron llamados a presidir la misión Kinshasa en la República Democrática del Congo.
Cuando nos reunimos con Egide y su esposa Beatrice, nos presentaron a Uncle Emile Mworoha, un profesor de historia antigua de la Universidad de Burundi. Después de la cena, con 3 Nefi 16 en mente, le pedí al profesor Mworoha que nos contara sobre la historia religiosa de su país. Él estuvo encantado de compartir con nosotros.
El dios tradicional en la mitología de la gente de Burundi es el dios invisible, “Imana”, creador del universo. Después de crear al hombre y colocarlo en la tierra, Imana envió a su representante llamado “Kiranga” para que actuara como intermediario entre dios y el hombre.
Después de que Kiranga viniera a la tierra, ministrando y enseñando al hombre, fue rechazado por algunos. Finalmente, se dejó matar en un árbol de espinas (llamado Umurinzi) cuyas flores se tornaron rojas por Su sangre derramada sobre las raíces. Desde el cielo él siguió ayudando al hombre enviando a sus ansestros para que sean ministrados y sostenidos en sus necesidades.
El profesor Mworoha sonrió al recordar que los aldeanos, desde ese momento contaron con sus antepasados para ayudarlos a superar sus dificultades, incluso en la actualidad se dirigen hacia los bosques para comunicarse y recibir instrucciones de ellos.
Me reí internamente y dije: “¡No es de extrañar que el cristianismo haya crecido tan rápidamente en el país!”.
Él preguntó: “¿Por qué, a qué te refieres?”
Yo le respondí: “Hmm, veamos, un Dios invisible envió a un intermediario para que enseñase a este pueblo, fue rechazado y asesinado en un árbol con espinas.”
Sus ojos se abrieron como platos cuando admitió que no había visto la conexión de la historia con Cristo, pero luego asintió lentamente con asombro.
¿Vino Cristo resucitado a África y le enseñó a los antepasados de este pueblo cuyas bendiciones patriarcales hoy en día vienen principalmente a través del palo do Efraín?
Este artículo fue escrito originalmente por Craig R: Frogley y fue publicado originalmente por latterdaysaintmag.com bajo el título “Did Christ Visit Africa After His Resurrection?”