Lo que un Santo de los Últimos Días aprendió sobre la fe al cantar en una iglesia católica

John Richardson

John Richardson era un estudiante de segundo año en la Universidad Brigham Young en Provo, Utah, cuando audicionó para varios coros y grupos musicales. Él fue rechazado por cada uno de ellos.

A pesar de la decepción, el aspirante a cantante encontró esperanza en el consejo de una profesora: debía tomar lecciones de canto.

Pagar las lecciones requirió que acudiera a su padre por ayuda, pero aún así Richardson perseveró y pronto descubrió su talento y pasión por el canto.

Durante el último año, el joven de 24 años comenzó a vivir su sueño y se deleita mucho en las reacciones de las personas cuando les cuenta sobre su singular trabajo.

Las miradas de sorpresa y expresiones de desconcierto son comunes cuando el Santo de los Últimos Días explica que trabaja como cantor de música litúrgica sagrada en la Catedral de la Madeleine en Salt Lake City, un trabajo bastante inusual para un estudiante universitario.

“Aquello siempre toma a la gente por sorpresa”, expresó el joven con una amplia sonrisa.

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¿Qué es un cantor de música litúrgica?

Un cantor es un cantante profesional remunerado que dirige a la congregación en el culto por medio de la música. 

John Richardson fue contratado en mayo de 2020 por la Catedral Madeleine y es uno de los cuatro cantores adultos de la congregación.

Richardson realiza cantos en dos misas cada dos fines de semana, incluidas las misas en español, así como bodas, funerales y otros eventos.

La experiencia no solo ha impulsado la carrera profesional que eligió, sino que también ha fortalecido la fe de Richardson como miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Cómo consiguió el trabajo y por qué le apasiona es una historia interesante.

Música y melodía

Las raíces musicales de Richardson vienen desde su padre, un organista que participó del Coro del Tabernáculo de la Manzana del Templo, Richard Elliott.

El padre de Richardson solía tocar el órgano mientras su familia se dedicaba a las tareas domésticas los sábados. Él alentaba a sus hijos a “prestar atención a la música”.

“Esa era mi rutina de los sábados. Así que me quedé con el hábito de escuchar música clásica con mis padres y obtuve ese amor por [la música]. Desde muy joven me di cuenta de que la música de coro era en particular mi favorita. Me sentía atraído a ella”, expresó Richardson.

Richardson compartió que se vio “obligado” a tomar lecciones de piano cuando era joven. Como estudiante de primer año en BYU, tomó lecciones de órgano porque su padre estaba dispuesto a pagarlas, pero aquello no era su pasión.

Lo que le gustaba a Richardson era escuchar música. Él pagaba su entrada a los conciertos de  la Escuela de Música de BYU y asistía a casi todos los conciertos en el campus. Cuanto más miraba y escuchaba a los coros, mayor era su deseo de cantar con ellos.

Lecciones de canto

Después de una audición para el coro de varones de BYU, Richardson dijo que la directora Rosalind Hall debió haber detectado alguna habilidad oculta en él porque le recomendó que tomara lecciones de canto.

Richardson le rogó a su padre que le permitiera cambiar las lecciones de órgano por lecciones de canto. Su padre estuvo de acuerdo y Richardson aprovechó la oportunidad, practicando durante una hora y media cada día cuando solo se le pidió que practicara 30 minutos. 

El cambio fue “mágico”.

La pasión musical de Richardson aumentó cuando participó en un programa de estudios en el extranjero en la Universidad de Cambridge en el verano de 2018. Mientras estuvo allí, visitó muchas de las capillas históricas de estilo gótico y escuchó algunos de los coros más famosos del mundo. 

Quedó cautivado por el ambiente de la historia religiosa, la arquitectura, las obras de arte y las velas iluminadas mientras escuchaba la música litúrgica y de adoración. John regresó a casa con una nueva misión.

“Tenía que averiguar cómo podía hacer eso”, expresó.

Convirtiéndose en cantor

Richardson regresó a BYU a principios de 2020 cuando de pronto recibió un correo electrónico con una opción de trabajo como cantor en la Catedral de la Madeleine en Salt Lake City.

Era la oportunidad que Richardson había estado esperando y, aunque no estaba familiarizado con los rituales y la música católica, él solicitó de inmediato una audición con Gabriele Terrone, asistente de dirección musical y organista de la catedral.

No se requiere que las personas que buscan el trabajo sean miembros de la Iglesia Católica. Se contrata a un cantor en función de su capacidad para cantar y sus habilidades musicales. Terrone ya había contratado anteriormente a cantores Santos de los Últimos Días.

“Le damos la bienvenida a cantantes de todo el lugar”, compartió Terrone.

Richardson pasó la audición, pasó por muchos momentos de enseñanza y le ofrecieron el trabajo.

Le tomó varias semanas aprender los rituales y comprender la liturgia católica romana, pero John ha aprovechado al máximo su oportunidad. Incluso ha utilizado sus habilidades con el español en las misas, idioma que aprendió como misionero en Quito, Ecuador.

Terrone, su jefa y mentora, compartió sobre el joven cantante.

“Lo que realmente me gustó de trabajar con John fue su ética laboral. La capacidad de recibir retroalimentación de una manera positiva, adaptándose … mostrando que se preocupa por [su trabajo] y que se preocupa por servir a otras personas”.

La mayoría de los amigos y familiares Santos de los Últimos Días de Richardson apoyaron su nuevo trabajo, mientras que otros no estaban seguros de qué pensar debido a que a veces John se perdía los servicios de adoración de su propia fe por su trabajo.

Sin embargo, toda la experiencia de trabajar en la catedral ha fortalecido enormemente la fe de Richardson en Jesucristo. Le ha enseñado el significado de ser un verdadero cristiano y le ha ayudado a sentir más amor por aquella comunidad cristiana global.

“Soy un miembro fiel de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y lo seré toda mi vida, pero estoy muy abierto a todo lo que me brinde el espíritu y me enseñe acerca de Jesucristo… Incluso cuando no puedo ir a las reuniones de mi propia Iglesia, puedo venir aquí a un lugar de santidad y sentirme más cerca de Dios”.

Un futuro brillante

A pesar de la inolvidable experiencia, los días de Richardson como cantor en la Catedral de la Madeleine están contados.

Richardson se graduó de BYU en abril. Él y su esposa se mudarán a Inglaterra en septiembre, donde él realizará una maestría en historia en la Universidad de Oxford con una beca para cantar en el Queen’s College Choir.

John extrañará cantar solos en la catedral y el sonido resonante que se produce en un gran espacio acústico, pero también está emocionado por dar el siguiente paso en su carrera musical.

“Por mucho que me haya encantado ser cantor, ser miembro de un grupo me hará muy feliz”, expresó Richardson.

Fuente: Deseret News

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